PALESTINA: Largo peregrinaje desde La Meca

Más de 2.000 palestinos que habían realizado el peregrinaje a La Meca lograron retornar a sus hogares en Gaza luego de permanecer varados cinco días en el lado egipcio de la frontera.

Lo hicieron a través del paso de Rafah, que Egipto mantenía cerrado desde hace más de siete meses, luego de negarse reiteradamente a utilizar vías alternativas que se encuentran bajo un férreo control israelí.

"La insistencia de los peregrinos para cruzar la frontera por Rafah forzó al gobierno egipcio a buscar una rápida solución al problema", dijo a IPS Magdi Hussein, secretario general del proscripto Partido Laborista Socialista y líder del Comité para Quebrar el Cerco de Gaza.

En diciembre, El Cairo otorgó sorpresivamente permiso a unos 2.200 palestinos que viven en la Franja de Gaza para ingresar a Egipto, en ruta hacia La Meca, a través del cruce de Rafah, único que existe en la frontera común de 14 kilómetros.

El gobierno egipcio clausuró el paso en junio, cuando el palestino Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) expulsó de Gaza con las armas a los miembros del secular y moderado Partido Fatah, al que pertenece el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas.
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Según El Cairo, el cierre de la frontera se produjo a causa de la partida de los observadores de la Unión Europea que supervisaban el tránsito entre Egipto y Gaza.

Estos observadores estaban a cargo de garantizar el cumplimiento del acuerdo de seguridad firmado en 2005 con Israel y la Autoridad Nacional Palestina, pero el poder de esta última se limita desde junio al territorio de Cisjordania.

La medida eliminó el único cruce fronterizo sobre el cual los palestinos de Gaza pueden ejercer soberanía. Las restantes vías para entrar o salir del territorio —que sufre un bloqueo apoyado por Israel y Estados Unidos— se encuentran bajo control israelí.

Con la esperanza de mantener el aislamiento de Hamas en Gaza, Israel y la Autoridad Nacional Palestina pidieron insistentemente a Egipto que mantuviera cerrado el paso de Rafah.

El Cairo cumplió en líneas generales con esa solicitud, a pesar de los frecuentes pedidos de Hamas para que reabriera el cruce.

La decisión de permitir el tránsito de los peregrinos irritó a Israel y a Fatah. Según informes publicados por la prensa local, el gobierno israelí presentó una protesta formal, argumentando que algunos de los viajeros a La Meca tenían la intención de entrenamiento militar en el exterior.

Por su parte, el líder del gobierno de Hamas en Gaza, Ismail Heniya, elogió la medida señalando que se trataba del "primer paso para quebrar el sitio".

Sin embargo, tres semanas más tarde, cuando los peregrinos retornaron de La Meca, las autoridades egipcias les informaron que no podrían volver a sus casas utilizando la misma ruta que habían recorrido en su viaje de ida.

Debían utilizar, en cambio, el cruce de Karem Abu Sallim en la frontera egipcio-israelí, unos 10 kilómetros al sur de Rafah, estrictamente controlado por Israel.

Los palestinos, muchos de ellos miembros de Hamas, rechazaron esa decisión por temor a ser arrestados por los israelíes.

Al llegar en barco al puerto egipcio de Nuweiba, los peregrinos fueron trasladados en ómnibus a la ciudad de Al-Arish, en la península del Sinaí. Allí se unieron a varios centenares de palestinos varados en la frontera desde que el cruce de Rafah fue cerrado en junio.

Allí, las autoridades egipcias les proporcionaron refugio improvisado y les indicaron que esperaran la reapertura de la frontera. Los palestinos, a pesar de la presión ejercida sobre ellos, rehusaron utilizar el paso controlado por Israel.

La situación de los peregrinos, muchos de ellos de avanzada edad y enfermos, originó críticas en Egipto y en Palestina. Hubo manifestaciones en El Cairo y Gaza para exigir la reapertura de Rafah.

El presidente egipcio, Hosni Mubarak, expresó su "profunda incomodidad" al respecto. Pero agregó que según los términos del acuerdo de 2005 Rafah no podía ser reabierto en ausencia de observadores de la Unión Europea.

La explicación no calmó a los críticos de la medida. "El régimen egipcio se compró este problema", dijo Hussein. "Ningún país serio permite que peregrinos crucen un paso fronterizo para cerrarlo cuando retornan."

Frente a los cuestionamientos internos y externos, El Cairo reabrió Rafah, súbitamente, el 2 de enero, permitiendo a los palestinos retornar a Gaza por esa vía. Al menos dos personas murieron mientras esperaban.

Según funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores egipcio, se trató de una medida unilateral que apuntó a prevenir una crisis humanitaria en la frontera.

Heniya calificó a la medida como una "victoria" para Hamas y expresó su gratitud a El Cairo por permitir un retorno "honorable" de los peregrinos.

El efecto de este episodio en las relaciones entre Egipto e Israel no es claro por el momento. Para algunos analistas, confirma la ventaja estratégica de El Cairo en relación con la Franja de Gaza.

"Esto demuestra que a Egipto le quedan algunas cartas para jugar", dijo Saad al-Husseini, un legislador de la opositora Hermandad Musulmana. "El Cairo puede usar Rafah para alcanzar algunos objetivos políticos", agregó.

"Dada su posición geográfica respecto de Gaza, Egipto es el único país que puede romper el bloqueo", destacó Husseini.

Según Hussein, "la crisis reflejó el conflicto entre Estados Unidos, Israel y los gobiernos árabes y Hamas, que cuenta con el apoyo del público. Todos apoyan la resistencia a la ocupación".

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