NACIONES UNIDAS: Curiosa oferta a Irán sobre programa nuclear

Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania presentarán en los próximos días una propuesta secreta a Irán, con el objetivo de que Teherán suspenda su programa de enriquecimiento de uranio y acepte iniciar negociaciones sobre el tema.

El punto central consiste en establecer por qué se realiza esta oferta en este momento por parte de Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia. Ha habido una escalada en la retórica de Washington y Teherán en torno a las acusaciones sobre interferencia iraní en Iraq.

El comentario recurrente de funcionarios y jefes militares estadounidenses es que "Irán está matando a nuestras tropas" en Iraq, algo que sería una causa de guerra si se confirma la veracidad de los cargos.

El temor respecto de una confrontación militar entre Estados Unidos e Irán se encuentra en aumento en los círculos políticos de Washington.

Se estima que el general David Petraeus, nuevo jefe del Comando Central, que tiene jurisdicción sobre Medio Oriente y algunos países de Asia, presentará las evidencias sobre la participación directa de Irán en los episodios de violencia en Iraq.
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Los funcionarios del gobierno estadounidense de George W. Bush, conscientes de su escasa credibilidad, han adoptado una estrategia de bajo perfil y dejan que los jefes militares asuman el protagonismo en las acusaciones contra Teherán.

Sin embargo, queda por verse si la evidencia que presentará Petraeus es suficientemente contundente para convencer al gobernante Partido Republicano, al opositor Partido Demócrata y a los aliados europeos de Washington sobre la responsabilidad iraní en el creciente número de bajas estadounidenses en Iraq.

Teherán, por su parte, también parece estar escalando su retórica. Se retractó de su posición inicial respecto de que una explosión en una mezquita en Shiraz, en abril, fue un accidente y ahora afirma que se trató de un atentado realizado por opositores exiliados con el apoyo de Londres y Washington.

La oferta de la propuesta secreta sobre el programa nuclear en momentos en que se preparan evidencias que justificarían un ataque militar no sería una coincidencia. Pero la especulación de que la amenaza de una guerra llevaría a Teherán a cambiar su posición ya se demostró errónea en el pasado e ignora las lecciones extraídas por Irán de sus previas negociaciones con Europa.

Irán se opone a suspender su programa de enriquecimiento de uranio como precondición para las negociaciones. Lo considera una trampa si las naciones occidentales no reconocen que tiene derecho a llevarlo a cabo, es decir que la suspensión no será permanente.

Irán comenzó a negociar con la Unión Europea (UE) en 2003, con la impresión de que podría continuar con su programa aunque ofreciendo garantías respecto de que sólo se destinaría a fines civiles. Pero durante las conversaciones la UE cambió su posición y planteó que Teherán debía abandonar el enriquecimiento de uranio.

Asimismo, Irán planteó que para mantener la suspensión de ese programa debían realizarse avances concretos para fijar criterios objetivos que garantizaran el carácter civil de su plan nuclear, mientras que los negociadores europeos plantearon que el cese del enriquecimiento de uranio debía estar ligado a la continuación de las conversaciones y no a los avances que se realizaran en ellas.

No hubo demasiados progresos. En 2005, Teherán presentó una propuesta, desarrollada por diplomáticos iraníes y científicos nucleares estadounidenses, por la que se comprometía a limitar la magnitud de su programa de enriquecimiento de uranio, que no obtuvo respuesta por parte de la UE.

En cambio, una contrapropuesta europea, de agosto de 2005, volvió a plantear que Irán abandonara completamente esas actividades. Teherán la rechazó y reinició su programa nuclear.

Trascendió que la oferta que se realizará en los próximos días planteará que Irán suspenda el enriquecimiento de uranio, como un gesto de buena voluntad, por el tiempo que duren las conversaciones, una fórmula que no difiere mucho de la que fracasó anteriormente.

No aparecen claras las razones por las que se realizará esa propuesta en este momento. Los diplomáticos occidentales admiten en privado que no esperan una respuesta favorable iraní.

De hecho, durante los próximos 12 meses la posición de Teherán será más confortable, según el ex embajador británico ante la ONU, John Thomson, quien junto con Geoff Forden, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, desarrolló una estrategia alternativa para tratar el tema del programa nuclear iraní.

Bush será demasiado débil en los últimos siete meses de su mandato como para presionar a Teherán, señaló Thomson, y el nuevo gobierno que asuma en enero de 2009 necesitará varios meses para desarrollar una estrategia efectiva respecto de Irán, donde a su vez también habrá comicios a principios del año próximo.

Estos factores políticos ofrecen a Irán al menos otro año para continuar la expansión de su programa nuclear sin contratiempos, lo que hace aún más peculiar la decisión de reciclar una fórmula de negociación que ya fracasó en el pasado.

Si la intención es desempantanar las conversaciones, y no imponer nuevas sanciones o fortalecer los argumentos que justifiquen un ataque militar, una flexibilización de la demanda de suspensión del programa de enriquecimiento de uranio sería útil.

El ex subsecretario de Estado (vicecanciller) estadounidense Tom Pickering señaló que esa suspensión podría plantearse cuando las negociaciones se encuentren en marcha y no como una precondición.

Muchos analistas destacan que Irán aprovechó la ausencia de conversaciones para expandir su capacidad nuclear y generar nuevos hechos sobre el terreno.

"El tiempo no juega a nuestro favor", advirtió Pickering. Si no se busca un nuevo enfoque, "lo perfecto puede convertirse en enemigo de lo bueno" y la insistencia en alcanzar una solución "ideal" podría llevar a que nada se logre finalmente.

* Trita Parsi es autor de "Treacherous Triangle — The Secret Dealings of Iran, Israel and the United States" ("Triángulo traicionero: Las relaciones secretas de Irán, Israel y Estados Unidos", Yale University Press, 2007). También es presidente del Consejo Nacional Iraní Estadounidense.

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