Países africanos actuaron «bajo coacción» al firmar acuerdos de asociación económica (EPA) con la Unión Europea (UE), según Rob Davies, viceministro de Comercio e Industria de Sudáfrica.
Unos 35 de casi 80 países de África, el Caribe y el Pacífico (ACP) involucrados en las negociaciones que aspiraban a alcanzar EPA habían aceptado acuerdos con la Comisión Europea para el 19 de este mes.
Davies alegó que muchos de estos acuerdos comerciales se alcanzaron porque la Comisión había amenazado con imponer onerosos aranceles a las mercaderías procedentes de países ACP y destinadas a los mercados de la UE si los EPA no eran concluidos este año.
"Esto condujo a una situación en la que un país que no estaba dispuesto a firmar lo hiciera bajo una enorme coacción y con poco entusiasmo", dijo a IPS.
Aunque sus vecinos — Botswana, Lesotho, Namibia y Swazilandia— han ingresado en acuerdos, Sudáfrica decidió no hacerlo. Y esto, pese a que los cinco países constituyen la Unión Aduanera de África Austral.
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Uno de los principales puntos de divergencia en surgir durante las conversaciones entre Sudáfrica y la UE involucraron la insistencia de esta última en cuanto a que en el acuerdo se insertara una cláusula de "nación más favorecida".
Tal cláusula requeriría que Sudáfrica garantice que cualquier concesión comercial que otorgue a un país que disfrute de más de uno por ciento de las exportaciones del mundo —como Brasil, China, India y Turquía— sea conferida automáticamente a la UE también.
"Esto nos encerraría en una relación fundamental con la UE para siempre. Eso sería un límite inaceptable sobre nuestra soberanía", dijo Davies.
No obstante, Davies dijo que fue alentado por las garantías de José Manuel Barroso, el presidente de la Comisión, durante la reciente cumbre entre la UE y los líderes africanos en Lisboa.
Barroso prometió que en 2008 tendrán lugar más discusiones sobre los EPA y que habrá una oportunidad de revisar las disposiciones que los países ACP consideran polémicas.
La intervención de Barroso fue considerada más conciliadora que la inflexible posición adoptada por Peter Mandelson, comisario de Comercio de la UE, quien ha insistido en que los países ACP deben comprometerse con una liberalización comercial a fin de cumplir con reglas estipuladas por la Organización Mundial del Comercio.
"Ciertamente esto es una retirada del enfoque del 'tómenlo o déjenlo, esto es todo lo que puedo ofrecerles' que ha gobernado las negociaciones, particularmente en la última ronda", opinó Davies.
Los EPA requieren que las naciones del grupo ACP eliminen por lo menos 80 por ciento de los impuestos comerciales que gravan las importaciones desde Europa.
Este requisito fue denunciado por organizaciones no gubernamentales, temerosas de que los agricultores y las industrias nacientes en los países pobres sean incapaces de competir con una avalancha de importaciones que a menudo son más baratas que las mercaderías producidas en el país, y, en el caso de los alimentos, altamente subsidiados.
Mandelson respondió a esas críticas en un discurso que pronunció en Ljubljana, Eslovenia, el 12 de este mes.
"Los EPA han estado sujetos a una agresiva campaña de organizaciones no gubernamentales. La UE fue acusada de obligar a abrir los mercados africanos a las compañías europeas, de intimidar a los países pobres (para hacerlos adoptar) una liberalización que no quieren ni necesitan", señaló.
"Lo que más me choca de estos argumentos es que conllevan un punto de vista profundamente distorsionado del valor del comercio. Y, lo que es más importante, no muestran ningún respeto por los muchos negociadores y ministros de mentalidad reformista de los países ACP que han trabajado duro con la UE para construir acuerdos que reflejen las necesidades de desarrollo", dijo Mandelson.
Sudáfrica, que ya firmó un acuerdo comercial con la UE en 1999, no "parece hablar por los muchos países africanos que necesitan estos acuerdos y que los están firmando", agregó.
Pero Davies desestimó la sugerencia de que su gobierno ha estado intentado impedir el progreso económico en África. "Es manifiestamente falso que estemos intentando frenar a todos", dijo.
"No fuimos obligados legalmente a ingresar al proceso (de negociación) de los EPA. Pero lo hicimos porque pensábamos que eso podría ser un paso hacia la integración regional (en África austral). Me temo que eso resultó en un final que podría contribuir con la desintegración regional", agregó.
Sophie Powell, de la organización Traidcraft, que hace campaña por un comercio justo, se hizo eco de las declaraciones de Davies.
"Está muy claro que los países firmaron como una defensa contra la amenaza de los aranceles. La Comisión no presentó ninguna alternativa, mientras aumentaba la presión. Ésta realmente no es manera de hacer una política comercial pro-desarrollo", afirmó.
Los aranceles no se aplicarán a 32 estados ACP reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como "países menos adelantados". Estos son aptos para beneficiarse de un programa conocido como Todo Menos Armas, bajo el cual la mayoría de sus exportaciones no militares pueden ingresar a la UE libres de impuestos o cuotas.
Pero los gobiernos de la UE decidieron a comienzos de este mes que, a partir del 1 de enero, cualquier país ACP no categorizado como menos adelantado perderá el acceso preferencial que tiene actualmente ante los mercados del bloque europeo, a menos que firme un EPA.
Los aranceles —que a menudo exceden el 10 por ciento— serán aplicados a las exportaciones de esos países, con un efecto adverso sobre sus ganancias.
Diez países —Gabón, Congo-Brazzaville, las islas Cook, Micronesia, Tonga, Palau, las islas Marshall, Naura, Niue y Nigeria— podrían enfrentar esos aranceles, dado que todavía no firmaron EPA, ya que las instituciones de Bruselas se preparaban para sus vacaciones de Navidad.
La amenaza de la UE llegó pese a pedidos de los ministros de Asistencia al Desarrollo que representan a cuatro de sus 27 gobiernos de que ningún país ACP sea puesto en peor posición si no puede firmar un EPA.
Glenys Kinnock, una socialista galesa que es miembro del Parlamento Europeo, dijo estar "desconcertada" de que solamente ministros de Irlanda, Gran Bretaña, Holanda y Dinamarca hubieran emitido esa petición..
"También estoy obligada a cuestionar si los EPA en su forma actual pueden cumplir la promesa de que pueden ser herramientas para el desarrollo", señaló Kinnock.
"Muchas personas coinciden en que la integración regional cohesiva y planeada será un conductor clave del desarrollo económico. Aunque los EPA que la Comisión Europea está presionando a los países ACP para que firmen tendrá un inevitable impacto perjudicial sobre la integración económica regional, particularmente en África", agregó.