Los profesores universitarios en Iraq ahora gozan de un mejor salario que antes, pero poco pueden hacer en el mundo académico ya que son víctimas constantes de amenazas y aislamiento.
Bajo el régimen de Saddam Hussein (1979-2003), y sobre todo debido a las sanciones económicas adoptadas por la Organización de las Naciones Unidas y respaldadas por Estados Unidos, los académicos iraquíes tenían sueldos paupérrimos, a veces de hasta menos de 10 dólares mensuales.
Ahora los ingresos son mucho mejores. "Podemos comprar lo que vendimos durante los pasados 10 años. Tuvimos que vender nuestros muebles, y todo lo que teníamos era para comer", dijo a IPS el profesor Abdulá Mahdi, de la Universidad Diyala de esta ciudad, 40 kilómetros al noreste de Bagdad.
"Ahora, casi todos los profesores tienen sus propios automóviles por primera vez", dijo por su parte Adnan Juma'a, académico del mismo centro de estudios.
Hoy, un profesor universitario recién contratado puede ganar 400 dólares al mes, mientras que uno ya con trayectoria puede percibir 1.000 dólares mensuales.
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Sin embargo, la vida aún nos les ha mejorado del todo.
El campus universitario está ubicado a siete kilómetros de la ciudad. Muchos profesores han sido asesinados o secuestrados por milicianos o delincuentes en la ruta.
"Profesores, empleados y estudiantes han dejado de venir a las clases y a sus oficinas por miedo a ser secuestrados o asesinados", dijo a IPS el jefe de un departamento de la universidad, quien pidió permanecer en anonimato.
El último año académico, los estudiantes no tuvieron clase durante siete meses debido a las operaciones militares lideradas por Estados Unidos y las acciones violentas perpetradas por varias milicias en la ciudad.
Estas condiciones han obligado a decanos, profesores, estudiantes y empleados a buscar ubicaciones alternativas.
"Usamos las instalaciones de algunas escuelas universitarias ubicadas en el centro de Baquba. El centro, hasta cierto punto, está protegido por el ejército y la policía", dijo un empleado de la Escuela de Educación.
Pero el futuro del actual trimestre, que comenzó a mediados de diciembre, es aún incierto, dijo Hassan Abdul Rahman, del Departamento de Historia. "Todos sabemos que el programa de estudios podría no ser completado", añadió.
A pesar de las condiciones, varios estudiantes están más que dispuestos a continuar. "Los alumnos que concurrieron a clases representaron 55 por ciento del total, aunque todos los salones estaban abarrotados debido a que son pequeños, por supuesto sin aire acondicionado y a veces sin siquiera electricidad", dijo Rahman.
"No podemos volver a nuestro viejo edificio, que tiene un gran número de salones de clase. La carretera que lleva a la universidad está controlada por milicianos. Ni siquiera los soldados estadounidenses e iraquíes están seguros allí", dijo un estudiante.
Las distintas escuelas universitarias comparten el edificio en el centro de Baquba. "De esta manera, cada escuela lo ocupa tres veces a la semana", explicó a IPS el estudiante Al Thamir.
"A fines del último año académico, en los exámenes finales, cada escuela utilizó todo el edificio hasta que terminaran sus respectivas pruebas, y luego podía venir otra escuela. Fue agotador para todos", dijo a IPS otro profesor que pidió mantener su anonimato.
Por su parte, los funcionarios universitarios tienen que arreglárselas ellos mismos. "No recibimos ayuda de Bagdad de ninguna clase, ni libros ni artículos de papelería", dijo un asistente del decano.
Luego de las operaciones militares lideradas por Estados Unidos en la central provincia Diyala a mediados de junio, el número de estudiantes aumentó. Varios de los que se habían ido regresaron y pudieron tomar de todas formas sus exámenes.
"Completamos nuestros exámenes en seis días. A veces tuvimos hasta dos pruebas por día", dijo a IPS la estudiante Shatha Ismail. Incluso, "un alumno que no había asistido a ninguna clase desde el comienzo del año académico pudo sin embargo tomar los exámenes finales".
Esta vez, seis meses después del lanzamiento del nuevo plan de seguridad en Diyala, las escuelas comenzaron el año académico a tiempo, pero aún en instalaciones inadecuadas.
"La concurrencia es mejor, pero no hay suficientes salones de clase", dijo a IPS un profesor en la Escuela de Educación. "Los estadounidenses visitaron recientemente la universidad y prometieron garantizar la seguridad en la calle que va a uno de los edificios. Veremos si lo hacen", añadió.
(*Ahmed, nuestro corresponsal en la provincia iraquí de Diyala, trabaja en estrecha colaboración con Dahr Jamail, nuestro especialista en Iraq desde Estados Unidos, quien viaja seguido a Medio Oriente)