BALCANES: Resquebrajados por la OTAN

La seguridad de los Balcanes ocupó un lugar central en la cumbre de la OTAN en Bucarest, en la que algunas naciones de la región fueron invitadas a unirse a la alianza atlántica, otras siguen en espera y otras más quedaron afuera.

En lo que a incorporaciones respecta, Albania y Croacia, como se esperaba, fueron invitadas a unirse a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).

"Todos ustedes pertenecen a una región que sufrió conflictos terribles hace tan solo unos años y por ello vuestra integración tiene un significado especial", declaró en la cumbre de la semana pasada el secretario general de la alianza militar, el holandés Jaap de Hoop Scheffer.

La desintegración de la antigua Yugoslavia se cobró más de 100.000 vidas en las guerras de secesión que transcurrieron entre 1991 y 1995.

La repuesta violenta de Belgrado a la rebelión de la población de origen albanés de la entonces meridional provincia serbia de Kosovo y la insurgencia independentista albanokosovar llevó a la primera intervención militar de la OTAN en Europa en 1999.
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Tras 11 semanas de bombardeo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) asumió la administración de Kosovo, que el 17 de febrero declaró unilateralmente su independencia, la cual no fue reconocida por Serbia, Rusia y numerosos países.

La situación mejoró mucho desde la década del 90, pero las consecuencias aún se sienten en el desarrollo económico, la lentitud de la reconciliación y la presencia de 15.000 efectivos de mantenimiento de la paz de la OTAN en Kosovo.

Entre los países que quedaron en suspenso se encuentra Macedonia, que había cumplido con los requisitos para su integración, pero se enfrentó con la férrea oposición de Grecia.

Atenas considera que el origen del nombre Macedonia es helénico y no se corresponde con el antiguo territorio que gobernó el rey de Macedonia Alejandro Magno (336-323 antes de Cristo).

Grecia terminó aceptando Antigua República Yugoslava de Macedonia para su vecino de dos millones de habitantes, ubicado entre su territorio y Serbia.

Entre los países que quedaron fuera de la alianza, Bosnia-Herzegovina y Montenegro mantendrán un "diálogo intensificado", que les permitirá acercarse al Plan de Acción para la Adhesión, previo a su incorporación.

Todas las naciones de la región, incluida Serbia, formaron parte del programa de Asociación para la Paz, otro prerrequisito para integrarse a la OTAN.

En consecuencia, disminuyeron efectivos y equipamientos, terminaron con la conscripción y crearon fuerzas que de ninguna manera se parecen a las que libraron las sangrientas guerras de los años 90.

La coalición gobernante en Serbia se rompió en marzo a raíz de la declaración unilateral de independencia de Kosovo, territorio considerado la cuna de la nacionalidad serbia.

Los nacionalistas, liderados por el primer ministro Vojislav Kostunica, no estuvieron de acuerdo con los reformistas del Partido Demócrata, del presidente Boris Tadic, acerca del futuro de Serbia.

Kostunica propuso romper todos los vínculos con los países que reconocieran la independencia de Kosovo. Los reformistas, en cambio, se opusieron a la medida. En mayo habrá nuevas elecciones.

El primer ministro definió varias veces a Kosovo como un "estado ilegal creado por la OTAN", y a menudo recuerda a la población el bombardeo de 1999.

Kostunica sostiene que la alianza atlántica no puede ser "amiga de los serbios". En la campaña electoral, su Partido Democrático de Serbia aboga por la "neutralidad" en asuntos militares.

Por su parte, los ministros salientes del prooccidental y reformista Partido Democrático, del presidente Tadic, tratan de calmar los ánimos en los ámbitos nacional e internacional.

"Evitamos una guerra en Kosovo", señaló el ministro de Defensa Dragomir Sutanovac, del Partido Democrático, al periódico Vecernje Novosti. "Había personas en el gobierno que querían que ayudáramos a los serbios de Kosovo con armas y municiones."

La mayor agrupación opositora, el ultranacionalista Partido Radical, llegó a apoyar a extremistas favorables a la lucha armada para recuperar Kosovo.

Dirigentes radicales se dicen dispuestos a ofrecer a Rusia la instalación de misiles de largo alcance en Serbia, en respuesta a la iniciativa de Estados Unidos de tener las suyas en Europa oriental.

La atmósfera caldeada de Serbia tras la declaración unilateral de independencia de Kosovo se recalentó con ese tipo de argumentos.

En cambio, para Kosovo, la invitación hecha a Albania por la OTAN es un momento histórico para la región.

"Al cumplir con los requisitos necesarios para integrarse a la OTAN, Albania demostró ser un factor de paz, seguridad y estabilidad para la región", reza el telegrama enviado por el primer ministro kosovar Hashim Thaci a su contraparte albanés, Sali Berisha.

"Croacia tiene una posición de liderazgo en la región a raíz de la inestabilidad de Serbia", dijo a IPS el analista militar Aleksandar Radic. "Mientras, el comportamiento de Serbia es paradójico. Gran parte de los nacionalistas están contra la OTAN, cuando estamos casi rodeados por ella."

"Además, es la OTAN la que debe hacerse cargo de la seguridad de los serbios en Kosovo. Eso indica que los políticos no comprenden las circunstancias actuales. Pero las cosas cambiarán cuando se acepte la nueva realidad política".

Radic considera que a diferencia de la época de la Guerra Fría, la OTAN es más una organización política, con "menos amenazas y contadas brigadas, divisiones, aviones y buques de guerra".

"Para integrarse a la Unión Europea (UE), todos y cada uno de los países de Europa oriental deben antes formar parte de la OTAN, y todas las naciones de los Balcanes tienen ofertas para integrarse al bloque en los próximos años", añadió Radic.

En Croacia, la invitación a integrarse a la OTAN fue considerada un gran logro para el país. El primer ministro Ivo Sanader declaró a la prensa desde Bucarest, que "es la mejor noticia y la mejor opción para un futuro estable y seguro de la región".

Por su parte, el presidente Stipe Mesic consideró el hecho como "un reconocimiento a las reformas y a la política exterior de Croacia". Pero no todos los croatas comparten ese entusiasmo.

Muchas organizaciones convocaron a manifestaciones pacíficas en protesta por la visita del presidente estadounidense George W. Bush a Zagreb el viernes y el sábado, tras la cumbre de la OTAN realizada del 2 al 4 de este mes en Bucarest.

Activistas contra la incorporación de Croacia a la alianza militar crearon una comisión para someter el asunto a referendo. Ya llevan recolectadas unas 70.000 firmas, de las 400.000 que necesitan para iniciar el proceso.

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