PESCA: Menos es más

Capturar menos peces y hacer más dinero puede ser la solución para la crisis mundial causada por la sobrepesca, recomendaron economistas australianos en un informe publicado en la última edición de la revista científica Science.

Reducir las capturas en el corto plazo generará, a posteriori, grandes ganancias a los pescadores. Y ese potencial puede terminar persuadiendo a las intransigentes compañías pesqueras de practicar la contención, aseguraron.

"Mayores existencias significan mayores sumas de dinero", dijo el coautor del estudio, Quentin Grafton, director de investigaciones en la Escuela Crawford de Economía y Gobierno en la Universidad Nacional Australiana.

"Nuestra investigación demuestra que se logran mayores ganancias cuando se permite un aumento en la población ictícola más allá de los niveles tradicionalmente considerados óptimos", declaró Grafton.

Más de 75 por ciento de los bancos pesqueros del mundo han sido completamente explotadas o bien van rumbo a agotarse, según advirtió el año pasado la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
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La pesca mundial total se encuentra estancada desde hace décadas a pesar de las avanzadas tecnologías para detectar los caladeros, incluso con sonares y radares desde aviones y satélites, así como para atrapar los cardúmenes.

Las actuales cuotas pesqueras establecidas por los gerentes de las compañías del sector en la mayoría de las regiones del mundo asumieron que el costo de la captura es independiente de, o proporcional a, la existencia y disponibilidad de peces, según Grafton y sus colaboradores.

En realidad, cuando los peces son más abundantes y, por lo tanto, más fáciles de capturar, los pescadores no deben gastar tanto en insumos como el combustible para llenar sus redes, lo que resulta en mayores ganancias.

Los investigadores pusieron a prueba su teoría en cuatro reservas diferentes, trazando curvas que comparaban ganancias con biomasa pesquera.

En todos los casos, dejar que se reconstruyera la población de peces resultaba una estrategia mucho más que continuar pescando hasta que quedaran pocos ejemplares.

"La conservación permite el crecimiento de los bancos de pesca como el de las ganancias", dijo Tom Kompas, director del Programa de Economía Internacional y del Desarrollo en la Universidad Nacional Australiana.

"El debate ya no es si resulta económicamente ventajoso reducir las actuales capturas —es bien sabido que lo es—, sino cuán rápidamente deberían reconstruirse las reservas", enfatizó.

Durante cuánto tiempo deberá reducirse la recolección depende de la especie y de las condiciones actuales, explicó Grafton a IPS.

Para el langostino tigre del norte, cuatro años es suficiente, y es lo que se está haciendo en Australia. Las situación de especies de crecimiento lento, como el reloj anaranjado, requieren reducir la captura durante entre 25 y 40 años.

Vender o conceder futuros "derechos de recolección" asegurará a los pescadores que se beneficiarán de acceder a menores capturas, dijo.

"Reduciendo su captura ahora, ellos compensarán cualquier pérdida financiera temporaria con ganancias mayores en el futuro", agregó.

Sin embargo, los subsidios directos e indirectos mantienen en el agua a los barcos pesqueros, especialmente los dedicados a la pesca de arrastre, en muchas partes del mundo.

Tales subsidios llegan a cientos de millones de dólares, si no más, para los costos de construcción, operación y combustible de los buques pesqueros, infraestructura portuaria, almacenamiento e instalaciones de procesamiento.

"Los subsidios a la pesca no tienen ningún sentido. Alteran la ecología y la economía de la pesca", dijo Grafton.

"Si los gobiernos quieren apoyar a sus compañías pesqueras, ¿por qué no pagarles para no pescar y dejar que las existencias se recuperen? Así, en el futuro las reservas serán redituables nuevamente y no requerirán subsidios", aseguró.

Según esta visión, los gobiernos pueden darse el lujo de pagar compensaciones por no pescar, confiado en que en el futuro cobrará más impuestos a las ganancias pesqueras.

La Organización Mundial del Comercio (OMC) analiza esta semana nuevas reglas para prohibir varios tipos de subsidios pesqueros, especialmente aquellos que impulsan la capacidad de captura o incentivan la actividad.

"La pregunta es si la OMC aprovechará o no su oportunidad de frenar la sobrepesca mundial", planteó Courtney Sakai, directora de campaña de la organización de conservación marina Oceana.

"Reducir ahora los subsidios a la sobrepesca es esencial para que haya abundantes reservas pesqueras en el futuro", dijo Sakai.

Y si los economistas australianos están en lo cierto, el crecimiento de las existencias pesqueras significarán más ganancias para los pescadores. Australia ya cambió su estrategia de captura para reflejar ese cálculo.

La clave para que los pescadores accedan a pescar menos es una garantía de derechos de captura a largo plazo, para que puedan beneficiarse personalmente de las mayores reservas pesqueras futuras.

"Eso significa mayores ganancias y más peces en el mar", concluyó Grafton.

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