El generalizado aplauso a la propuesta de crear una «liga de democracias», formulada por el candidato oficialista a la presidencia estadounidense John McCain, no impidió escuchar algunos abucheos.
La iniciativa de fundar una organización multilateral de países democráticos que cumplan ciertos requisitos políticos mínimos logró apoyo de internacionalistas y neoconservadores, e incluso desde tiendas del candidato opositor a la presidencia, Barack Obama,
La base de la "liga" es la idea del filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804), planteada en el ensayo "Sobre la paz perpetua" ("Zum ewigen Frieden, ein philosophischer Entwurf", de fines del siglo XVIII), según la cual las repúblicas son menos proclives a embarcarse en guerras que los regímenes autocráticos.
Según esta concepción, las naciones republicanas sí podrían enfrentarse por las armas con las no republicanas.
La iniciativa ya está en camino, según el experto neoconservador Robert Kagan, asesor de McCain, quien percibe una "competencia mundial" entre democracias y autocracias.
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Kagan cree que las ascendentes potencias autocráticas amenazan el orden internacional, en parte bloqueando acciones en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el que dos países a los que califica de tales, China y Rusia, tienen poder de veto.
La "liga" tiene el objetivo de dar a las democracias con sintonía ideológica un vehículo multilateral que autorizaría intervenciones en casos en que el Consejo de Seguridad no pueda actuar.
Juntos, esos países podrían atender crisis humanitarias y de seguridad aunque no hayan convencido a miembros no democráticos de la ONU.
Las autocracias no democráticas bloquearon en ocasiones esfuerzos de la ONU en crisis como las de Darfur o la creada por el ciclón en Birmania, pues, en su concepción, violaban la soberanía nacional.
La frustración causada por la parálisis del Consejo de Seguridad en esos casos también llevó a algunos expertos de ideas liberales e internacionalistas —como Ivo Daalder, asesor de Obama— a apoyar la idea, aunque cambiándole la denominación a "concierto de democracias".
Daalder y otros liberales han publicado escritos en apoyo de la iniciativa, aunque el propio candidato demócrata aún no se ha pronunciado al respecto.
La "liga" redundaría en beneficio de los intereses estadounidenses, pues establecería un nuevo mecanismo multilateral a través del cual Washington podría intervenir con sus nuevos pares en crisis internacionales que paralizan al Consejo de Seguridad.
El antecedente que citan como modelo es el bombardeo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Serbia por la represión en Kosovo, en 1999.
Al mismo tiempo, la integración de Estados Unidos en un foro multilateral también ayudaría al país a mejorar su imagen, dañada por el unilateralismo del gobierno de Bush.
El experto Thomas Carothers, del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, cree que la lógica detrás de la propuesta de McCain es sesgada y potencialmente peligrosa.
Que las democracias acepten la "paz perpetua" kantiana y anulen el recurso de la guerra entre sus miembros no implica que todos esos gobiernos compartan las políticas internacionales basadas sobre valores democráticos, según Carothers.
Un ejemplo claro es la reticencia de la democrática Sudáfrica a adherir a la política internacional predominante en Occidente.
El gobierno de Thabo Mbeki se ha resistido a apoyar acciones contra el presidente de la vecina Zimbabwe, Robert Mugabe, tal vez por verlas como una manifestación de imperialismo occidental. También se negó a facilitarle a Estados Unidos la sede del nuevo comando militar en África.
India, la mayor democracia del mundo, también se negó a participar en varias campañas fomentadas por Occidente, como las de aislamiento a Birmania e Irán.
"Washington subestima mucho el desagrado que sienten muchas democracias, especialmente en el Sur en desarrollo, ante su perspectiva intervencionista", dijo Carothers en un foro que discutió la idea de la "liga", organizada por el Fondo Carnegie.
La mayoría del medio centenar de democracias del mundo en desarrollo se alinearía con Sudáfrica y no con Estados Unidos en cuestiones de política exterior, según el experto.
Pero el argumento de Kagan sobre el bloqueo que supone para el Consejo de Seguridad el veto de las "autocracias" no es veraz. El propio Estados Unidos bloqueó medidas contra el genocidio de 1994 en Ruanda y contra todas las acciones belicosas de Israel hacia el pueblo palestino y los países árabes.
De todos modos, Daalder cree que una "liga de democracias" podría intervenir en conflictos internos u operaciones terroristas a través de mecanismos que el Consejo es incapaz de desarrollar.
El órgano de la ONU, según este experto, tiene el objetivo de impedir la guerra entre grandes potencias, y no entre países de menor porte o aquellos conflictos e los que intervengan entidades no estatales.
Para Daalder, la "liga" tendría la virtud de "socializar" la política exterior estadounidense.
Tod Lindberg, asesor de McCain, agregó que la "liga de democracias" no habría impedido la aventura bélica de Estados Unidos en Iraq, pero sí permitido un endurecimiento de las sanciones contra el régimen de Saddam Hussein de un modo que la hubiera vuelto evitable.
"Me gusta ese enfoque", dijo Carothers en el foro. Aun así, se dijo preocupado por el tono nacionalista de McCain, que lo hace menos dispuesto a escuchar a otros, al igual que Bush.
"Me pregunto si el entusiasmo del senador McCain con la 'liga de democracias' incluye la idea de reducir el apetito estadounidense por ciertas afirmaciones sobre la fortaleza de la nación y la seguridad nacional", sugirió.
La "liga", según los ex funcionarios del gobierno de Bill Clinton (1993-2001) Ted Piccone y Mort Halperin, "reaviva la mentalidad de la Guerra Fría que enfrenta a los buenos muchachos (las democracias de mercado) contra los malos (las autocracias)".
Piccone y Halperin impulsaron desde Washington la creación de la Comunidad de Democracias, un foro multilateral con la finalidad de promover la democracia por medios no violentos.
Los otros países "no están interesados en sustituir a la ONU como único foro legítimo para la discusión de cuestiones de seguridad", dijo Halperin en la reunión del Fondo Carnegie.