La Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresó su «seria preocupación» por el creciente número de ataques suicidas cometidos por niños, específicamente en Afganistán e Iraq.
"Se trata de un fenómeno relativamente nuevo, y la ONU documentó varios casos destacados de niños involucrados en ataques", señala un informe de 45 páginas titulado "Los niños y los conflictos armados", presentado el miércoles.
Mientras acusa a organizaciones como la red terrorista Al Qaeda y a sus milicias afiliadas en Iraq, así como al movimiento fundamentalista Talibán en Afganistán, el estudio admite la incapacidad de la ONU para arrancar a esos grupos un compromiso que acabe con esa práctica.
La subsecretaria general de la ONU Radhika Coomaraswamy, dijo a IPS que los atentados suicidas que involucran a menores siembran dudas sobre la aplicación de las Convenciones de Ginebra, que rigen el derecho humanitario, relativo a los prisioneros de guerra y la protección de la población civil en conflictos armados.
Primero, ¿son los atacantes suicidas "combatientes" en el sentido que establecen las Convenciones de Ginebra? ¿Son los potenciales atacantes suicidas "soldados"? ¿Puede llamarse "soldados" a los niños que participan en conflictos?, se preguntó Coomaraswamy.
"Un propósito de la resolución 1.612 del Consejo de Seguridad de la ONU es actuar junto con los comandantes militares para liberar a los niños soldados. Pero ¿cómo hacemos eso con potenciales atacantes suicidas?", continuó la funcionaria, a cargo de cuestiones relativas a menores en conflictos armados.
Aquellos grupos armados que usan atacantes suicidas son los que tienen menos probabilidades de comprometerse en un diálogo con la ONU sobre la liberación de niños, como sí pueden hacerlo gobiernos y otros grupos insurgentes acusados de reclutar soldados menores.
"¿Acaso son los niños un asunto en el cual la ONU podría mantener un diálogo con Talibán y otros grupos? ¿Lo permitirán los países?", agregó. "Sólo podemos tener ese diálogo con el permiso del gobierno."
El gobierno del presidente Hamid Karzai rechaza la posibilidad de que la ONU o a cualquier otra organización internacional inicie diálogo alguno con Talibán, el movimiento islamista que controló la mayor parte del territorio afgano entre 1996 y 2001.
El mes pasado, un británico que trabajaba para la Unión Europea y un irlandés que cumplía funciones para la ONU fueron expulsados de Afganistán por deliberar con representantes de Talibán en la meridional provincia de Helmand.
El estudio de la ONU, que el 12 de febrero será objeto de debate en el Consejo de Seguridad, señala que en 13 países el gobierno o bien grupos insurgentes reclutan niños soldados: Afganistán, Burundi, Chad, Colombia, Birmania, Filipinas, Nepal, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Somalia, Sri Lanka, Sudán y Uganda.
Costa de Marfil no ha tenido casos recientes de niños soldados, mientras Sierra Leona y Liberia quedaron fuera de la lista de países que los emplea.
La ONU también hace "avances" en la desmovilización de niños de organizaciones armadas en Birmania, Sri Lanka, Sudán y Uganda.
Coomaraswamy dijo que hay entre 250.000 y 300.000 niños soldados en todo el mundo. En una conferencia de prensa realizada el miércoles manifestó que la ONU está cada vez más preocupada por las consecuencias de la cambiante naturaleza de la guerra para los niños.
El estudio indica que el foro mundial está "perturbado" por informes según los cuales niños son usados para perpetrar atentados y, en algunos casos, como escudos humanos, por parte de Talibán y otros grupos insurgentes en Afganistán.
Algunos informes establecieron que Talibán reclutó y utilizó niños en sus actividades, entre ellas ataques suicidas.
En febrero de 2007, un niño de entre 12 y 15 años se inmoló, matando a un guardia e hiriendo a cuatro civiles en la ciudad de Khost, en la sudoriental provincia homónima. Otro de 14 años fue atrapado usando un chaleco con explosivos que se disponía a detonar para asesinar al gobernador provincial.
En marzo pasado, un adolescente de la misma edad en una bicicleta detonó su chaleco junto a una patrulla policial en la central ciudad iraquí de Haditha, matando a tres agentes.
Otra nueva táctica de las organizaciones insurgentes y milicias consiste en usar niños como señuelos en atentados suicidas con coches bomba.
En Iraq, según el estudio, los niños continúan siendo los que más sufren la violencia.
El informe, que incluye una lista de ataques suicidas documentados, señala que todavía no hay cifras confiables sobre la cantidad de víctimas infantiles, aunque los reportes de niños muertos y lisiados se reciben casi a diario.
"Las víctimas de bombardeos indiscriminados de morteros contra áreas residenciales o de ataques con explosivos, estos últimos a menudo bajo la forma de devastadores atentados suicidas con coches bomba, incluyen a muchos niños", apunta.
Coomaraswamy dijo a la prensa que la ONU también está preocupada por los ataques contra escuelas seculares, particularmente en Afganistán, Iraq y Tailandia.
Estos ataques están motivados principalmente por la ideología. Entre agosto de 2006 y julio de 2007, hubo al menos 133 atentados documentados contra escuelas en Afganistán, causando por lo menos 10 muertos.
También hubo ataques deliberados contra mujeres estudiantes y maestras, y las escuelas de niñas son particularmente tomadas por blanco.
En Afganistán, los insurgentes continúan incendiando escuelas, especialmente de niñas, en un esfuerzo por intimidarlas e impedirles el acceso a la educación.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) calculó que al menos 30 por ciento de los niños iraquíes no asisten a la escuela.
Un incidente particularmente desconcertante, explicado en el informe de la ONU, fue el ataque insurgente armados contra la Escuela Secundaria de Niñas de Al-Khulud, en Bagdad occidental, en enero del año pasado, en el cual murieron cinco estudiantes y 21 resultaron heridos.
En mayo y junio pasados hubo tres ataques en Baqubah, posiblemente contra la educación secular o el acceso de las niñas a la enseñanza.
En Tailandia, 73 maestros fueron asesinados y más de 100 escuelas incendiadas, 11 de ellas solamente en junio del año pasado.