Cientos de millones de personas de todo el mundo, en su mayoría de países industrializados, podrían hundirse en la pobreza si el precio de los alimento continúa aumentando, pronosticó el Banco Mundial.
"La mayoría de los afectados, que ahora viven sobre la línea de pobreza de un dólar por día, se vendrán abajo. Eso es preocupante", dijo el vicepresidente del Banco Mundial Danny Leipziger en la Conferencia Anual sobre Economía para el Desarrollo (ABCDE, por sus siglas en inglés).
La reunión organizada por el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro (ministerio de hacienda) de Sudáfrica se realizó esta semana en Ciudad del Cabo bajo la consigna "Gente, política y globalización".
Los pronósticos de Leipziger, a cargo en el Banco del área de Reducción de la Pobreza y Administración Económica, acotaron el optimismo exhibido por la institución en su informe "Flujos mundiales de financiamiento para el desarrollo 2008".
El estudio, divulgado también esa semana, pronostica que el crecimiento económico de África subsahariana aumentará más este año.
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El informe, presentado en la ABCDE, concluye que la economía de varias regiones en desarrollo crecerá este año, aunque el crecimiento mundial se enlentecerá de 3,7 por ciento en 2007 a 2,7 por ciento.
Se espera que el crecimiento económico de África subsahariana se acelere a un promedio de 6,5 por ciento para fines de 2008, el guarismo más elevado en la región en 38 años.
Leipziger explicó que el encarecimiento de los alimentos "casi no tienen impacto a un nivel macroeconómico, pero es visible y notorio en los hogares". De todos modos, esos precios no continuarán aumentando por siempre, agregó.
"Terminarán bajando. Según nuestras estimaciones, llevará entre cuatro y cinco años antes de que la situación se estabilice. Sin embargo, eso no significa que se rezagarán al nivel en que estaban hace unos años", sostuvo.
Las causas del aumento son múltiples. Lo que dificulta la solución es que muchas de ellas están interconectadas, según Sheryl Hendriks, directora del Centro Africano para la Seguridad Alimentaria en la sudafricana Universidad de KwaZulu Natal.
"La suba histórica del petróleo es una de esas causas. Cuando el combustible aumenta, los alimentos también", dijo Hendriks en la conferencia, realizada entre el lunes y el miércoles.
Por otra parte, el auge de los biocombustibles reduce los cultivos alimentarios, por lo que el suministro no satisface la creciente demanda de comida.
"La demanda de biocombustibles y su producción son cada vez mayores, mientras que la producción alimentaria decae, lo que impacta en los precios", afirmó el economista jefe del Banco Mundial, Justin Lin.
La situación se agrava por los subsidios que alientan en Estados Unidos y en la Unión Europea la producción destinada al refinado de biocombustibles y no a la alimentación, según Lin.
"Como consecuencia, el suministro de alimentos se contrajo y no satisface la demanda, lo cual eleva el precio", señaló Michael Spence, premio Nobel de Economía presidente de la comisión sobre crecimiento del Banco Mundial.
"No hay nada bueno en estos subsidios", añadió.
Los países en desarrollo —entre ellos los africanos— son los más afectados por la crisis alimentaria. Según Spence, "los hogares de países pobres usan gran parte de su ingreso en alimentos".
Pero la situación no es totalmente nefasta, acotó.
"Hay una oportunidad enorme para África. Este continente es rico en recursos, si se lo compara con otras regiones. La riqueza puede ser invertida en programas que promuevan la creación de trabajo y estimulen la producción agrícola", dijo.
Lin alegó que se necesita más. Para que África aumente su producción agrícola, las nuevas tecnologías y la infraestructura son cruciales, "localizadas y adaptadas a cada país africano en particular". "Lo que funciona en China o Brasil no necesariamente funciona en África", indicó.
Lesetja Kganyago, director general del Departamento del Tesoro de Sudáfrica, coincidió en que la introducción de nuevas tecnologías es importante.
Pero hay otras maneras de estimular la agricultura africana. "Necesitamos volverla más atractiva para que nuestros agricultores produzcan alimentos con fines alimentarios. Sin embargo, lo que deberíamos hacer es implementar barreras arancelarias proteccionistas", insistió.
"No podemos usar estas técnicas para proteger a nuestros cultivadores y a nuestra industria agrícola. No podemos olvidar que alguna vez luchamos contra los aranceles de Europa y Estados Unidos. Al usar la misma táctica, debilitaremos nuestros intentos de ingresar al mercado mundial", opinó Kganyago.