Trabajadoras sexuales de esta oriental ciudad de India reciben asesoramiento para limitar el contagio del VIH y otras enfermedades sin dejar de realizar su actividad y haciendo más atractivo su servicio.
La idea surgió de varias encuestas según las cuales las prostitutas de Sonagachi, la mayor zona roja de esta ciudad, atendían a más de cinco clientes al día, relató Rajyashree Choudhuri, jefa del no gubernamental Instituto de Desarrollo Social Internacional (IDSI).
"Muchas de ellas están casadas o tenían compañeros regulares. Las impulsamos a tener pocos clientes o un número fijo de algunos regulares", relató a IPS.
Ante el temor de las prostitutas a una reducción de sus ingresos, el personal del IDSI les aconsejó cobrar a los clientes, pero "darles algo extra a través de la compañía y del placer erótico".
La organización recurrió a técnicas del "Kamasutra", antiguo tratado de la cultura cortesana que floreció en India en la Edad Media y que incluye prácticas sexuales. En él se hace un uso sugestivo de la música y el baile.
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Las encuestas piloto mostraron que esas técnicas dieron resultados al permitirles tener menos clientes, dejarlos más satisfechos y obtener mejores ingresos, indicó Choudhuri.
"Muchas de ellas revelaron que las técnicas les habían ayudado a reducir clientela, al tiempo que disminuyen los riesgos que significa para salud tener múltiples compañeros", explicó.
El IDSI prevé realizar una encuesta exhaustiva el año que viene entre unas cien prostitutas para saber si "muchas posiciones sexuales con un compañero es mejor que una posición con muchos compañeros".
Otras organizaciones también recurrieron al Kamasutra para promover prácticas sexuales seguras.
El libro constituye una "receta para prevenir el virus de inmunodeficiencia humana" (VIH) que causa el sida, señaló I. S. Gilada, secretario general de la Organización Popular de Salud, con sede en la occidental ciudad de Mumbai.
"En todas partes del mundo sólo se habla de condones y celibato. Los que hablan de monogamia son el hazmerreír de otros para dicen eso se parece a monotonía. El sexo es un acto de placer en la cultura india, pero pecaminoso para otras", afirmó.
"Cuando la gente trabaja en asuntos vinculados a la sexualidad, suelen abordar la temática desde la perspectiva de enfermedad o de peligro", indicó Radhika Chandiramani, fundadora y directora ejecutiva de la organización no gubernamental Hablar sobre Cuestiones de Salud Sexual y Reproductiva (Tarshi, por sus siglas en inglés), con sede en Nueva Delhi.
"Pero también es muy importante trabajar en los aspectos más positivos de la sexualidad, para que el trabajo sea significativo y llegue a la vida de la gente. Después de todo, una de las razones por las cuales la gente tiene relaciones sexuales es por el placer que le brinda", explicó.
Las organizaciones indias que trabajan en la prevención de la transmisión del VIH se inspiran en Project Pleasure (Proyecto Placer), una organización británica.
Su fundadora, Ann Philpott, señala que la contundente evidencia de que el virus se transmite al mantener relaciones sexuales puso un halo de temor a la sexualidad, despojándola del placer erótico, elemento básico del comportamiento social humano.
"Defendemos el sexo seguro sin quitarle el elemento de placer que conlleva", señaló Philpott en el Congreso Internacional sobre Sida de Asia Pacífico, realizado en Colombo hace tres meses.
Philpott desarrolló la idea en el taller "¿Cuál es el placer del sexo seguro?", concentrado en cómo hablar de deseo y volver atractiva la educación sexual.
El objetivo de la organización es promover la idea de que el sexo seguro es atractivo.
"La mayoría de los programas de educación sexual se centran en todos los factores, salvo en la realidad de que para la gente el sexo seguro es poco atractivo y no placentero", reza un folleto de Proyecto Placer.
La organización se propone borrar el enfoque de que el sexo es algo clínico.
Proyecto Placer hace énfasis en el respeto a las sensibilidades locales cuando se planifican programas de educación sexual. En 2004 dictó el curso "especialización en placer", destinado a educadores en salud sexual de Camboya, y los instó a reconocer la necesidad de integrar los principios de placer en los materiales didácticos.
La organización recurre al conocimiento tradicional acerca del erotismo, practicado desde hace siglos en muchos países, pero que puede haber quedado sumergido por varias razones.
"Aprendimos mucho más de la gran variedad de promotores del placer de todo el mundo que de las formas más efectivas de vender el sexo seguro que encontramos en contextos locales", señaló Philpott.
Proyecto Placer incluso compiló el conocimiento tradicional en la materia de varias partes del mundo para que las organizaciones lo emplearan en su trabajo.
"La sexualidad es más que el mero acto sexual, tiene que ver también con sentimientos, actitudes, deseos y el contexto cultural", explicó Chandiramani, de Tarshi. "Necesitamos ampliar nuestra comprensión acerca de la sexualidad e integrar el componente placentero".