Las ya tensas relaciones entre Israel y Egipto se exaltaron aun más esta semana, mientras cientos de miles de palestinos de Gaza atravesaban violentamente la frontera para ingresar en territorio egipcio.
Lo hicieron a través del hoyo realizado con explosivos en el muro fronterizo luego por miembros del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), en un intento por escapar del asfixiante bloqueo impuesto por Israel contra la franja costera palestina de Gaza.
El bloqueo, que causó escasez de combustible e insumos médicos, es la respuesta del estado judío a los cohetes que combatientes palestinos disparan prácticamente a diario desde Gaza hacia ciudades del sur de Israel.
Una vez en territorio egipcio, los habitantes de Gaza pudieron abastecerse de productos básicos antes de regresar a sus localidades.
El gobierno israelí, indignado porque el presidente egipcio Hosni Mubarak no reconstruyó el muro, comenzó a sugerir que renunciaría al control de Gaza, lo que dejaría a Egipto la responsabilidad exclusiva por ese territorio en que viven 1,5 millones de palestinos.
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"Cuando Gaza está abierta hacia el otro lado, perdemos responsabilidad. Así que queremos desconectarnos", dijo el viceministro de Defensa de Israel, Matan Vilnai. "Queremos dejar de suministrarles electricidad, agua y medicinas. Que se las facilite desde otro lugar."
Israel controla Gaza, así como su espacio aéreo y sus fronteras, exceptuando el sector que limita con Egipto, una situación que le permitió imponer sus sanciones. Además, le provee 70 por ciento de la electricidad que consume y controla el flujo hacia allí de alimentos, agua y suministros médicos.
Por lo tanto, Vilnai insinuó, con sus comentarios, que Egipto, al permitir la violación de su frontera con Gaza, debería asumir la responsabilidad por el flujo de energía, alimentos, agua, insumos médicos y asistencia humanitaria hacia Gaza.
Desde que Hamas tomó por las armas el pleno control de Gaza en junio pasado, tras derrotar al moderado partido Fatah del presidente palestino Mahmoud Abbas, Egipto mantuvo cerrada la frontera.
A Israel le preocupa que, además de alimentos, combustible y animales, los residentes de Gaza trafiquen armas a su regreso de Egipto. Además, urgió a todos sus ciudadanos de vacaciones en el desierto del Sinaí —lindante con Gaza-a volver a sus hogares de inmediato.
Las autoridades manifestaron temor a que combatientes palestinos que hayan cruzado la frontera ataquen turistas en el Sinaí.
Israel y Egipto, que formalizaron su vínculo diplomático a raíz del tratado de paz firmado en 1979 con patrocinio de Estados Unidos. Las relaciones estaban tensas incluso antes del incidente en la frontera.
Durante algún tiempo, el gobierno israelí estuvo indignado con Mubarak, por entender que no hace lo suficiente para frenar el tráfico de armas a través de túneles que conectan Egipto con Gaza.
Hace unas semanas, la ministra israelí de Relaciones Exteriores, Tzipi Livni, dijo que Egipto estaba ejerciendo un control fronterizo "horrible".
Israel también se enojó con Mubarak hace pocas semanas, cuando Egipto permitió que regresaran a Gaza a través de su territorio los musulmanes partidarios de Hamas que habían peregrinado a La Meca, en Arabia Saudita.
El estado judío cree que los peregrinos ingresar a la franja con dinero destinado a Hamas, muy controlado por las sanciones internacionales.
Pero Mubarak no le teme a Hamas menos que Israel. Le preocupa que, al tener ese movimiento el control de Gaza, pueda alentar a grupos islámicos en su país.
Sin embargo, al afrontar una creciente presión pública para ayudar a los palestinos de Gaza ante el bloqueo israelí, el presidente egipcio instruyó a las fuerzas armadas que no impidan el paso de quienes atraviesan el hoyo en el muro fronterizo.
Egipto tiene sus propias cuentas que ajustar con Israel, luego que simpatizantes del estado judío presentaron ante el Congreso legislativo de Estados Unidos un vídeo que muestra a soldados egipcios haciendo la vista gorda ante el contrabando de armas a Gaza.
Ahora, los comentarios de Vilnai dispararon en Egipto el temor a que Israel renuncie a sus responsabilidades por los 1,5 millones de residentes de Gaza, territorio bajo control egipcio hasta que el Estado judío capturó el área en la Guerra de los Seis Días de 1967.
Las declaraciones también preocupan a los palestinos, pues Israel, que retiró su ejército de Gaza y evacuó todos los asentamientos judíos de ese territrio en 2005, podría forzar una separación entre la franja y Cisjordania.
Inmediatamente después de los comentarios de Vilnai, el presidente palestino Mahmoud Abbas declaró que el eventual cercenamiento por parte de Israel entre Cisjordania —que está bajo su control— y Gaza —dominada por Hamas— tendría "graves consecuencias" para el diálogo de paz, que se renovó en diciembre tras una interrupción de siete años.
En los últimos días, Egipto comenzó a reconstruir el muro a lo largo de su frontera.
Pero, aunque tanto a ese país como a Israel les preocupe mucho que Hamas controle Gaza, es probable que sus intereses divergentes garanticen que lo ocurrido en la frontera no sea el último altercado diplomático entre los dos países.