La teoría de la selección natural que explica la evolución de las especies biológicas, establecida por el naturalista británico Charles Darwin (1809-1882), es motivo de polémica aun hoy en Estados Unidos.
El más reciente capítulo de esta batalla, aunque seguramente no el último, se escribió en el sudoriental estado de Florida, cuya legislatura debatió dos proyectos de ley que habrían modificado los programas de estudio de ciencias en las escuelas públicas.
El currículo vigente, aprobado hace poco por el sistema escolar, describía la teoría darwiniana como un pilar fundamental de la biología. Pero los proyectos considerados pretendían incluir el estudio del "diseño inteligente", teoría que no contradice la versión bíblica de la Creación.
Una de las iniciativas propone que los maestros enseñen "análisis crítico científico" sobre la evolución de las especies, mientras la otra apunta a evitar que los directores de escuela sancionen a maestros que emplean "información científica" para cuestionar la teoría de Darwin.
Aunque los proyectos quedaron en vía muerta en las comisiones legislativas, la polémica reaparecerá con fuerza cuando se reanuden las sesiones de la legislatura tras el receso del verano boreal.
[related_articles]
Los proyectos son objeto de un "permanente malentendido", según uno de sus impulsores, el diputado del estado por el gobernante Partido Republicano Alan Hays.
"La mayoría de la gente piensa que queremos impedir la enseñanza de la teoría de la evolución y esto no es cierto. Creen que buscamos imponer el concepto del 'diseño inteligente', y esto es falso", agregó.
Según el "diseño inteligente", la teoría que esgrime la derecha cristiana para refutar el darwinismo, algunos aspectos del origen del universo y de la vida y sus distintas manifestaciones se explican mejor a través de una "causa inteligente" que de un proceso indirecto, como la selección natural.
En esencia, se trata de defender la versión bíblica del origen de la humanidad: que fue creada por Dios y no el resultado de la evolución de las especies.
Pero la referencia bíblica no puede ser usada en las escuelas, pues la justicia determinó que violaría la separación entre iglesia y Estado consagrada por Primera Enmienda de la Constitución.
La polémica se arrastra desde hace décadas. En 1925, John Thomas Scopes, profesor en el sureño estado de Tennessee, fue llevado a juicio por enseñar a sus alumnos la teoría de Darwin.
Muchos se refirieron irónicamente a ese proceso como "el juicio del mono", ya que, según el darwinismo, el chimpancé es el pariente más cercano de la especie humana en la escala biológica.
Scopes fue condenado, pero luego absuelto por la Corte Suprema del estado a causa de un "tecnicismo" procesal, que no tomó en cuenta el fondo de la cuestión.
La Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos señaló que el "diseño inteligente" y otras explicaciones "sobrenaturales sobre el origen de la vida" contradicen el método científico, pues no son comprobables mediante la experimentación, no generan predicciones y no proponen nuevas hipótesis.
La Asociación Nacional de Profesores de Ciencia y la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia calificaron esas teorías de "pseudociencia".
Mientras, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, manifestaba su apoyo a la enseñanza del "diseño inteligente", por entender que "ambas posiciones deben ser enseñadas apropiadamente para que la gente pueda comprender de qué se trata el debate".
La batalla entre los defensores de la teoría de Darwin y la versión bíblica no se restringe a Florida. Campañas para introducir en las escuelas "otros" enfoques que contradigan la lógica de la evolución natural están en curso en los estados de Alabama, Louisiana, Oklahoma y Texas.
Witold Walczak, director del departamento legal de la Unión para las Libertades Civiles (ACLU) en el estado de Pennsylvania, tiene una considerable experiencia en defender la enseñanza de la teoría de la evolución en las escuelas públicas. Fue, en 2005, uno de los tres abogados de los querellantes en el caso Kitzmiller versus Dover.
El juicio constituyó un frontal desafío a la enseñanza del "diseño inteligente" como alternativa al darwinismo.
El juez John E. Jones III se pronunció a favor de los partidarios de la selección natural. "La evidencia presentada demuestra que el 'diseño inteligente' no es nada más que la progenie del creacionismo, la creencia de que Dios creó el mundo y todo lo que está en él", sentenció.
"Estos dos proyectos en la legislatura de Florida no son los primeros ni los últimos" al respecto, dijo Walczak a IPS. "Se vienen sucediendo desde el juicio contra Scopes. Los argumentos cambian con el tiempo, para lograr que la teoría bíblica se enseñe en las escuelas públicas. El 'diseño inteligente' constituye la versión más reciente", agregó.
Los patrocinantes de los proyectos presentados en la legislatura de Florida, Hays y la senadora también republicana Ronda Storms, son bautistas. Storms argumenta que el amplio abanico de críticas al darwinismo debe ser enseñado en las escuelas públicas.
Harold W. Kroto, profesor de la Universidad de Florida y ganador del premio Nobel de Química en 1996, dijo a IPS: "El problema es que tanto yo como la Academia Nacional de Ciencias no conocemos ninguna falla en la teoría de Darwin que la invalide."
"La senadora Storms debería escribir un ensayo delineando claramente su análisis crítico, enviarlo para una evaluación de los científicos y presentar sus puntos de vista ante los más eminentes biólogos evolucionistas de la Academia Nacional de Ciencias", agregó.
Pero los representantes de la derecha cristiana están dispuestos a continuar con su cruzada.
"Los tribunales decidieron que no se puede enseñar la Biblia en las escuelas. Esto puedo entenderlo. Pero los maestros no deben temer represalias por exponer teorías opuestas a la de la evolución. Un verdadero científico expone su tesis y la ofrece al debate. Esto es lo que queremos lograr", dijo Hays.
La evolución de las especies es una teoría científica, al igual que la ley de la gravedad. Los críticos religiosos de la misma enfatizan en la palabra "teoría" como una táctica para confundir al público y asociar el término con un cierto grado de duda o incertidumbre.
"En el lenguaje cotidiano, 'teoría' significa corazonada o especulación", señaló la Academia Nacional de Ciencias. "No es así en el campo científico, donde el término se refiere a una explicación exhaustiva de un fenómeno importante que está basado en muchas evidencias recogidas a través de los años."