Mientras diplomáticos se preparan para viajar a África, donde se reunirá el Consejo de Seguridad de la ONU la próxima semana, crecen los llamados de activistas para una fuerte acción internacional que atienda la situación de derechos humanos en ese continente.
"Los asesinatos, las violaciones, los secuestros y los desplazamientos están ocurriendo ahora mismo", dijo la directora para África de la organización Human Rights Watch (HRW), Georgette Gagnon.
Pese a reconocer los esfuerzos por la paz de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Gagnon y otros activistas que trabajan con el foro mundial creen firmemente que en las zonas de guerra del continente africano no hay iniciativa que pueda tener resultados positivos a menos que el Consejo intervenga para proteger a los civiles.
"El itinerario del Consejo de Seguridad incluye a cinco naciones en las que millones de personas sufren los efectos de los conflictos armados", señaló Gagnon en una declaración. "El Consejo tiene que abordar estos temas de frente".
Representantes de los 15 miembros de ese organismo del foro mundial tienen previsto visitar a Sudán, Chad, Costa de Marfil, República Democrática del Congo (RDC) y Kenia entre el 1 y el 10 de junio.
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Durante su viaje a África, los miembros del Consejo discutirán con las autoridades locales diversos temas que importan al continente, en especial relacionados con la paz, la seguridad y el desarrollo.
Un funcionario de la ONU dijo a IPS el miércoles que el viaje del Consejo de Seguridad a África era "particularmente significativo", porque en Sudán hubo recientemente nuevas hostilidades entre el norte y el sur, mientras el despliegue de soldados de paz en la zona occidental de Darfur continúa sufriendo obstáculos.
"En Costa de Marfil se acercan las elecciones, y el proceso de desarme no está completo", dijo Yves Sorokobi, portavoz del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. "Somalia necesita mostrar su compromiso en el proceso de reconciliación", indicó.
En respuesta a una pregunta sobre la situación en la RDC, el portavoz añadió que el Consejo quiere asegurarse de que se respeten los últimos acuerdos entre el gobierno y los grupos armados.
Pero, sobre todo, el organismo está preocupado por el sufrimiento de millones de refugiados y desplazados víctimas de los continuos conflictos armados en varios países africanos.
Aunque activistas reconocen que se han logrado muchos avances en los últimos meses hacia la pacificación del este de la RDC, señalaron que todavía se cometen graves violaciones a los derechos humanos.
En una carta abierta divulgada el miércoles, HRW instó al Consejo de Seguridad a tomar "acciones concretas" para poner fin a la crisis humanitaria en el este de la RDC, y a exigirle a todas las partes que respeten el acuerdo y respeten los derechos humanos.
La organización también llamó al Consejo de Seguridad a deplorar los denunciados ataques del ejército sudanés y su aliada milicia árabe Janjaweed contra civiles en Darfur hace unos tres meses, y los "ataques indiscriminados y deliberados en curso" contra la población en otras áreas.
HRW desea que el Consejo de Seguridad insista para que el gobierno sudanés responsa sobre el paradero de más de 100 personas que fueron detenidas tras un ataque rebelde en Jartum el 10 de este mes. El grupo también demandó la rendición de dos sospechosos requeridos desde hace más de un año por la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya.
"El Consejo debe insistir en la responsabilidad sobre los crímenes cometidos durante la campaña que arrasó Jartum", señaló el director del Programa de Justicia Internacional de HRW, Richard Dicker.
En cuanto a la situación en Costa de Marfil, HRW alertó que las próximas elecciones en ese país podrían distraer la atención sobre las violaciones a los derechos humanos. Por tanto, demandó la revelación inmediata de un informe al respecto presentado al Consejo de Seguridad por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en diciembre de 2004.
"La justicia no puede quedar a un lado. Poner fin a la impunidad es clave para las perspectivas de paz y estabilidad", dijo Dicker. Mientras, la organización instó al gobierno de Chad a prohibir el uso de niños soldados y juzgar a los responsables de delitos contra la infancia.
En Somalia, HRW sugirió que el Consejo de Seguridad debería tomar medidas para poner fin a los ataques contra los trabajadores humanitarios, en medio del establecimiento de una comisión internacional para investigar las violaciones a los derechos humanos.
"Somalia es una de las tragedias más duras y desatendidas del planeta", dijo Gagnon. "Sin embargo, la respuesta de la comunidad internacional ha sido miope, en el mejor de los casos. El Consejo debe aprovechar este momento para corregir eso", añadió.
La activista se mostró también preocupada por los informes que sugieren una nueva ola de ataques por parte del Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés), grupo rebelde que ha combatido al gobierno de Uganda durante los últimos 16 años.
El LRA se hizo famoso por secuestrar a niños, para usarlos luego como soldados o colaboradores. Ese grupo armado arguye pelear por los intereses de la etnia acholi, pero es acusado por activistas de asesinar a civiles, violar a mujeres, saquear comercios e incendiar escuelas.
El centro de estudios humanitario Refugiados Internacional, con sede en Estados Unidos, calcula que más de 30.000 niños y niñas han sido raptados por el LRA desde 1986.
Algunos de los líderes de esa milicia afrontan acusaciones de crímenes contra la humanidad ante la CPI.
Gagnon y otros activistas dijeron que el Consejo de Seguridad debería ordenar una completa investigación sobre los ataques del LRA a civiles en la República Centroafricana y en el sur de Sudán.