El saneamiento es víctima de la fragmentación institucional, las débiles planificaciones nacionales, su ausencia entre las prioridades políticas y los tabúes, según Andrew Hudson, experto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Aproximadamente 1,5 millones de niños mueren cada año por ingerir agua de mala calidad, así como por la falta de higiene y saneamiento adecuados. Más de un tercio de la población mundial carece de acceso a instalaciones básicas del sector.
El referido al saneamiento es uno de los menos mencionados entre los ocho Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio. Varias organizaciones y agencias de la ONU aceleraron sus esfuerzos para reducir la población que carece de estos servicios al menos a la mitad para 2015, fecha límite del cumplimiento de estas metas.
El príncipe de Orange, Guillermo Alejandro de Holanda, y el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Ban Ki-moon, unieron fuerzas el mes pasado para declarar a 2008 Año Internacional del Saneamiento.
Entrevistado por IPS, Andrew Hudson consideró que la falta de recursos financieros y de crédito de los más pobres no debería ser soslayada en el camino hacia el cumplimiento del objetivo.
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IPS: — Unos 2.600 millones de personas viven sin saneamiento adecuado, de las cuales 980 millones son niños y niñas. ¿Cómo trabaja el PNUD para resolver este problema?
Andrew Hudson: — El PNUD trabaja en los ámbitos mundial, nacional y local para abordar el vínculo entre el acceso al saneamiento y al agua potable y el desarrollo humano sustentable.
En lo mundial apoyamos procesos políticos y los encabezados por activistas, por ejemplo a través del Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos y de campañas como la del Año Internacional del Saneamiento.
El PNUD, además, trabaja dentro de los países para incluir el acceso al saneamiento y el agua en los planes de desarrollo nacional basados sobre las Metas del Milenio, así como estrategias de reducción de la pobreza y reformas de gobernanza y políticas sectoriales.
En lo local, nos concentramos en la promoción de un manejo descentralizado del agua, que sea sensible a las condiciones de cada comunidad y a las necesidades de los pobres y marginalizados. El PNUD ayuda a las comunidades a adoptar un rol activo en el manejo de los recursos hídricos, y promueve el suministro de agua segura, sistemas y tecnologías de saneamiento sustentables.
— ¿Por qué se considera que el relativo al saneamiento es uno de los más olvidados de los Objetivos de Desarrollo?
— El saneamiento, como problema, es un huérfano político. Muchos países tienen varios ministerios con una responsabilidad apenas parcial sobre el asunto. Aun más que el agua, el saneamiento padece de una combinación de fragmentación institucional, débil planificación nacional y escaso estatus político.
La pobreza es otra barrera. Los hogares más pobres carecen de capacidad financiera necesaria para adquirir instalaciones sanitarias. La mitad de las 2.600 personas sin saneamiento adecuado viven con un ingreso diario inferior a dos dólares. Y los pobres son menos capaces de influir en la toma de decisiones.
Pero hay otros factores. Entre ellos, la demanda de los hogares y la desigualdad de género. Las mujeres tienden a asignarle más importancia al saneamiento que los hombres, pero las prioridades femeninas tienen menos peso en el presupuesto familiar.
— ¿Cómo cree que las organizaciones de la sociedad civil dedicadas al problema del saneamiento llamen la atención de los medios de comunicación y de los donantes?
— La Fuerza de Trabajo sobre Agua y Saneamiento de la ONU despliega una estrategia de comunicación para despertar conciencias al respecto, tanto entre políticos y funcionarios de gobierno como en el público en general.
Las actividades planificadas incluyen varios medios e iniciativas, como campañas radiales, concursos fotográficos, patrocinios corporativos y programas escolares, entre otros.
— ¿Por qué el saneamiento y los desechos humanos son problemas de tan infrecuente debate público? ¿Qué puede hacerse para cambiar esta mentalidad?
— El saneamiento es una palabra sucia en muchas culturas. Tal vez el mayor obstáculo es el estigma al que está asociado. Es parecido a lo que sucede con el sida, pero, a diferencia de ese caso, el tabú cultural y social asociado con el saneamiento permanece intacto. En parte por esto el saneamiento no se destaca en el debate público.
Debemos comenzar a hablar sobre "mierda" y despertar conciencias sobre los asombrosos costos del déficit de saneamiento. Tenemos que reconocer que el acceso al saneamiento es un derecho básico.
— ¿Cuáles son las consecuencias de la falta de saneamiento entre los niños?
— Unos 1,8 millones de niños mueren cada año como consecuencia de diarreas, lo que representa 4.900 muertes por día. Esto equivale a la población menor de cinco años de Londres y Nueva York sumadas. El acceso al saneamiento es uno de los factores más fuertes de supervivencia infantil: la transición de un saneamiento sin mejorar a uno mejorado reduce un tercio la mortalidad infantil.
Se calcula que cada año se pierden unos 443 millones de días de clases en la escuela por culpa de enfermedades relacionadas con el agua.
Las mujeres y las niñas no solamente necesitan instalaciones con retretes para defecar. También necesitan privacidad y dignidad cuando están menstruando. Se calcula que una de cada 10 niñas africanas en edad escolar o bien deja de ir a la escuela durante la menstruación o bien deserta totalmente por la falta de saneamiento.
El un distrito de Bangladesh, el de Noakhali, la instalación de servicios de agua y saneamiento en una escuela aumentó 11 por ciento la asistencia de las niñas.
— ¿Qué regiones del mundo son las más afectadas por la falta de un saneamiento adecuado?
— Mientras Asia oriental y del Pacífico, América Latina y el Caribe y el mundo árabe están cerca de cumplir el Objetivo de Desarrollo de la ONU para el Milenio sobre saneamiento, otras regiones, como Asia meridional, África subsahariana, así como países en zonas diversas deberán acelerar el proceso para cumplir la meta.
En términos de cantidad de población sin acceso a un saneamiento mejorado, Asia oriental y el Pacífico es la región más afectada, con 958 millones de habitantes sin saneamiento, seguida por Asia meridional, con 926 millones, África subsahariana, con 436 millones, América Latina, con 119 millones, y los estados árabes, con 80 millones.