Los países en desarrollo y de Europa oriental progresan rápidamente en el control de la corrupción y la promoción de la estabilidad política y responsabilidad del gobierno, señala en el informe presentado este martes el Banco Mundial.
"Los avances reflejan las reformas en los países donde los líderes políticos, la sociedad civil y el sector privado ven la buena gobernanza y el control de la corrupción como cruciales para el crecimiento sostenido y compartido", dijo Daniel Kaufmann, co-compilador del estudio y director de gobernanza en el Instituto del Banco Mundial, una organización interna de expertos.
Cuánto crédito puede reclamar el banco sigue siendo una pregunta abierta, tras la difusión de otro informe en el que el vigilante interno dijo que los esfuerzos de la institución por desarraigar la corrupción en los países pobres "raramente tuvieron éxito".
Una mejor gobernanza ayuda en la lucha contra la pobreza y mejora los estándares de vida, según el "Informe sobre los indicadores mundiales de buen gobierno", dado a conocer este martes.
"Investigaciones sobre la década pasada muestran que una gobernanza mejorada eleva el desarrollo", dice.
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También se halló que la buena gobernanza potencia la efectividad de la asistencia al desarrollo en general y la de los proyectos financiados por el Banco Mundial en particular, agrega el informe.
Muchos de los principales reformistas parten de bases muy bajas, reconoció la entidad multilateral.
Afganistán, donde el Estado todavía tiene que establecer su mandato sobre la mayor parte del país, se destacó por mejorar "la efectividad del gobierno".
Aún así, se ven vastas mejoras en todas las regiones y a todos los niveles de ingreso nacional. Desde 1998 a 2007, investigadores del Banco hallaron un marcado avance en la responsabilidad del gobierno en Ghana, Indonesia, Liberia y Perú.
Angola, Argelia y Ruanda han dado grandes pasos para garantizar la estabilidad política y contener la violencia y el terrorismo.
La calidad de la regulación mejoró mucho en Georgia y la República Democrática del Congo. Tayikistán avanzó en el régimen de derecho. Liberia y Serbia asestaron golpes significativos a la corrupción.
"La buena gobernanza puede hallarse en todos los niveles de ingresos, con algunas economías emergentes igualando el desempeño de los países ricos en dimensiones clave de la gobernanza", señala el Banco.
Más de una docena de economías emergentes —entre ellas Botswana, Chile, Costa Rica, Eslovenia, Estonia, Hungría, Latvia, Lituania, Mauricio, República Checa y Uruguay— han recibido puntajes más elevados en dimensiones clave de la gobernanza que países industrializados como Grecia e Italia, según el Banco.
Pese a las muchas ganancias, la "calidad general de la gobernanza en el mundo no mejoró mucho en la última década", agrega.
Entre los países que experimentaron retrocesos, subrayó a Belarús, Costa de Marfil, Eritrea, Venezuela y Zimbabwe.
La clave para los avances, indica, fue el "compromiso con la reforma" por parte de las elites locales.
El banco ha tenido poco éxito en la promoción de tal compromiso, según un informe presentado el mes pasado por su Grupo Independiente de Evaluación. Éste culpó de esto, en parte, a la ignorancia del Banco sobre política y cultura locales, y a los recelos sobre la insistencia de la institución en cuanto a que los deudores reduzcan los trabajos de servicio civil y paguen. "Las medidas directas para reducir la corrupción, como las medidas y comisiones anticorrupción, raramente tuvieron éxito, dado que a menudo carecen del apoyo necesario de las elites políticas y del sistema judicial", señalaron los evaluadores.
La presentación del informe sobre gobernanza fue la séptima vez que el Banco actualizó sus datos sobre la década pasada. La última edición abarcó a 212 países y territorios y se sumó a una base de datos usada por políticos, académicos y grupos de presión.
El Banco, aguijoneado por recientes críticas internas de sus esfuerzos de investigación, advirtió sobre depender demasiado de sus últimos hallazgos o interpretar demasiado en ellos.
"El "Informe sobre los indicadores mundiales de buen gobierno" y otros esfuerzos de medición son útiles para alentar el debate público sobre los desafíos y éxitos de la gobernanza, pero al mismo tiempo las discusiones al respecto en base a medidas empíricas necesitan ser realistas en cuanto a los límites de los datos existentes", dijo Aart Kraay, economista del Grupo de Investigaciones sobre Desarrollo del Banco.
"Es importante que los usuarios se tomen en serio los márgenes de error reportados en el informe, que refleja las dificultades inherentes a medir la gobernanza usando cualquier clase de datos", agregó Kraay.
A comienzos de este mes, el grupo de evaluación interna dio a conocer otro informe que atacó el buque insignia del Banco, los indicadores "Haciendo negocios", como ideológicamente tendenciosos y metodológicamente defectuosos.
Los gerentes del Banco defendieron su producto pero estuvieron de acuerdo con muchos cambios urgidos por sus críticas internacionales.