El viejo chiste según el cual Estados Unidos tiene la mejor democracia que el dinero puede comprar se confirmó dramáticamente este jueves, cuando una organización no gubernamental informó sobre la influencia del poder económico en la política de este país.
Por cada día que el Congreso legislativo estuvo en sesión el año pasado, los cabilderos gastaron, en promedio, 17 millones de dólares para ganar el favor de legisladores y otros funcionarios, sostuvo el Centro para una Política Sensible (Center for Responsive Politics, CRP).
Empresas, sindicatos, gobiernos extranjeros y otros grupos de presión ("lobbies", en inglés) invirtieron el año pasado la suma sin precedentes de 2.790 millones de dólares —7,7 por ciento más que en 2006— para influir sobre las decisiones políticas.
"Cuando nuestra economía está al borde de la recesión, la industria del 'lobby' se encuentra en expansión", dijo la directora ejecutiva del CRP, Sheila Krumholz.
"Los grupos de presión son resistentes a la recesión. En algunos aspectos, incluso, buscan más (favores) del gobierno cuando la economía se desacelera", agregó.
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Pero es difícil "cuantificar cuánto obtienen los cabilderos como retorno de sus inversiones. Generalmente, el dinero gastado es relativamente poco comparado con las ganancias que sus clientes obtienen", señaló el portavoz del CRP, Massie Ritsch.
En el caso de los contratos gubernamentales, "los retornos son astronómicos. Se ganan licitaciones por valores multimillonarios a cambio de unos 100.000 dólares invertidos en el 'lobby'", agregó.
El sector de la salud fue el que más dinero dedicó en 2007: 444,7 millones de dólares, señaló el CRP.
Las instituciones financieras, de seguros e inmobiliarias se ubicaron en segundo lugar, con un desembolso de 418,7 millones de dólares, mientras que los laboratorios medicinales pagaron a los cabilderos 227 millones de dólares.
El CRP destacó que la industria farmacéutica invirtió en este concepto 1.300 millones de dólares en la última década, lo cual la coloca al tope de la estadística.
Las empresas de seguros, en 2007, gastaron 138 millones de dólares, seguidas por las compañías de electricidad (112,7 millones) y las de computación e Internet (110,6 millones). El sector bursátil y la banca de inversión repartieron 87,3 millones, 40 por ciento más que en 2006.
Entre las empresas u organizaciones individuales, la Cámara de Comercio de Estados Unidos figura al tope de la lista. Aunque la suma de dinero dedicado al cabildeo cayó 27 por ciento en 2007, tras alcanzar un récord en 2006, la organización y sus entidades miembro gastaron 52,8 millones de dólares, según el estudio.
Entre las 20 empresas más generosas figuran General Electric (23,6 millones de dólares), General Motors, el gigante petrolero Exxon Mobil, AT&T y las fabricantes de armas Northrop Grumman y Lockheed Martin.
El estudio del CRP señaló que el aumento del gasto en cabildeo durante 2007 está en línea con el incremento que ha venido registrando desde fines de los años 90, en torno a ocho por ciento anual.
Entre las organizaciones que se dedican al cabildeo, Patton Boggs fue la que obtuvo mayores ganancias por quinto año consecutivo: 41,9 millones de dólares, 20 por ciento más que en 2006.
Entre sus clientes más redituables figuran corredores de bolsa, productores de alimentos para mascotas y laboratorios como Bristol-Myers Squibb y Roche.