MALASIA: Revés electoral impulsa ansiadas reformas

El primer ministro de Malasia, Abdullah Badawi, en la cuerda floja por el revés electoral de su partido, se propone revertir la situación con reformas que empezaron por incluir en el gabinete a varios de sus críticos.

Badawi también dejó de lado a viejos funcionarios de la época del ex primer ministro Mahathir Mohamad (1981-2003) que se resisten a los cambios.

Para calmar los ánimos de quienes los acusan de no haber promovido transparencia y responsabilidad, como prometió en la campaña, Badawi anunció que ahora sus ministros tendrán que hacer públicos sus bienes.

"La gente debe saber, tiene derecho a saber", sentenció el primer ministro.

¿Más vale tarde que nunca?
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Algunos observadores así lo creen, pero otros piensan que fue el pésimo resultado electoral de inicios de este mes lo que obligó a Badawi a tomar decisiones drásticas que antes evitaba, pese a que llegó al gobierno en 2004 con la promesa de terminar con los excesos de Mahathir.

Por su parte, el líder opositor Lim Kit señaló que el gobierno de Badawi envía señales confusas. "Pero el tiempo puede no estar de su lado", dijo a IPS.

La coalición oficialista Frente Nacional, que reúne 14 partidos, perdió en los comicios del 8 de este mes el gobierno en cinco estados, que pasaron al Partido por Justicia Popular, liderado por el ex primer ministro Anwar Ibrahim (1993-1998).

Además, la alianza entre la agrupación de Ibrahim, el pro-chino Partido por la Acción Democrática, y el Partido Pan-Malayo Islámico (PAS) obtuvo 82 de los 222 escaños en juego, 30 menos de los necesarios para formar gobierno.

Por su parte, el Frente Nacional perdió la mayoría de dos tercios que ostentaba desde la independencia de este país de Asia sudoriental en 1957 y pasó de 199 a 130 legisladores.

El primer ministro anunció un gabinete más pequeño, de 68 miembros, y en el proceso suprimió pesos pesados cuestionados. Pero lo que sorprendió fue que incluyera en el gobierno a algunos de sus más acérrimos críticos.

De hecho, Badawi quitó de su lista al destacado abogado de derechos humanos y crítico de su régimen Zaid Ibrahim, pero ahora lo nombró ministro y le encomendó la tarea de erradicar la corrupción de la justicia.

También nombró a Shahrir Samad y Shabery Cheek a quienes encargó la reforma del Estado.

A fin de garantizar la confianza de empresarios, Badawi reclutó a Amirsham Aziz, presidente y director general de Maybank, el banco más grande de Malasia, quien se hará cargo de la importante unidad de planificación económica.

"Hace tiempo que ese tipo de reforma tendría que haberse hecho", señaló el abogado de derechos humanos y vicepresidente del Consejo de Abogados Ragu Kesavan.

"Parece que el fracaso electoral obligó a Badawi a renovar los funcionarios. Pero la cuestión radica en saber si éstos tendrán el poder y las posibilidades de hacer cambios", apuntó.

"Los cambios tendrán que ser inmediatos y a fondo para convencer a los votantes", remarcó. "Hay que esperar y ver cuán lejos llega su nuevo equipo".

La seriedad de Badawi se evaluará según la rapidez con que se designe una comisión judicial independiente dedicada a garantizar que se nombren y asciendan jueces honestos.

Badawi perdió cinco estados, que pasaron a la oposición liderada por Anwar Ibrahim, quien se considera como "primer ministro y gobierno en espera".

Ibrahim no pudo figurar en las listas de las elecciones del día 8 por haber estado preso, a pesar de que los cargos de corrupción y sodomía por los que fue condenado eran falsos.

Analistas especulan acerca de la duración del gobierno de Badawi, tras el revés electoral. Incluso aventuran la posibilidad de que en la mitad de su mandato entregue las riendas al viceprimer ministro Najib Razak.

Tanto Badawi como Ibrahim declararon que aceptarían legisladores del bando opuesto, pero que no comprarían a ninguno. El hecho acentúa el clima de inseguridad política que se apoderó del país.

A fin de convencer a los votantes de la seriedad de su reforma, Badawi sacó del gabinete a su yerno, Khairy Jamaluddin, de 32 años, al que ahora se considera en parte responsable de la debacle en los comicios.

Rafidah Aziz, ministra de Comercio Internacional desde 1987, fue una de las grandes bajas de la redistribución.

Badawi retuvo el cargo de primer ministro de Finanzas y mantuvo al tecnócrata Nor Mohamed Yakcop como segundo ministro de esa cartera, pero cedió ante los críticos y entregó el Ministerio de Seguridad Interna al ex canciller Syed Hamid Albar.

A fin de rearmar su partido, la oficialista Organización Nacional de Malayos Unidos (ONMU), Badawi llamó otra vez al popular pero polémico Muhammad Taib como ministro de Desarrollo Rural y Regional.

Taib fue detenido en Australia en 1996 por llevar una valija con varios millones de dólares, aunque fue luego absuelto.

Pero quizá eso no sea suficiente.

El legislador y ex ministro de Finanzas Razaleigh Hamzah declaró su intención de disputar la presidencia de la ONMU, si es designado para las elecciones partidarias de agosto.

Viejo rival de Badawi, Hamzah propuso una reunión para discutir el futuro de la agrupación.

Entre los que reclaman la dimisión de Badawi y su renuncia a la presidencia del partido se encuentra Mukhriz Mahathir, hijo del ex primer ministro Mahathir Mohamad, considerado uno de los legisladores más influyentes.

"Es verdad que liberales, críticos y reformistas pasaron a integrar el gabinete", reconoció Steven Gan, editor del portal de noticias independiente malaysiakini.com. "Además de la eliminación de viejos funcionarios que se resistían al cambio".

"Pero tenemos que esperar y ver cómo funcionan como equipo y qué libertad de acción les da Badawi", añadió Gan.

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