ENERGÍA-EUROPA: Choque nuclear entre poderosos bloques

El presidente francés Nicolás Sarkozy y el primer ministro británico Gordon Brown darán impulso esta semana en Londres a una nueva generación de centrales nucleares, cuya tecnología pretenden exportar al resto del mundo.

El acuerdo, adelantado por el diario británico The Guardian, contraría los criterios de Alemania y España de cierre paulatino, por razones de seguridad, de todas las centrales nucleares y su sustitución por mecanismos de producción de electricidad de fuentes renovables.

Los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Angela Merkel seguirán con atención la cumbre que se celebrará en el estadio del club de fútbol Arsenal, en Londres, y que, por otra parte, confirma la aproximación de Francia a Gran Bretaña en detrimento de Alemania.

También reabre la discusión, en la Unión Europea entre los partidarios del cierre de las centrales nucleares y los que impulsan esa tecnología, dado su impacto ambiental supuestamente menor al del petróleo y el alza de los precios del crudo.

Reelegido hace quince días presidente del gobierno español por un periodo de cuatro años, el socialista Zapatero reafirmó que su país "apuesta por las energías renovables y no por la opción fácil de la energía nuclear cuando, todavía, no se ha resuelto el grave problema que suponen los residuos radioactivos."

La posición de Zapatero permanece invariable desde el acuerdo programático que firmó con el partido Los Verdes para las elecciones legislativas de 2004, en el que se comprometió al "abandono gradual de la energía nuclear en España para sustituirla por otras más seguras y limpias y menos costosas".

Dos meses después, ya como presidente, anunció ante el Congreso de los Diputados el cierre de la central nuclear de Santa María Garoña, en Burgos, para 2009, y luego el de las restantes siete, y reiteró que no autorizaría la la construcción de otras nuevas.

Garoña fue inaugurada en 1971, con una vida útil entonces estimada en 40 años. Sus propietarias, las empresas eléctricas Endesa e Iberdrola, aseguran hoy que puede funcionar sin riesgo hasta los 60 años de antigüedad y piden al gobierno que no la cierre.

Ambas firmas argumentan que la energía nuclear es menos contaminante que la producida con combustibles fósiles, y que es conveniente no depender de otros países para la generación de electricidad.

La central de Guadalajara, la única que superaba en antigüedad a la de Garoña, se cerró en 2006. El PSOE ya estaba en el gobierno, pero ese partido se encontraba en la oposición cuando alcanzó un acuerdo al respecto en 2002 con el entonces gobernante Partido Popular (PP).

Este precedente hace impensable la prórroga solicitada por Endesa e Iberdrola.

El alza del petróleo altera la opinión pública de una Europa que, tras la catástrofe en la central atómica ucraniana de Chernobyl, en 1986, se opuso a la energía nuclear. Cada día surgen más dudas sobre el modelo energético a seguir en Europa.

El debate se abre camino en los miembros más antiguos e industrializados de la Unión Europea, que no quieren perder el tren del crecimiento y comienzan a mirar a la energía nuclear como alternativa a la crisis energética.

Los países de Europa central y oriental se niegan a desmontar para 2009 sus viejos reactores, que se remontan a la era soviética, como les pide la UE: dicen que les aseguran el suministro energético.

Los gobiernos de Alemania y España son hoy los que se oponen con más firmeza a las centrales nucleares.

"Es preciso que España se aleje de la tentación de la energía nuclear. Debe apostar por las (fuentes) renovables, ya que tiene una enorme capacidad de energía (…) eólica y solar, que nos permitiría ser líderes en el mundo", dijo Zapatero dos días antes de las últimas elecciones a la cadena de radio SER.

Pero aun dentro del PSOE hay quienes discrepan con la línea del presidente del gobierno, como el ex presidente Felipe González, el ex ministro de Industria Juan Manuel Eguiagaray, el comisario de Asuntos Económicos de la UE, Joaquín Almunia, y el responsable de Seguridad y de Política Exterior del bloque, Javier Solana.

También hay disensos en el PP: allí coexisten tendencias minoritarias partidarias de prolongar la moratoria nuclear con la del presidente del partido, Mariano Rajoy, y el ex presidente del gobierno José María Aznar, más proclives a la vuelta a los reactores nucleares.

El experto en física nuclear Guillermo Valverde advirtió, en un informe para la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) que preside Aznar, que "la elevada dependencia energética española y los compromisos de Kyoto refuerzan las ventajas de la energía nuclear para España."

Valverde se refería al Protocolo de Kyoto, que ordena a los países industrializados reducir sus emisiones de gases invernadero, gran parte de los cuales surgen con la quema de combustibles fósiles como petróleo, gas y carbón.

La cumbre en Londres podría reabrir a nivel nacional y europeo la discusión silenciada por el drama de Chernobyl y, posiblemente también, por razones electorales.

El secretario general de la central sindical comunista Comisiones Obreras, José María Hidalgo, ha expresado su opinión favorable al debate. En España puede ser desinhibido y franco, pues las elecciones ya pasaron.

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