TIMOR ORIENTAL: El rebelde está enterrado, pero no la rebelión

Cientos de personas participaron este jueves en el entierro de Alfredo Reinado, militar rebelde fallecido en Timor Oriental al participar en el intento de asesinato del presidente José Ramos-Horta, gravemente herido. El futuro de esta joven república es incierto.

"No podía creer que hubiera muerto", relató consternado Victor Alves, tío de Reinado. "La muerte no soluciona los problemas. Sólo puede resolverlos el diálogo."

Alves pidió acabar con el baño de sangre en Timor Oriental. "Alfredo está muerto y quiero pedirle calma a sus partidarios", reclamó. Además, lamentó que los incidentes del lunes hayan ocurrido cuando "se había acordado el inicio de las conversaciones esta semana".

No quedan claras las intenciones de Reinado al dirigirse a la residencia del presidente. Las circunstancias indican que fue invitado a negociar.

También manifestó dolor Mari Alkatiri, ex primer ministro (2002-2006) y secretario general del izquierdista Frente Revolucionario de Timor Oriental Independiente (Fretilin).
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Ramos-Horta había iniciado medidas para reunirse con líderes de todos los partidos políticos con vistas a una reconciliación nacional.

"El lunes el presidente y el Fretilin iban a mantener una reunión. Sigo sin saber a quién puede interesar ese tipo de incidentes en este país", se sorprendió Alkatiri.

Se corrió el rumor de que el Fretilin estuvo involucrado en el funesto encuentro entre Reinado y Ramos-Horta. Pero el hecho fue desestimado por la agrupación que integró el primer gobierno de este país, tras la independencia en 2002.

El Fretilin comenzó como un movimiento de resistencia, primero contra el gobierno colonial de Portugal y luego contra la ocupación y anexión de Indonesia, entre 1974 y 1998.

El tiroteo del lunes sorprendió más aún a Leon de Riedmatten, del Centro de Diálogo Humanitario, organización no gubernamental suiza que ayudó a facilitar un intercambio entre Dili y Reinado.

De Riedmatten llegó el mismo lunes a Dili con la intención de contribuir al diálogo, pero se enteró, en cambio, de que uno de los involucrados había muerto y de que el presidente estaba gravemente herido.

Las conversaciones con los rebeldes habían comenzado el 13 de enero. No hubo acuerdo entonces, pero Reinado ofreció colaborar para resolver el problema de los 600 soldados que desertaron en 2006, alegando discriminación étnica y regional en los ascensos dentro de la fuerza.

Un manto de misterio cubre el tiroteo del lunes o las razones que lo desencadenaron. Después de todo, Ramos-Horta, actualmente en coma inducido en un hospital australiano, se mostró dispuesto a abrir el diálogo con Reinado.

"Es necesario crear una comisión internacional que investigue el incidente", sostuvo el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Taur Matan Ruak. La propuesta contó con el apoyo de muchos dirigentes.

"Hay una fuerte presencia de soldados y policías extranjeros, pero nadie reparó en que Reinado se dirigía a Dili", se sorprendió.

Eduardo Soares fue uno de lo testigos.

Esa mañana salió a caminar temprano de su casa cuando vio dos automóviles que se dirigían a alta velocidad a la residencia de Ramos-Horta. Poco después escuchó disparos procedentes de allí y decidió regresar a su casa, a unos 200 metros.

"Escuché más disparos y ahí fue cuando pensé que se trataba de un atentado contra el presidente", dio a IPS Soares, coordinador de Insight, una organización no gubernamental local.

La muerte de Reinado deja la incógnita de cómo lidiar con los soldados rebeldes, la principal causa de la crisis política que sufre el país desde abril de 2006.

La iniciativa del presidente de lograr un consenso nacional quedó paralizada tras el fallido golpe de Estado. La muerte de Reinado, que algunos consideran una "solución repentina", no resuelve el problema de los rebeldes.

"Es necesario frenar toda violencia y fortalecer la democracia y las instituciones del país", indicó el ex primer ministro Alkatiri.

El primer ministro José Alexandre "Xanana" Gusmao obtuvo este miércoles aprobación parlamentaria para extender el estado de emergencia, declarado tras los acontecimientos del lunes, otros 10 días más.

La medida suspende el derecho de reunión, de manifestación e impone un toque de queda de ocho de la noche a seis de la mañana.

Mientras el presidente era víctima de un atentado, "Xanana" Gusmao, quien lideró la resistencia armada contra la ocupación indonesia, salió ileso de una emboscada, dirigida por el teniente Gastão Salsinha, segundo de Reinado, en una carretera rural.

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