CAMBIO CLIMÁTICO: La economía enrarece el ambiente

El comercio, las finanzas y el ambiente se consolidan como los tres polos de atención en la conferencia de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se desarrolla en la isla de Bali.

El desafío para los representantes de los gobiernos en la reunión es encontrar un lenguaje común que permita adoptar una estrategia para enfrentar el recalentamiento global.

La presión sobre los casi 10.000 participantes quedó en evidencia este lunes, cuando ambientalistas advirtieron que las negociaciones podrían extenderse, incluso, hasta el sábado, un día después del final previsto para la conferencia.

Organizaciones ambientalistas no quieren que la conferencia finalice con un documento incapaz de salvar al planeta de una posible catástrofe ecológica.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) señaló que la solución ideal pasa por vincular la economía con la defensa del ambiente. Pero la organización expresó preocupación porque grupos de presión comerciales y financieros utilizan su poder para dictar el tono de las conversaciones.
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"En algún punto la discusión sobre el clima deben ingresar en el terreno del intercambio de productos y las finanzas, pero no pueden quedar subordinadas a conversaciones sobre comercio", dijo Shruti Shukla, coordinadora de ambiente y política climática de la oficina del WWF en India.

"El ambiente ha sido siempre el hermano adoptivo de las prioridades económicas de las naciones. Por lo tanto, esta reunión debe ser oportuna para revertir esa tendencia y consolidar la confianza entre los ministerios de comercio, finanzas y ambiente", agregó.

"Esta oportunidad sirve para que las prioridades ambientales sean aceptadas como las que van a definir en el futuro la agenda del comercio y el desarrollo", señaló la activista.

La preocupación de los activistas fue confirmada el fin de semana, en una reunión con la presencia de ministros de comercio y altos funcionarios de 32 países.

En ella, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) reclamaron a los países pobres suprimir los aranceles para la importación de 43 productos "amigables" con el ambiente, como molinos de viento.

"Es una historia conocida. Estados Unidos y la UE presionan para obtener la liberalización del comercio de servicios en nombre del cambio climático", dijo a IPS Nicola Bullard, investigadora de la no gubernamental Foco en el Sur Global, con sede en Bangkok.

"Los países en desarrollo piden transferencias de tecnología para proteger el ambiente pero, en cambio, les piden que reduzcan su protección arancelaria. Estados Unidos y la UE tratan de ganar dinero incluso después de haber contaminado el planeta", agregó.

Esta actitud a favor de los países ricos se verá reforzada esta semana, con la llegada de los ministros de finanzas para participar en las discusiones sobre cambio climático, en lo que algunos califican como un intento de las naciones industrializadas para eludir sus responsabilidades ambientales.

"Quieren hablar de economía porque no desean que el peso de la solución del problema caiga sobre ellos", afirmó Sanjay Vashist, del no gubernamental Centro de Investigaciones Ambientales, con sede en Nueva Delhi.

Un informe divulgado este lunes señala que los países ricos, que han sido los que más dióxido de carbono y otros gases invernadero emitieron desde la Revolución Industrial, no pueden ignorar los daños que sus actividades causan en parques nacionales, reservas forestales y otras áreas protegidas de las naciones pobres.

"Más de la mitad de los territorios protegidos del mundo son vulnerables al impacto del cambio climático", advierte un estudio científico de la no gubernamental Conservación Internacional junto con la Universidad de Maryland y la de Wisconsin, ambas de Estados Unidos.

"Algunas regiones podrían ver desaparecer los actuales patrones climáticos para 2100 o la transición hacia condiciones no vistas en el planeta en el siglo anterior", agregó.

Entre los países donde al menos 90 por ciento del total de territorios protegidos afrontan esa amenaza figuran 11 de África: Benin, Burkina Faso, Burundi, Costa de Marfil, Etiopía, Ghana, Ruanda, Sudán y Uganda.

Bután y Sri Lanka en Asia también se verán afectados, al igual que Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador, México y Venezuela en América Latina.

No resulta sorprendente que los ambientalistas hayan recibido positivamente el anuncio del gobierno de Noruega sobre su decisión de destinar 545 millones de dólares al año, durante el próximo quinquenio, para ayudar a los países tropicales a detener la deforestación.

Se espera que la delegación de Noruega —que incluye al primer ministro y los ministros de ambiente y finanzas— presione a otros países ricos para que pongan en práctica iniciativas similares, en adición a sus presupuestos anuales de ayuda para el desarrollo.

"Es una enorme victoria de ambientalistas noruegos, que hicieron una intensa campaña para que el gobierno tomara esa decisión. Esperamos que otras naciones sigan su liderazgo para hacer algo que detenga las emisiones", dijo Lars Haltbrekken, de la filial noruega de la organización no gubernamental Amigos de la Tierra.

Sin embargo, hubo pocos motivos para el optimismo respecto de otros asuntos que preocupan a los participantes en la conferencia.

El debate sobre la fijación de compromisos urgentes de reducción de emisiones de gases invernadero servirá para medir el grado de éxito de la conferencia en Bali, así como la eventual creación de un fondo global destinado a ayudar a los países pobres a adaptarse al cambio climático y obtener tecnología "amigable" con el ambiente.

Según Yvo de Boer, responsable de la secretaría de Cambio Climático de la ONU, se requieren 200.000 millones de dólares anuales, hasta 2030, para combatir el recalentamiento global.

"Parece mucho, pero si se lo compara con el producto bruto mundial no lo es", aseguró.

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