Una fuerte controversia estalló en Islandia sobre la construcción de una planta para la producción de aluminio, que se abastecerá de energía geotérmica en lugar de hidroelectricidad.
La energía geotérmica está vista como más "amigable" con el ambiente que la hidroeléctrica. La planta será relativamente pequeña: comenzará a producir entre 125 y 150 toneladas de aluminio por año, aunque los propietarios se han fijado una meta de 250.000 toneladas anuales en el futuro.
La Agencia de Planeamiento concluyó que el impacto ambiental del proyecto es aceptable. Sin embargo, señaló que el abastecimiento de energía debe estar asegurado, que debe haber un acuerdo respecto de las líneas de transmisión y que las cuotas de emisión deben ser fijadas antes de que se otorgue una licencia de construcción.
El abastecimiento energético no está garantizado. Hay dudas sobre si los propietarios de las tierras aceptarán que se usen sus recursos para que la planta pueda funcionar.
El problema con las líneas de transmisión es que deben atravesar nueve municipalidades y todas deben dar su consentimiento para tenerlas en su tierra. También hay desacuerdos sobre si deben ser aéreas o subterráneas.
La compañía involucrada, Landsnet, inicialmente quiso que las líneas fueran subterráneas, porque su costo representa la cuarta parte de los correspondientes a un cableado aéreo. Pero el público, y algunas de las municipalidades, quieren que no se vean, porque parte del trayecto pasaría por lugares populares de esparcimiento.
Los permisos de emisión no fueron adjudicados el año pasado porque el proyecto no había avanzado lo suficiente. Pero ahora deben ser otorgados para que la planta siga adelante.
Hay otra complicación. La no gubernamental y ecologista Landvernd planteó al ministro de Ambiente, Thorunn Sveinbjarnardottir, que el estudio de impacto ambiental debía evaluar losa efectos de la planta, las líneas de transmisión y las fuentes de energía que serían utilizadas.
Sveinbjarnardottir tomó el tema en consideración, aunque el proceso podría ser muy lento. Las municipalidades en las que será construida la planta apoyan el desarrollo del proyecto.
Pero les dijo que esperen, porque las evaluaciones de riesgo no habían sido aún completadas.
La Agencia de Planificación enfatizó sobre los permisos de emisión y planteó la necesidad de una decisión sólida sobre las líneas de transmisión.
El alcalde de una de las municipalidades involucradas en el proyecto, Arni Sigfusson, dijo a IPS que no puede autorizar una construcción sin la luz verde de la Agencia de Planificación.
Arni Finsson, de la Asociación para la Conservación de la Naturaleza en Islandia dijo que se debía combatir el proyecto en "todos los frentes" .
Señaló que la Agencia de Planificación tiene tres objeciones: la incertidumbre sobre la provisión de energía, la transmisión y los derechos de emisión", temas sobre los cuales van a trabajar ya que "las municipalidades involucradas no los han encarado".