Ambientalistas y activistas de Estados Unidos que vigilan la actividad de las empresas apuntan contra Toyota, la mayor firma automotriz del mundo, por su constante oposición a proyectos de ley para mejorar la eficiencia en el uso de combustibles.
"Toyota podría ser un real y sorpresivo contendiente en la Sala de la Vergüenza Corporativa de este año", dijo Kelle Louaillier, directora ejecutiva de Corporate Accountability International (CAI), organización dedicada a la defensa de los derechos del consumidor, con sede en Boston.
La Sala de la Vergüenza Corporativa es una encuesta anual realizada por CAI a través de Internet, en esta ocasión con el 4 de julio como fecha límite, para identificar empresas que no respetan las leyes ambientales y laborales de Estados Unidos.
Aunque los consumidores son libres de votar por cualquier actor corporativo, CAI urge a considerar a Toyota y a otras siete multinacionales como las "mejores candidatas" a ubicarse en la Sala de la Vergüenza de este año.
"Toyota gasta miles de millones de dólares en barnizar de verde sus automóviles. Incluso quienes ejercen presión a su favor alegan que sus ingenieros no saben cómo cumplir con criterios de eficiencia", dijo Louaillier a IPS.
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"Toyota viene haciendo mucho dinero y divirtiéndose mucho a expensas de los consumidores. La Sala de la Vergüenza permitirá a los consumidores divertirse un poco a expensas de Toyota", agregó.
La firma comenzó a concitar los ataques de importantes organizaciones ambientalistas durante el verano boreal pasado, cuando empezó a usar agresivas tácticas para presionar contra el proyecto federal de energía que ahora requiere a los fabricantes de automóviles dejar de vender vehículos consumidores de gas para 2020.
Por su parte, la firma japonesa parece estar esforzándose por impulsar la imagen de compañía con conciencia ambiental que se preocupa por el recalentamiento planetario y los riesgos asociados con el aumento de las emisiones de dióxido de carbono.
El pasado otoño boreal, Toyota lanzó una serie de avisos televisivos de tónica ambiental. La campaña costó millones de dólares.
En su sitio web, la empresa señala que ha adoptado "un enfoque exhaustivo hacia asuntos de energía y calentamiento global promoviendo medidas para reducir las emisiones de dióxido de carbono tanto en la etapa de desarrollo como en la de diseño, así como en las de producción y logística".
Pero críticos como Louaillier ven fuertes contradicciones entre la imagen proyectada de la compañía y sus acciones prácticas.
"Se ha opuesto a proyectos de ley sobre 'automóviles limpios' en múltiples estados. Es miembro de dos importantes asociaciones de comercio automovilístico, que tratan de impedir que la nueva ley del occidental estado de California reduzca la contaminación del calentamiento global", dijo Louaillier.
Esas instituciones son la Alianza de Fabricantes de Automóviles y la Asociación Internacional de Fabricantes de Automóviles, que continúan presionando contra leyes que ordenarían una mayor eficiencia de los combustibles.
La oposición de Toyota al estándar propuesto de 35 millas por galón (unos 56 kilómetros por casi cuatro litros), según algunos críticos, dejó a muchos de sus clientes leales y de mentalidad ambientalista sintiéndose sorprendidos y traicionados.
Mientras, competidores como Nissan apoyan los nuevos criterios.
Hasta ahora han votado en la encuesta en línea más de 10.000 personas, dijo a IPS Sara Joseph, de CAI. El año pasado accedieron al sitio web de la organización casi 20.000 votantes.
Toyota gastó casi 3.100 millones de dólares en todo el mundo en 2006, y alrededor de 2.000 millones de dólares en Estados Unidos, comercializando sus productos y promoviendo su imagen general.
Toyota y sus asociaciones comerciales también gastaron al menos 7,7 millones de dólares presionando a legisladores, según el Centro para la Política Responsable, con sede en Washington.
Actualmente, la firma automotriz está atrapada en una batalla campal con la General Motors para ser la número uno mundial del sector.
El año pasado, ambas empresas vendieron alrededor de ocho millones de automóviles. Toyota vendió más de un millón de vehículos híbridos en todo el mundo, y representó 78 por ciento de las ventas de esos vehículos en Estados Unidos.
Ahora Toyota es el mayor fabricante de autos del planeta, según CAI, entidad que agrega que, aunque la compañía construyó su imagen verde en torno al famoso modelo Prius, "las ventas de híbridos cuentan apenas una pequeña parte de su historia".
La dependencia de Toyota de la camioneta Tundra, de 14 millas por galón (unos 22,5 kilómetros por casi cuatro litros), así como de otros a gas, redujo la eficiencia del combustible de sus vehículos a niveles inferiores a los de hace varias décadas.
Los nominados de la firma para sus elecciones anuales a la Sala Corporativa de la Vergüenza también incluyen a Archer Daniels Midland (ADM), Countrywide, Mattel, Nestle, Blackwater, Wal-Mart y Wendy's.
Louaillier describió la votación de la Sala de la Vergüenza como una manera efectiva de responsabilizar a las corporaciones por importantes abusos al interés público y llamarles la atención a los políticos.
Además de Toyota, todas las corporaciones nombradas por CAI son acusadas de influir sobre funcionarios políticos, debilitar los procesos democráticos de toma de decisiones gubernamentales y poner en peligro el ambiente y la salud pública.
El recalentamiento global, la especulación bélica y los préstamos depredadores aparecen en puestos destacados de las encuestas.
El grupo espera una concurrencia récord en este periodo electoral, antes que se cierren las urnas el 4 de julio. Señaló que más de 20.000 participaron el año pasado en su votación, que designó a ExxonMobil, Haliburton y Wal-Mart como los peores abusadores del mundo corporativo.
CAI nombró a ADM como una de las peores corporaciones este año, porque el gigante de los agronegocios lleva a cabo operaciones masivas en las turbas de Indonesia para crear plantaciones de palma.
Los científicos señalan que, debido a la constitución química única de los bosques de turba de Indonesia, su despeje se suma de modo significativo a la amenaza del calentamiento global.
Un informe difundido el año pasado por la organización ambientalista Greenpeace Internacional afirmó que la deforestación a gran escala en Indonesia es responsable de 1.800 millones de toneladas de carbono lanzadas a la atmósfera cada año, lo que representa alrededor de cuatro por ciento del total mundial de emisiones de gases invernadero.
Algunos investigadores señalan que Indonesia ya perdió aproximadamente 50 por ciento de su turba y, como consecuencia, se convirtió en el tercer mayor emisor mundial de gases invernadero, sólo detrás de China y Estados Unidos.
Al considerar las violaciones a los derechos del consumidor, CAI señaló a Countrywide Financial Corporation como el peor prestamista del país. Indicó que éste depende fuertemente de hipotecas "depredadoras" para la especulación, con buena parte del préstamo dirigido a personas ancianas o no angloparlantes.
Acciones efectuadas por Countrywide, según CAI, han empujado a casi un cuarto de los prestatarios a incurrir en moras, al mismo tiempo que su presidente ganaba un salario de 120 millones de dólares. Los servicios de Countrywide representan alrededor de 17 por ciento del mercado hipotecario de Estados Unidos.
Citando documentos de la Securities and Exchange Commission (SEC) de Estados Unidos, el grupo destaca que el presidente de Countrywide, Angelo R. Mozilo, ganó 13 millones de dólars en un solo mes el verano boreal pasado incluso mientras la situación financiera de la compañía empeoraba.
Mozilo cosechó unos 150 millones de dólares durante 2007 al vender sus propias acciones de Countrywide.
CAI dijo nominar a la firma privada de seguridad Blackwater Worldwide como potencial candidata para el ingreso a la Sala de la Vergüenza por matar a civiles no armados en Iraq y usar sus vínculos con el gobierno de George W. Bush para garantizarse contratos lucrativos en ese país devastado por la guerra.
El grupo criticó a Mattel Corporation por producir juguetes contaminados con plomo y por presionar contra las prohibiciones sobre otras sustancias tóxicas. También acusó a Nestle Corporation de abusos a los derechos laborales en todo el mundo, lo que incluye explotación infantil.
Sobre la cuestión de la seguridad en la salud pública, la organización planteó serias preocupaciones a propósito del modo en que el gigante de la comida rápida Wendy's International hace sus negocios.
Investigadores de CAI sostienen que la negativa de la empresa a cumplir con regulaciones de etiquetado nutricional se suma a la creciente epidemia de obesidad y diabetes infantiles.
Wendy's es la tercera cadena de hamburgueserías más grande del mundo, luego de McDonald's y Burger King.
La presidenta de Wendy's, Kerrii B. Anderson, cobra un salario anual de 2,62 millones de dólares.
"Creemos que todos los nominados se merecen esta deshonra infame. Pero estamos ansiosos por ver a cuál seleccionarán los votantes de las corporaciones como el peor de los peores", dijo la directora ejecutiva de CAI, Kelle Louaillier.