AMBIENTE: Pinza petrolera contra los osos polares

Organizaciones ambientalistas demandaron ante la justicia al gobierno de Estados Unidos por sus omisiones en la protección de los osos polares, que podrían convertirse en la primera especie animal considerada oficialmente amenazada por el cambio climático.

La enorme pérdida de hielo en el Ártico en el verano boreal de 2007, atribuida al recalentamiento planetario, lleva a muchos científicos a pronosticar que ese mar será totalmente líquido en 2012.

Los osos polares son excelentes nadadores, pero no son muy buenos cazando focas, su principal fuente de alimento, dentro del agua.

La gubernamental oficina de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos tenía plazo hasta el 9 de enero para cumplir con la Ley sobre Especies en Peligro de Extinción y decidir formalmente si los osos polares se encuentran en esa categoría. Pero sus funcionarios mantuvieron silencio.

Mientras, las autoridades estadounidenses licitaban, el 6 de febrero, proyectos de extracción de petróleo y gas por 2.600 millones de dólares en un área de más de 121.000 kilómetros cuadrados, uno de los principales hábitat de osos polares del mar de Chuckhi, en Alaska, en el extremo noroccidental de América del Norte.

"¿Coincidencia? Lo dudo, pero no tenemos el arma homicida para demostrarlo", dijo Kassie Siegel, del no gubernamental Centro para la Diversidad Biológica (CDB), con sede en la localidad californiana de Joshua Tree.

El Centro, junto con las organizaciones ambientalistas Greenpeace Internacional y Consejo de Defensa de los Recursos, presentaron la demanda contra el gobierno de George W. Bush por dejar pasar el plazo para cumplir con la Ley sobre Especies en Peligro de Extinción.

"No había ninguna urgencia en realizar la licitación, a la que se opuso mucha gente", aseguró Siegel a IPS.

Si la oficina de Pesca y Vida Silvestre hubiera incluido a los osos polares en la lista de especies en peligro de extinción el 9 de enero, la subasta no podría haberse realizado sin la realización de estudios de impacto ambiental, dijo la activista.

Pero si lo hace en el futuro, el gobierno se verá obligado a anular la licitación, lo que implicará la recompra del precio comprometido por las compañías de energía, y a un precio de oro.

Esta demanda judicial, entre otras iniciadas en 2005 en defensa de los osos polares del área, y la licitación de los recursos energéticos de Alaska, tienen más que ver con el recalentamiento del planeta que con esta especie de grandes mamíferos, mayores que el oso gris.

Se trata de una estrategia de obligar, tangencialmente, al gobierno estadounidense a recortar sus emisiones de gases invernadero. Si los osos polares son amenazados por el cambio climático, Washington estará obligado a reducirlas, de acuerdo con la Ley sobre Especies en Peligro de Extinción.

"No sería un sustituto para un límite del gobierno federal a las emisiones, pero algo es algo", explicó Siegel. "No reduciremos nuestras emisiones mágicamente. Necesitamos muchas soluciones."

Aunque la región ártica se ha visto transformada por un cambio climático que no hace más que empeorar, hay una intensa oposición de comunidades nativas a incluir los osos polares en la lista de especies amenazadas. Su caza le representa ingresos por dos millones de dólares anuales al pueblo nunavut, por ejemplo.

En Canadá viven 60 por ciento de los osos polares del mundo, estimados entre 20.000 y 25.000 ejemplares. Cazados casi hasta la extinción en los años 70, su población creció gracias a estrictas cuotas de captura.

Pero estudios recientes muestran bajas tasas de supervivencia de cachorros y adultos. Además, los animales han perdido peso respecto del pasado.

Ése no es el caso de los osos en territorio nunavut, según funcionarios locales a cargo de cuestiones ambientales. El estrecho de David, en el sur del área, está "plagado" de animales, según el director de investigación en vida silvestre, Mitchell Taylor.

Según sus estimaciones, hay ahora 1.500 osos más que en recuentos anteriores.

Pero las grandes pérdidas de hielo en el Ártico se concentran en el área occidental, no en el sur, como muchos suelen creer. Y es allí donde los osos polares fueron golpeados más duramente: las poblaciones del mar Beaufort y de la bahía de Hudson Occidental, según Andrew Derocher, de la Universidad de Alberta y la Unión Mundial para la Naturaleza.

Estudiar a unos pocos miles de osos blancos sobre la nieve y el hielo en un área que duplica la superficie continental de Estados Unidos es una tarea muy ardua. Derocher dijo a IPS, en entrevistas anteriores, que los expertos no cuentan con información adecuada al respecto. Pero imágenes satelitales indican que el hielo de la región se deteriora con mucha rapidez, según el experto.

Esa pérdida de hielo afecta a los osos, y su capacidad para encontrar fuentes alternativas de alimento es una incógnita aún sin respuesta. Además, es posible que la exploración y explotación de gas y petróleo sea una amenaza más directa e inmediata para ellos que el cambio climático.

El gobierno estadounidense recibió unas 670.000 opiniones favorables a la protección de los osos polares en el marco de la Ley sobre Especies en Peligro de Extinción, entre ellos expertos en osos polares, científicos que investigan el cambio climático y más de 60 legisladores.

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