Desde que se lanzó la guerra contra las drogas hace casi 30 años en Estados Unidos, los negros son las principales víctimas, con tasas de arrestos y de encarcelados mucho más elevadas que para el resto de la sociedad, según dos estudios difundidos por organizaciones no gubernamentales.
La comunidad afroestadounidense ha sido uno de los principales "frentes" de la "guerra contra las drogas", según un informe de Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York.
La investigación señala que los negros representaron 53,5 por ciento del total de personas condenadas a prisión por violar las leyes sobre drogas entre 1980 y 2003, el último año para el cual existen estadísticas disponibles.
Asimismo, HRW destacó que la probabilidad de que un hombre negro fuera enviado a la cárcel por estos delitos era 12 veces mayor que en el caso de un blanco, y cinco veces mayor para una mujer negra respecto de una blanca.
Otro estudio, también difundido esta semana por el no gubernamental Sentencing Project, indicó que la tasa de arrestos se incrementó 225 por ciento para las personas negras frente a un aumento de 70 por ciento entre las blancas, aunque no existen evidencias estadísticas sobre cambios en la incidencia del consumo de drogas en ambas comunidades.
[related_articles]
"Los afroestadounidenses que viven en las ciudades han llevado la peor parte en la guerra contra las drogas", señaló Michael Tonry, profesor de derecho penal de la Universidad de Minnesota.
"Desde principios de los años 80 han sido arrestados, juzgados, condenados y enviados a prisión a una cantidad cada vez más elevada de miembros de esa comunidad, que no guarda proporción con el porcentaje respecto de la población general ni de los consumidores de drogas", agregó.
"La mayoría de las personas que violan las leyes antidroga son blancas, pero la mayor parte de las que van a la cárcel son negras", aseguró Jamie Fellner, autora del estudio de HRW.
"La solución no pasa por encarcelar a más blancos, sino por la adopción de un enfoque radicalmente diferente sobre cómo tratar los casos de quienes cometen violaciones menores a las leyes sobre abuso de drogas", agregó.
Los dos estudios se hicieron públicos en un momento en el que crece la polémica respecto de las prácticas judiciales respecto de las sentencias vinculadas a la llamada guerra contra las drogas.
El diario The New York Times informó que la ciudad de Washington tiene la mayor tasa de presos por habitante del mundo, con 2,3 millones de personas tras las rejas.
De ese total, casi 500.000 están detenidas por delitos relacionados con la droga, frente a las 40.000 que se encontraban en esa situación en 1980.
Más de la mitad de las personas en prisión por este motivo son negras, cuando las evidencias estadísticas sugieren que el número de blancos que violan las leyes antidroga sería seis veces mayor que el de afroestadounidenses.
"Es imposible determinar si la hostilidad racial ha influenciado las estrategias de lucha contra las drogas y, de ser así, hasta qué punto", señaló el informe de HRW, pero ha jugado un papel.
"Los estereotipos raciales, conscientes o subconscientes, han afectado la percepción pública respecto de la droga, el delito, los desórdenes y el peligro, y ayudaron a dar forma a las respuestas políticas", agregó.
La estrategia contra el consumo de drogas "podría haberse centrado en un enfoque vinculado con la salud pública, buscando reducir la demanda. En cambio, se optó por buscar el castigo penal de los proveedores, sobre todo en los vecindarios habitados por las minorías raciales", destacó HRW.
Esas zonas han sufrido, como consecuencia, un daño a largo plazo, a causa del desproporcionado número de residentes que han ido a prisión, entre los que se encuentran muchos que eran la única o principal fuente de ingresos de sus hogares.
Expertos señalan que el aumento en el número de arrestos de 1980, concentrado en la comunidad afroestadounidense, plantea dudas sobre la imparcialidad de la justicia.
Consideran, asimismo, que el factor más preocupante es que la causa no se encuentra en un mayor uso de drogas por parte de los negros sino en las decisiones gubernamentales respecto de cómo y dónde poner en práctica las leyes.
El informe de HRW indica que 38,2 por ciento de los afroestadounidenses en prisión fueron condenados por delitos vinculados con las drogas, frente a 25 por ciento del total de blancos enviados a la cárcel.
También existe una amplia disparidad entre las ciudades grandes y las pequeñas, "lo que sugiere que las prácticas policiales, y no la magnitud del consumo de drogas, es responsable por esas diferencias", señaló.