«Nos hambrean, asesinan, torturan y asedian. Y, mientras eso sucede, el mundo entero se limita a mirar», dice el palestino Abu Wael, uno entre miles de participantes en el último funeral colectivo de residentes de la ciudad de Gaza asesinados por fuerzas israelíes.
El saldo de muertes crece, pero los medios de prensa internacionales parecen no darle mucha importancia al asunto.
El portavoz del Ministerio de Salud de Gaza Khaled Radi dijo que la semana pasada, en apenas 24 horas, 17 palestinos resultaron muertos y muchos más heridos en ataques israelíes.
Entre los fallecidos figuran siete policías contra los que las fuerzas de Israel apuntaron mientras se encontraban en un servicio religioso en la comisaría de Khan Younis. Otros cuatro murieron en el campamento de refugiados de Jabalyia, en el norte de la franja de Gaza.
Un ataque aéreo cerca de Al-Tuffah, al norte de la ciudad de Gaza, mató a dos personas e hirió a cuatro, tres de ellos de gravedad. Los disparos desde un tanque contra una escuela agrícola en Beit Hanoun, cerca de allí, mataron a un profesor e hirieron a tres estudiantes.
Pocas horas antes de estos ataques, Hamas se había atribuido un atentado suicida con explosivos en un centro comercial de Dimona, en el meridional desierto israelí de Negev. Un israelí fue asesinado y cinco resultaron heridos. Los dos palestinos que perpetraron el atentado murieron.
Fue el primer atentado con bomba reivindicado por Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica) en los últimos tres años. Esta organización, que ganó las elecciones palestinas de enero de 2006, tomó por las armas el control de Gaza en junio pasado.
"No tenemos opciones para nuestro pueblo sino resistir la ocupación y defendernos por todos los medios posibles", dijo un portavoz de Hamas en Gaza.
Por su parte, el manifestante Abu Wael se preguntó: "Si este hambreamiento le sucediera a un millón y medio de estadounidenses, ¿lo aceptarían?"
Pero los crecientes atentados contra Israel conducen a una escalada del conflicto. A comienzos de esta semana, fuerzas israelíes ingresaron en la ciudad de Gaza y chocaron con combatientes palestinos. Hubo heridos en ambos lados.
Dos israelíes resultaron heridos en un ataque con cohete desde Gaza contra un área urbana. Mientras, continúa el sitio de Israel contra Gaza, iniciado en octubre cuando el gobierno de Ehud Olmert la declaró "entidad hostil". Ya no ingresa combustible a ese territorio palestino.
Según Israel, el sitio es necesario para detener los disparos de cohetes sobre su territorio. También se comprometió a impedir un desastre humanitario en Gaza, 80 por ciento de cuya población depende de la asistencia internacional.
Pero organizaciones internacionales de asistencia advierten que Israel se prepara para reducir aun más el suministro de electricidad a Gaza para las próximas dos semanas.
La organización internacional de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) sostuvo que las acciones israelíes afectan a civiles no involucrados en los ataques, así como a hospitales, estaciones de suministro de agua potable e instalaciones de saneamiento, entre otras obras de infraestructura.
"Israel percibe las restricciones al combustible y la electricidad que ingresan en Gaza como un medio de presionar a grupos armados palestinos a detener sus disparos de cohetes y sus atentados suicidas", dijo el director de HRW para Medio Oriente, Joe Stork.
A la luz de la creciente crisis, el Ministerio de Salud de Gaza reclamó sanciones para Israel. "Cortar la energía significa que no podemos operar nuestros generadores en los hospitales", dijo el portavoz Khaled Radi.
"Esto significa que equipamientos necesarios para salvar vidas e incubadoras dejarán de funcionar. Eso afectará casi todos los procedimientos hospitalarios, entre ellos mantener las vacunas congeladas", evaluó.
"Esto es una catástrofe que amenaza la vida de más de 1.500 pacientes hospitalizados. Pedimos a la Organización Mundial de la Salud, a la Cruz Roja Internacional y a todas las organizacines internacionales y gobiernos de todo el planeta a salvar la vida de nuestros niños", agregó Radi.
Para la mayoría de la gente, esto no es más que un programa de televisión.