DESARROLLO: Europa reduce ayuda a los pobres

Más de la mitad de los gobiernos de la Unión Europea (UE) no aumentaron la ayuda que asignaron a los países pobres entre 2006 y el año pasado, según un informe realizado por organizaciones civiles.

A pesar de las promesas de incremento realizadas en 2005, la ayuda para el desarrollo se redujo de 0,41 por ciento del producto interno bruto del bloque en 2006 a 0,38 por ciento el año pasado.

Dieciocho miembros de la UE recortaron sus niveles de ayuda, entre 10 y 30 por ciento en los casos de Francia, Gran Bretaña y Bélgica.

Concord, alianza de 1.600 grupos que brega contra la pobreza, estimó que si la tendencia se mantiene, la UE entregará en 2010 unos 118.000 millones de dólares menos que los prometidos para ese año.

En un estudio difundido este jueves, la organización advirtió que la reducción de la ayuda pone en peligro la concreción de las Metas de Desarrollo del Milenio, adoptadas por la Organización de las Naciones Unidas en 2000, que se plantean, entro otros objetivos, la reducción a la mitad de la proporción de pobres en la población mundial para 2015 respecto de 1990.
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"Las promesas rotas cuestan vidas", dijo Moussa Faye, del capítulo senegalés de la organización no gubernamental ActionAid. "En Senegal, donde uno de cada ocho niños muere antes de los cinco años de edad, la ayuda significa la diferencia entre la vida y la muerte."

El informe reclama que los ministros de relaciones exteriores y de ayuda al desarrollo de la UE, que se reunirán el martes 27, establezcan un compromiso legal que incluya incrementos específicos de la ayuda y que acuerden un cronograma en ese sentido.

Gran Bretaña, los países nórdicos, Irlanda, Bélgica y Holanda se manifestaron a favor de la idea. Pero la mayoría de los otros gobiernos se muestran en desacuerdo. Entre ellos, Francia, que ocupará la presidencia rotativa de la UE en el segundo semestre de este año, y Alemania.

El estudio de Concord señala que los gobiernos europeos están "distorsionando" los montos que entregan, incluyendo en sus estadísticas oficiales formas de asistencia que la mayoría de los activistas contra la pobreza no consideran como genuina ayuda para el desarrollo.

Alrededor de 5.000 millones de los 72.000 millones de dólares asignados el año pasado como ayuda para el desarrollo se destinaron a cancelar deudas de los países pobres.

Concord reconoce que el alivio de deuda es una herramienta esencial para combatir la pobreza, pero considera que debe ser adicional a la ayuda para el desarrollo.

En algunos casos, España y Holanda incluyen transferencias destinadas a beneficiar a sus empresas como alivio de deuda. Ambos gobiernos consideran la cancelación de créditos a la exportación como ayuda al desarrollo.

Esos créditos fueron otorgados a compañías como "póliza de seguro" contra el riesgo de no recibir los pagos correspondientes a sus inversiones en países pobres.

Las estadísticas también están "infladas", indica el informe, por la inclusión de unos 2.800 millones de dólares gastados en la educación de alumnos extranjeros en Europa. Este concepto representa alrededor de la décima parte de la ayuda al desarrollo declarada por Alemania y Francia.

Según Concord, eso beneficia más a los países ricos que a los pobres, porque muchos estudiantes se quedan a trabajar en Europa luego de graduarse.

Las estadísticas oficiales también incluyen unos 1.300 millones de dólares gastados para el sostén de extranjeros solicitantes de asilo.

"Devolver a sus países a refugiados en centros de detención europeos no puede considerarse ayuda", dijo Nuria Molina, de la Red Europea sobre Deuda y Desarrollo.

Molina también expresó su preocupación por el hecho de alrededor de 40 por ciento de la ayuda europea al desarrollo pueda usarse en asistencia técnica, como honorarios de consultores, entrenamiento o investigación.

"La asistencia técnica no es mala en sí misma, pero es cara y en la mayoría de los casos responde a las prioridades políticas de los países donantes", afirmó.

El estudio de Concord destaca que los contratos de asistencia técnica se asignan, en general, a empresas europeas, en lugar de ser empleados para ayudar a las compañías de los países pobres.

En los últimos años, por ejemplo, el gobierno de Gran Bretaña adjudicó 80 por ciento de esos contratos a empresas de esa nacionalidad.

Justin Kilcullen, presidente de Concord y director de la organización irlandesa Trócaire, dijo: "Queremos que nuestro gobierno retome sus promesas y lidere a los donantes para ayudar a los más pobres del mundo. Es una cuestión de vida o muerte y no se puede perder tiempo".

Asimismo, señaló que no puede permitirse que la desigualdad de género "se convierta en el tema olvidado" en la lucha contra la pobreza.

Aunque más de 180 gobiernos de todo el mundo se han comprometido a ocuparse de la discriminación contra las mujeres, muchas de las estrategias europeas de ayuda para el desarrollo carecen de un enfoque de género, según el estudio.

Sólo siete países —Austria, Bélgica, España, Francia, Gran Bretaña e Irlanda— cuentan con políticas "serias y coherentes" al tratar la relación entre la discriminación de género y la pobreza, destaca el informe.

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