España ha extendido su presencia en África a través de la firma de acuerdos comerciales con Egipto y República Democrática de Congo, que facilitarán el ingreso de empresas españolas en esos mercados.
El acuerdo con Egipto contempla la disponibilidad de fondos para compañías de ese país que compren bienes y servicios de origen español e incluye cumbres bilaterales regulares, similares a las que Madrid realiza anualmente con Argelia, Marruecos y Túnez.
El tratado de Amistad y cooperación fue firmado por el rey de España, Juan Carlos, y el presidente egipcio, Hosni Mubarak.
España es el segundo país europeo, luego de Italia, que ha establecido un vínculo de este tipo con Egipto.
En su visita a El Cairo, Juan Carlos viajó acompañado por un grupo de más de 80 empresarios que representaron a unas 50 compañías españolas.
En 2006, España figuraba octava en la lista de exportadores europeos a Egipto. Se convirtió en el tercer inversor extranjero en ese país a partir de la construcción de una planta de gas licuado en el puerto de Damietta, a 200 kilómetros de El Cairo, a cargo de la compañía española Unión Fenosa.
El tratado bilateral también consagra principios como la no intervención en los asuntos internos, la resolución pacífica de los conflictos y el respeto por los derechos humanos y las libertades individuales.
Durante la visita, directivos de empresas españolas de los sectores de turismo, energía, infraestructura, financiero, comercial y de servicios se reunieron con ministros del gabinete egipcio y miembros de la confederación industrial para explorar oportunidades de inversión.
En el marco del acuerdo Madrid destina 270,5 millones de dólares —de un total de 398 millones— para financiar compras de bienes y servicios españoles destinados a proyectos gubernamentales egipcios y ayudar a empresas que se radiquen en Egipto.
Los proyectos se desarrollarán en las áreas de energía renovable, infraestructura de transporte, tecnología de la comunicación y la información, tratamiento de agua y manejo de residuos sólidos.
El acuerdo entre España y República Democrática de Congo apunta básicamente a los servicios sociales y la protección de los grupos más vulnerables, como las mujeres y los niños, a través del apoyo a las instituciones locales.
Además de la colaboración en materia de atención primaria de la salud, educación y transporte, contempla proyectos para la protección ambiental, desarrollo sustentable e investigación científica y tecnológica.
España ha declarado a República Democrática de Congo como un "país de atención preferencial". En el marco del plan de cooperación 2005-2008 la ayuda se incrementó considerablemente. En 2006 se desembolsaron más de 23,8 millones de dólares.
Hubo contribuciones adicionales de los gobiernos regionales de Cataluña y Navarra, por un total de 5,9 millones de dólares, lo que marcó un gran incremento respecto de los 47.700 dólares invertidos en 2004 por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECI).
Se estima que en un plazo de cinco años la AECI se establecerá en las tres regiones de República Democrática de Congo. Una oficina será abierta en la capital, Kinshasa, para manejar las relaciones entre los dos países. Las actividades incluirán proyectos de cooperación, ayuda alimentaria, asistencia en emergencias y subvenciones a organizaciones no gubernamentales.
Una de las empresas españolas que participan en esos proyectos es Progosa, que hará un estudio sobre el estado de los puertos y la infraestructura ferroviaria de ese país africano con el objeto de elaborar un plan estratégico para mejorar sus actuales pobres condiciones.
