El precio del petróleo y otros temas económicos se convierten en las principales preocupaciones del público estadounidense, que se vuelve cada vez más escéptico en torno a la efectividad de las acciones militares de su país en el exterior, según un estudio divulgado este miércoles.
La influyente revista Foreign Affairs realizó una encuesta sobre cuáles eran los principales problemas que afronta Washington en el exterior.
Mientras 29 por ciento de los consultados mencionaron a la guerra de Iraq en la encuesta de octubre pasado, sólo 19 por ciento la citaron en marzo, cuando se llevó a cabo la última edición del Índice de Confianza en la Política Exterior de Estados Unidos.
En el mismo periodo de seis meses, la proporción de encuestados que mencionaron la economía como el principal desafío en política exterior se incrementó de tres por ciento a 11 por ciento, dejando al "terrorismo" en el segundo lugar de preocupaciones, según la encuesta.
El Índice es un proyecto supervisado desde su creación en 2005 por la organización no partidista Public Agenda.
[related_articles]
Siete de cada 10 encuestados dijeron estar "muy" preocupados por el aumento en los costos de la energía, un salto de 16 puntos porcentuales respecto de octubre pasado que eclipsó al 56 por ciento de los que dijeron estar "muy" inquietos por el impacto de la guerra en Iraq.
La proporción de aquellos "muy" preocupados por el hecho de que Estados Unidos le pueda deber demasiado dinero a otros países también aumentó en forma drástica en los últimos seis meses, pasando de 31 por ciento a 41 por ciento, dejando en evidencia cómo la economía ha pasado al tope de la agenda pública en vísperas de las elecciones generales de noviembre.
Además, la última encuesta mostró una marcada ampliación de la brecha entre el porcentaje de entrevistados que piden al gobierno un mayor énfasis en las herramientas diplomáticas y económicas para combatir el terrorismo y el porcentaje de los que confían más en los "esfuerzos militares".
En el último estudio, 69 por ciento de los consultados eligieron la primera opción, contra apenas 23 por ciento que optaron por la segunda. Hace apenas seis meses, la diferencia era de 65 por ciento y 28 por ciento.
"Si se ve el Índice, no hay mucho apoyo público al uso de la fuerza militar para ningún asunto", señaló Bob Inman, ex vicedirector de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y que ahora integra la junta de directores de Public Agenda.
A este respecto, el casi seguro candidato presidencial del gobernante Partido Republicano, John McCain, quien ha adoptado posturas más belicistas sobre Medio Oriente, Rusia y China que los precandidatos del opositor Partido Demócrata, Barack Obama y Hillary Clinton, podría ser más vulnerable en las próximas elecciones, según el consultor y presidente de Public Agenda, Daniel Yankelovich.
"Creo que las posturas sobre política exterior de los candidatos aún no han sido comunicadas al electorado. Cuando lo hagan, su belicismo conspirará contra él, siempre que los demócratas encuentren una forma de rebatir su postura", explicó.
De hecho, 47 por ciento de los consultados dijeron que Washington debería usar la diplomacia para tratar de establecer mejores relaciones con Irán (contra el 35 por ciento de hace seis meses), mientras que 28 por ciento preferían que se adoptaran sanciones económicas internacionales para presionar a Irán a que congele su programa nuclear, y 11 por ciento dijeron que Estados Unidos no necesitaba hacer nada.
Por el contrario, sólo 12 por ciento de los consultados dijeron que Washington debía amenazar o directamente tomar acciones contra Teherán, siete puntos porcentuales menos que hace seis meses.
Además, siete de cada 10 consultados coincidieron en la afirmación de que "para resolver el conflicto palestino-israelí, Estados Unidos e Israel tienen que trabajar con países no aliados en Medio Oriente, como Siria".
El Índice, realizado sobre la base de 110 preguntas a 1.000 adultos, busca identificar los temas de política exterior que provocan más preocupación en el público general, y si esa preocupación puede alcanzar un "punto de inflexión", con consecuencias políticas.
En la encuesta de octubre de 2006, Yankelovich constató que la insatisfacción pública con el desempeño del gobierno de George W. Bush en la guerra de Iraq alcanzó un "punto de inflexión". El resultado de las elecciones legislativas de noviembre de ese año, en la que los demócratas lograron el control en ambas cámaras del Congreso, corroboró su hipótesis.
En la última encuesta, Yankelovich dijo que la preocupación por los precios del petróleo y la incertidumbre sobre las futuras fuentes de energía parece estar alcanzando otro "punto de inflexión", superando a cualquier otra preocupación.
No sólo siete de cada 10 entrevistados dijeron estar "muy" preocupados por los costos energéticos, sino que además seis de cada 10 dijeron que reducir la dependencia energética del petróleo extranjero fortalecería la seguridad de Estados Unidos.
Sólo 19 por ciento de los encuestados le dieron al gobierno de Bush un puntaje de A o B en su desempeño ante este problema, en tanto que 53 por ciento le dieron D o menos.