TAILANDIA: Peligra reapertura del Parlamento

La Comisión Electoral de Tailandia, país controlado por las fuerzas armadas desde hace más de un año, podría impedir que los legisladores elegidos en los comicios de diciembre celebren su primera sesión, prevista para el 23 de este mes.

La presidenta de la Comisión, Sodsri Satayatham, advirtió que si se concreta la protesta convocada por quienes acusan al organismo de parcialidad suspendería el trabajo y cerraría las oficinas.

"Si los funcionarios de la Comisión no pueden desarrollar sus tareas, el parlamento no estará en condiciones de reunirse", declaró este domingo al diario Bangkok Times.

Según la ley electoral, la Comisión debe certificar que al menos 95 por ciento de los legisladores (456 de los 480 que componen la Cámara de Diputados) ganaron sus escaños en los comicios del 23 de diciembre sin recurrir a medios ilegales. Sin este aval, el parlamento no puede sesionar.

Hasta fines de la semana pasada, la Comisión había dado luz verde a 397 legisladores y tenía bajo investigación el caso de otros 83, de los cuales 65 pertenecen al Partido Poder del Pueblo (PPP), identificado con el depuesto primer ministro Thaksin Shinawatra (2001-2006).
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El PPP fue el que obtuvo la mayor cantidad de escaños, 233, en los comicios legislativos del 23 de diciembre, los primeros realizados en este país luego del golpe de Estado de septiembre de 2006.

La amenaza de Sodsri fue consecuencia de una protesta realizada el viernes por más de 10.000 seguidores del PPP en la oriental provincia de Buri Ram, donde tres legisladores del partido fueron descalificados por la Comisión Electoral.

Las acusaciones más comunes se refieren a la compra de votos, práctica común desde principios de los años 80.

Un miembro de la no gubernamental Red Asiática para las Elecciones Libres dijo a IPS que en las áreas rurales se daba a los electores seis dólares a cambio de su voto y que los activistas partidarios recibían 15 dólares por cada sufragio que comprometían.

"También hubo casos en Bangkok. Un partido pagó 24 dólares por voto para obtener 500 sufragios en uno de los circuitos electorales", agregó.

Los esfuerzos de la Comisión para asegurar elecciones limpias se ven socavados por dudas sobre su propia imparcialidad.

Sus cinco miembros fueron designados por la junta militar que derrocó a Thaksin y antes de las elecciones se negaron a investigar denuncias del PPP sobre un plan militares de sabotaje su campaña.

La Comisión, además, rechazó los pedidos de observadores electorales para que asegurara un clima de neutralidad en el proceso.

Saiyud Kerdphol, un general retirado que fue comandante del ejército y es actualmente secretario general de la Red del Pueblo para las Elecciones en Tailandia, dijo a IPS que "los jefes de aldeas, que participan activamente en la política local, y funcionarios del Ministerio del Interior fueron utilizados para supervisar la votación. Eso no es neutral".

Las críticas a la Comisión se ven alimentadas por la gran cantidad de candidatos del PPP electos pero descalificados por la Comisión.

"En comicios anteriores, el número de casos de fraude investigados era frecuentemente proporcional a la cantidad de escaños obtenidos por los partidos, lo que parecía equitativo a todas las fuerzas políticas. Pero ahora la falta de proporción es una fuente de preocupación", dijo un ex miembro de la Comisión, Gotham Arya.

Observadores independientes de la elección confirmaron a IPS que el PPP no fue el único que entregó dinero a los votantes pobres.

En algunas comunidades del noreste del país, el Partido de la Patria, que, según diversas versiones, cuenta con apoyo militar, "repartió más dinero que los otros", dijo un observador que pidió no revelar su nombre.

Otras denuncias señalan que en la septentrional provincia de Chiang Rai, altos oficiales del ejército ordenaron a los soldados votar por el Partido Nación Thai, principal rival del PPP en esa zona. Pero la Comisión Electoral no dio muestras de investigar seriamente la cuestión.

Algunos analistas se preguntan si la actitud de la Comisión no está enmarcada en una maniobra de la junta militar y las elites del país para evitar que el PPP forme el próximo gobierno, a causa de su cercanía con Thaksin, quien vive exiliado en Londres.

La junta, la burocracia conservadora y parte de los medios de prensa se unieron desde la caída de Thaksin en septiembre de 2006 para describirlo como un villano político e impedir que él y sus seguidores recuperen el liderazgo.

La credibilidad de la Comisión sufrió otro golpe a causa de las disputas y acusaciones entre sus miembros.

Una semana después de las elecciones, uno de sus integrantes, Somchai Juengprasert, describó a uno de sus pares como una persona insana, en respuesta a los anuncios de Sodsri sobre planes para investigar los casos de fraude.

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