La marcha vacilante de la Ronda de Doha quedó otra vez en evidencia al conocerse algunas noticias alentadoras de las negociaciones agrícolas y, al mismo tiempo, un presagio desfavorable de las intenciones de Estados Unidos sobre la conclusión del proceso que conduce la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Las buenas nuevas provinieron de Crawford Falconer, el embajador de Nueva Zelanda que preside el comité de agricultura de la OMC, quien anunció este lunes que las negociaciones han caminado bien en las últimas dos semanas.
En contraste, un vaticinio adverso surgió de las declaraciones de la precandidata a la presidencia estadounidense por el opositor Partido Demócrata, la senadora Hillary Rodham Clinton, quien dijo al periódico británico Financial Times que en caso de ser elegida sopesará detenidamente si vale la pena reanimar la llamada Ronda de Doha de liberalización comercial.
Esto demuestra que la dinámica de la política estadounidense mantiene secuestrado el proceso de negociaciones, comentó a IPS el jefe de la misión negociadora de Venezuela, Oscar Carvallo.
Hasta ahora, la reforma del Acuerdo de Agricultura de la OMC había sido la causa principal del estancamiento de las negociaciones para una mayor liberalización de ese sector y de otras áreas del comercio, lanzadas en Doha, la capital de Qatar, en noviembre de 2001.
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Sin embargo, las negociaciones agrícolas basadas en un borrador de acuerdo que Falconer propuso en julio a los 151 Estados miembros de la OMC, han mostrado avances.
El director general de la OMC, Pascal Lamy, observó la semana pasada que esos progresos han sorprendido a los mismos negociadores y los han llevado a proseguir las discusiones antes de que Falconer presente una versión mejorada de su propuesta.
Por ese motivo, Falconer anunció que los negociadores de agricultura volverán a reunirse el 3 de enero y sostendrán reuniones durante 10 días. El presidente del comité espera comenzar el 21 de ese mes la redacción del nuevo borrador sobre las modalidades que definirán el acuerdo de agricultura.
La distribución de la propuesta de Falconer se hará después de la conclusión de las sesiones del Foro Económico Mundial (FEM), un cónclave de gobernantes, representantes de empresas transnacionales y economistas neoliberales, entre otros, que se realizará, como siempre, en el centro turístico suizo de Davos, entre el 23 y el 27 de enero.
Negociadores y fuentes cercanas a la OMC se inclinaron por divulgar el documento después de Davos, porque durante la reunión del FEM suele realizarse una conferencia paralela de ministros de Comercio de un grupo reducido de países, impulsada por las autoridades suizas, que en este caso podría entorpecer el debate genuino del borrador, dijeron.
En años anteriores, esas "mini-ministeriales" de Davos terminaron sin aportes reales al proceso y sólo contribuyeron a una mayor confusión en las negociaciones, sostuvieron las fuentes.
Falconer mostró cierto grado entusiasmo al definir que en "muchas áreas de la negociación estamos llegando más cerca de las formas que permitirán diseñar el borrador".
El propio Carvallo reconoció que entre los delegados se aprecia una actitud comprometida y una disposición a negociar la cuestión agrícola. Por primera vez se están manifestando ideas que pueden resolver los problemas que traban las negociaciones, insistió.
"Empero, que de ahí estemos a un paso de tomar las decisiones, eso no", advirtió. El ambiente de negociación sólo es bueno en agricultura. En los demás temas el pronóstico es reservado, diagnosticó el negociador venezolano.
Sin embargo, los negociadores de la OMC han vaticinado siempre que el desbloqueo de las discusiones agrícolas tendría efecto inmediato sobre la otra negociación crítica, la de aranceles industriales, conocida también por sus siglas en inglés NAMA, y luego sobre el resto de los temas de la Ronda de Doha.
Lamy confió en que las modalidades de los acuerdos de agricultura y de NAMA podrán ser convenidas en marzo. De esa manera, los negociadores dispondrían del tiempo suficiente para debatir las cuestiones de aplicación de esos y de los demás aspectos de la Ronda, con el objetivo de concluir todo el proceso a fines de 2008.
Pero la consecución de esa meta puede frustrarse a causa de la actividad electoral en Estados Unidos, que concluirá en las elecciones presidenciales de noviembre.
El ministro de Comercio de India, Kamal Nath, ya había prevenido dos semanas atrás de la incertidumbre sobre la suerte de Doha a causa de la Autoridad de Promoción Comercial (TPA), el mecanismo legislativo que faculta a las autoridades estadounidenses a negociar tratados comerciales sin necesidad de recurrir a la aprobación del Congreso.
La TPA venció a mediados de este año, y parece poco probable que el gobierno de George W. Bush se exponga a solicitar una prórroga al Poder Legislativo en un año electoral.
La declaración de Hillary Clinton suma otra amenaza al proceso de Doha. Se trata de una afirmación de peso para la dinámica de las negociaciones, opinó Carvallo, quien sin embargo observó su carácter hipotético, por cuanto la senadora aún debe conquistar la candidatura demócrata.
En una entrevista publicada este lunes, Clinton dijo que propugna una política comercial seria y de gran alcance para el siglo XXI. "En esto no hay nada de proteccionismo", aclaró.