INFANCIA: Menos niñas y niños soldados

El número de niñas y niños reclutados en todo el mundo disminuyó de 300.000 en 1997 a unos 250.000 en la actualidad, destacó la secretaria general adjunta de la ONU para la Infancia y los Conflictos Armados, Radhika Coomaraswamy.

La primera razón para esta caída es el fin de las guerras civiles en Liberia y Sierra Leona, donde había un gran número de niños soldados, señaló.

"La ONU (Organización de las Naciones Unidas) vino, desmovilizó a los niños y los puso en programas de rehabilitación", dijo la funcionaria, entrevistada por IPS.

Coomaraswamy también destacó que organizaciones religiosas jugaron un papel clave en la rehabilitación y en la educación de más de 50.000 niños que fueron desmovilizados de grupos armados.

—La organización Human Rights Watch sostuvo que el Consejo de Seguridad de la ONU debería imponer sanciones contra el gobierno y contra las fuerzas rebeldes que persistan en reclutar a niños. Sin embargo, China –miembro con asiento permanente y derecho a veto—, Libia, Indonesia y Vietnam se oponen a adoptar sanciones. En estas circunstancias, ¿son viables las sanciones?
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—La resolución 1612 del Consejo de Seguridad habla de imponer medidas contra los que persistan (en reclutar a niños). China y todos esos países coincidieron en ese punto. Creo que si persisten y no responden en los próximos años, hay una posibilidad de sanciones.

Pero tenemos que convencer a los demás países. Debemos recordar que todos son estados miembro y las sanciones son las medidas más extremas que puede tomar la ONU. Por tanto, los miembros pueden pensar que debe haber más oportunidades antes para realizar planes de acción.

—En un reciente informe, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo estar preocupado por el creciente reclutamiento de niños para ataques suicidas en Afganistán e Iraq. ¿Hay algo que pueda hacer la ONU para prevenir o eliminar esta práctica?

—Creo que es un área muy difícil porque requiere que la ONU tenga acceso a actores no estatales y sea capaz de persuadirlos de que no deben participar en esto. Es muy difícil.

En primer lugar, es difícil contactar a esos actores no estatales, que son vistos como grupos terroristas. En segundo lugar, ellos mismos tienen visiones muy negativas de la ONU debido a una historia particular. Es un punto muy complejo. No creo que identificar a estos actores y avergonzarlos públicamente tenga efecto, pues no aceptan a la ONU. Creo que debemos seguir trabajando a un nivel de base. Tenemos que intentar alcanzar a las comunidades para presionar a estos actores y detenerlos. Por eso, en este momento, debemos trabajar con las comunidades locales.

—¿Cuál ha sido el éxito de la ONU en rehabilitar y reintegrar a niños soldados? ¿Hay programas específicos para eso? ¿Tiene el foro mundial fondos suficientes?

—Bueno, éste es un tema muy grande, porque los programas de reintegración están subfinanciados. Básicamente, Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) y otras organizaciones que trabajan con estos programas se han dado cuenta de que sólo desmovilizar a los niños y enviarlos a su hogar, o mantenerlos en un orfanato si no aparecen los padres, no es la respuesta. De hecho, hay que llevaros a casa y preparar a la comunidad para que los reciba. Es un proceso más complejo.

En el mundo de la financiación, la ayuda de emergencia y la ayuda al desarrollo son categorías diferentes. En el caso de los niños soldados, la desmovilización es un tema de emergencia, pero la reintegración debe ser visto como un asunto de desarrollo.

Con frecuencia hay fondos para la desmovilización pero las agencias de desarrollo no se involucran tan rápido para reintegrar a los niños soldados. En temas como éste, deberíamos pensar de forma más holística y en lo que es mejor para los niños y niñas.

—¿Podemos decir que hay una pobre financiación?

—Sí, hay una pobre financiación. La larga tarea de la reintegración recibe pocos fondos, pero la desmovilización está bien atendida.

—La Red Global de Religiones a favor de la Niñez, con sede en Tokio, se concentrará en el tema de las niñas y niños bajo sitio, incluyendo a los soldados, durante la conferencia internacional que celebrará en mayo en la meridional ciudad japonesa de Hiroshima, destacando el papel de la educación, de la ética y de la religión en la rehabilitación. ¿Cuál es su pensamiento sobre esto? ¿Puede ayudar el diálogo interreligioso?

—Bueno, las organizaciones religiosas juegan un papel muy importante porque, al fin de cuentas, Unicef financia a grupos locales para hacer la rehabilitación.

No es la propia Unicef la que hace la rehabilitación. Los grupos locales involucrados en estos programas, muchos de ellos religiosos, tienen trabajadores muy dedicados. Por tanto, las organizaciones no gubernamentales religiosas son muy importantes, pero creo que también es verdad que la educación es importante.

Estamos tratando de crear zonas seguras para que los niños puedan seguir estudiando y jugando. Creo que todas las religiones están en contra de usar a niños como soldados. No se trata de un diálogo, sino de un trabajo conjunto entre las organizaciones religiosas, y de que aquellas que han realizado un buen trabajo sean apoyadas.

—¿Cuáles son en su opinión las causas del reclutamiento de niñas y niños? ¿Cuántos se ofrecen voluntariamente y cuántos son forzados?

—Ésta es una pregunta muy interesante. Por supuesto, en ciertas guerras han sido golpeados y secuestrados. Fueron llevados a la fuerza, como la mayoría de ellos en Sierra Leona y Liberia. Es un reclutamiento mediante el secuestro. Pero en muchas partes del mundo, los niños se unen a grupos armados en forma voluntaria.

Se ha investigado algo sobre esto. Una de las razones es que algunos de ellos son huérfanos y pobres, y es en esos grupos armados donde pueden encontrar hogar y alimento.

En segundo lugar, muchos se reclutan debido a las guerras étnicas, en las que sus familias y comunidades creen que es noble pelear por una causa aun si se es niño, o a veces debido a una ideología política, como ocurre en Colombia. En ocasiones sucede que esos hombres armados son modelos para los niños. Estos también quieren tener armas y lentes de sol, y buscan a algún modelo de masculinidad.

Hay toda una serie de razones de por qué los niños pueden unirse "voluntariamente". Pero, como sabemos, no son verdaderas opciones voluntarias, pues no tienen otra alternativa. Es el resultado de la guerra.

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