El almirante William Fallon, máximo jefe militar de Estados Unidos para Medio Oriente, sería reemplazado en breve debido a sus declaraciones críticas a una acción militar contra Irán, que provocaron la ira del presidente George W. Bush y del vicepresidente Dick Cheney.
En un artículo publicado en la revista Esquire, Thomas P. M. Barnett, ex funcionario del Departamento (ministerio) de Defensa, escribió que Fallon irritó a Bush por desafiar "descaradamente" sus amenazas de desatar una guerra contra Irán.
Según Barnett, quien cita conversaciones con Fallon, el almirante justificó privadamente su actitud por la necesidad de aplacar los temores de Egipto y otros regímenes árabes aliados de Washington frente a la posibilidad de un ataque unilateral y no provocado contra Teherán.
Barnett señaló que, durante una visita de Fallon a El Cairo el 19 de noviembre, la principal nota de portada del diario local en inglés Egyptian Gazette llevaba como título "Estados Unidos descarta un ataque contra Irán" e incluía una foto del encuentro entre el almirante y el presidente de Egipto, Hosni Mubarak.
Ese mismo día, según el artículo de Esquire, Fallon le dijo a Barnett: "Estoy otra vez en la sartén", añadiendo que la fuente de sus problemas era la Casa Blanca.
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Esa fue la segunda vez en menos de una semana y la tercera en poco menos de dos meses que el jefe del Comando Central de Estados Unidos, con jurisdicción sobre Medio Oriente y Asia, manifestó que no habría guerra contra Irán.
En una entrevista con la cadena de televisión Al-Jazeera en septiembre, que el mismo Fallon había solicitado, el militar declaró que "el constante sonar de los tambores de guerra no ayuda ni es útil". Pocos días antes, había dicho al diario británico Financial Times: "Otra guerra es justamente hacia donde no queremos ir".
Fallon también había ridiculizado el año pasado al general David Petraeus, máximo comandante de Estados Unidos en Iraq, al cuestionar sus recomendaciones para incrementar la presencia militar y las operaciones bélicas en ese país, que contaban con el apoyo del gobierno de Bush.
Esos comentarios representaron una extraordinaria demostración de poder por parte de un comandante militar contradiciendo explícitamente la política del gobierno de Bush, que de manera rutinaria ha estado manifestando desde 2005 que respecto de Teherán todas las opciones continúan sobre la mesa.
"Si queremos evitar la Tercera Guerra Mundial, hay que evitar que Irán adquiera el conocimiento necesario para construir armas atómicas", dijo Bush dijo a la prensa en octubre.
La actitud de Fallon refleja en parte la determinación de los máximos jefes militares de prevenir lo que vislumbran como un curso de acción desastroso.
El almirante Mike Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto, expresó también abiertamente su oposición a un ataque contra Teherán, según una fuente del Congreso legislativo. Asimismo, su antecesor, el general Peter Pace, advirtió sobre los riesgos de involucrarse en un tercer conflicto en la región, en adición a los de Afganistán e Iraq.
Mullen, de todas formas, no descartó completamente una acción militar.
Según Barnett, Fallon buscó con sus declaraciones calmar las inquietudes de los gobiernos de Medio Oriente amigos de Washington. Argumentó que no tiene sentido hablar de la posibilidad de un ataque no provocado que sólo crea confusión y pánico entre los aliados pero carece de efecto sobre el blanco de las amenazas.
El descontento del gobierno de Bush con el papel de Fallon y sus cuestionamientos a la política de la Casa Blanca consignados en el artículo de Esquire quedó en evidencia el 6 de marzo por la falta de comentarios oficiales.
Según el diario The Washington Post, "el contenido del artículo fue motivo de discusión".
El portavoz del Departamento de Defensa, Geoff Morrell, dijo que el secretario (ministro) Robert Gates "lo ha leído pero decidió no hacer declaraciones sobre éste u otros artículos publicados por la prensa".
* Gareth Porter es historiador y experto en políticas de seguridad nacional de Estados Unidos. "Peligro de dominio: Desequilibrio de poder y el camino hacia la guerra en Vietnam", su último libro, fue publicado en junio de 2005 y reeditado en 2006.