EUROPA: EEUU mantiene plan de escudo antimisiles

Los países de la OTAN apoyan cautamente los planes de Estados Unidos de extender su sistema de defensa balística a Europa oriental, mientras Washington se esfuerza por cumplir con las condiciones de Rusia para que ese país acceda a su construcción.

Estados Unidos quiere ampliar su sistema de defensa construyendo un radar en la República Checa y una base antimisiles en Polonia, con la excusa de proteger a Europa de eventuales ataques de países como Irán.

El presidente estadounidense George W. Bush y su par de Rusia, Vladimir Putin, se reunieron el 6 de este mes en la sudoccidental localidad rusa de Sochi para debatir sobre la base militar, entre otros temas.

Bush prometió intentar integrar a Rusia al proyecto "como un socio igualitario de Estados Unidos", a pesar de que intentos similares de cooperación entre ambas naciones han fracasado en el pasado.

Esto ocurrió tras la cumbre de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) realizada entre el 2 y el 4 de este mes en Bucarest, en la que se consideró la posibilidad de integrar el proyecto a las estructuras de defensa de la alianza.
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Europa no parece preocupada por la cuestionable efectividad y costos del plan, y Washington pudo haber aplacado a aliados europeos preocupados asegurando que alcanzaría un acuerdo con Moscú, dijo a IPS Nick Witney, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.

"Hay una creciente sensación de que los rusos se están reconciliando con la (idea de instalar la) base. Estados Unidos hizo una serie de concesiones sobre el sistema, y podría haberlo vinculado a otros asuntos, tal como el ingreso de Rusia a la Organización Mundial del Comercio", agregó.

Actualmente la OTAN carece de instalaciones de defensa antimisiles, pero lleva a cabo estudios de factibilidad. Con la extensión del sistema, "la OTAN sólo tiene que preocuparse por cubrir el rincón sudoriental de Europa", dijo Witney a IPS.

Según el actual proyecto, el sistema de defensa antimisiles iría en contra del principio de seguridad colectiva e indivisible de la OTAN, dado que sólo protegería a Europa noroccidental de un hipotético ataque.

"No será un gran proyecto para la alianza, y dado que la mayor parte de la inversión vendrá de Washington, será más fácil para los europeos apoyarlo", agregó el ex presidente de la Agencia Europea de Defensa, en Bruselas.

Rusia y Estados Unidos podrían llegar a un acuerdo bajo el cual la estación con el radar y las plataformas de lanzamiento de misiles permanecerían inactivas hasta que se materializara la hipotética amenaza de Medio Oriente.

Moscú, convencido de que el sistema de defensa balística le tienen por objetivo, pide a Washington que aclare bajo qué condiciones planea instalar la base de Europa oriental, y si prevé construir más en otras partes.

Los expertos señalan que si Rusia accede a la construcción de la base tendrá una larga lista de demandas para Washington.

De otro modo, en caso de que las instalaciones sean construidas en Europa oriental, Moscú podría adoptar "medidas de naturaleza militar, técnica", en palabras del canciller ruso Sergey Lavrov.

Funcionarios militares de Moscú declararon reiteradamente que Rusia consideraría las nuevas instalaciones como blancos militares, contra los que incluso se podría desplegar armas nucleares si fuera necesario.

Pese a la resistencia polaca y checa, Estados Unidos aparentemente ofrece a Rusia la posibilidad de inspeccionar las instalaciones y de realizar un control técnico.

Pero los políticos checos y polacos se niegan a aceptar una presencia permanente de "tropas rusas" en sus países, y sólo accederían a inspecciones ocasionales que ellos dicen deberían ser retribuidas por Moscú.

Para la mayoría del público y de los políticos en estos países, una presencia rusa permanente en una instalación militar es inaceptable.

Rusia presiona intensamente para tener esa presencia, aun consciente de que difícilmente sea aceptada. Los reclamos de esos dos países de que sus funcionarios puedan realizar inspecciones recíprocas en territorio ruso fueron rechazadas en Moscú.

"No tenemos planes de trasladar nuestras bases de defensa con misiles, de instalarlas alrededor de Estados Unidos, de Polonia o de la República Checa. Estuvimos bastante satisfechos con el estado de reciprocidad expuesto en el tratado de defensa balística, pero los estadounidenses se retiraron, así que ahora no se puede hablar de reciprocidad", dijo Lavrov a los medios.

Ni a checos ni a polacos les hace felices que Estados Unidos esté negociando con Rusia por encima de ellos, y recientes informes llegan incluso a alegar que las negociaciones con la más demandante Varsovia están estancadas.

Medios polacos señalan que Washington se acercó a los checos para constatar si estarían dispuestos a albergar tanto la base del radar como las plataformas lanazamisiles.

Pero el gobierno checo, que planea firmar un acuerdo sobre la construcción del radar el mes próximo, tendrá que ponerse de acuerdo con la oposición dentro de su propia coalición o arriesgarse a que el parlamento rechace el proyecto.

El Partido Verde, socio menor en la coalición, dijo que la declaración de la OTAN no es suficiente para convencerlos de la naturaleza multilateral del plan, y varios funcionarios de la cúpula partidaria expresaron que el radar debería responder a las órdenes del bloque atlántico desde sus inicios.

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