MEDIO ORIENTE: Negociaciones para negociar

La conferencia para Medio Oriente celebrada en esta ciudad estadounidense tuvo escasos resultados en cuanto a metas específicas para un acuerdo entre Israel y Palestina.

El encuentro se centró en fijar fechas para continuar las conversaciones, y no en resolver los principales temas de disputa.

La conferencia, que contó con la presencia de representantes de más de 50 países y organizaciones internacionales, fue celebrada el martes en la sede de la Academia Naval de Estados Unidos bajo el liderazgo del presidente George W. Bush para discutir la construcción de una paz duradera entre israelíes y árabes, así como la creación de un estado palestino.

"Nuestro propósito aquí en Annapolis no es concluir un acuerdo. Más bien, es lanzar negociaciones entre israelíes y palestinos", aclaró Bush en su discurso inaugural.

Pero al presentar este proceso como "guerra de las galaxias entre el bien y el mal", en palabras del ex negociador israelí Daniel Levy, Bush podría estar promoviendo desavenencias que ampliarán la brecha entre árabes e israelíes, comprometiendo la viabilidad del estado palestino, así como sus propias aspiraciones regionales.
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Flanqueado por el primer ministro israelí Ehud Olmert y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, el mandatario estadounidense leyó una declaración conjunta acordada por los líderes.

Muchos observadores no creían que una declaración conjunta final fuera acordada a tiempo debido a las dificultades para llegar a un acuerdo sobre la formación de un nuevo estado.

No obstante, el texto incluyó un importante avance: el anuncio de la formación de un comité de dirección para estudiar la construcción de un estado palestino y de las reuniones semanales entre Abbas y Olmert. Bush informó que el comité tendrá su primera reunión el 12 de diciembre.

"Acordamos participar de vigorosas y continuas negociaciones, y haremos todos nuestros esfuerzos para concluir un acuerdo antes de fines de 2008", leyó Bush en la declaración.

Sin embargo, muchas de las principales diferencias entre palestinos e israelíes salieron a la luz en la reunión, a veces en referencias explícitas tanto en el discurso de Olmert como en el de Abbas.

"Mañana tendremos que comenzar unas completas y profundas negociaciones sobre todos los asuntos para un estatuto final, que incluya a Jerusalén, los refugiados, las fronteras, los asentamientos, el agua, la seguridad y otros temas", dijo Abbas.

Por su parte, Olmert comenzó su discurso recordando los atentados terroristas palestinos contra ómnibus, cafés y centros recreativos israelíes durante su administración como alcalde de Jerusalén, sugiriendo que la ANP no es capaz de garantizar la seguridad.

Pero Olmert también admitió que la situación de los refugiados juega un importante papel en los sentimientos antiisraelíes en Palestina. "Yo sé que este dolor y esta humillación son los fundamentos más profundos del odio hacia nosotros. No somos indiferentes a este sufrimiento. No somos inconscientes ante las tragedias que están sufriendo", afirmó.

Este reconocimiento es significativo, ya que Israel siempre exigió como requisito para la creación de un estado palestino que la ANP dé garantías de seguridad a sus fronteras.

Esta exigencia fue contemplada en la denominada "hoja de ruta" para la paz elaborada por el Cuarteto (instancia de negociación internacional conformada por la Organización de las Naciones Unidas, la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia), en la que ciertos puntos se requerían para comenzar las discusiones sobre un estado palestino.

"Lo positivo de esto es que aquí se fue en el orden contrario a la hoja de ruta. El nuevo componente hoy es que tenemos negociaciones permanentes sobre el estatuto de Palestina en forma paralela a la hoja de ruta", dijo Levy a IPS.

Abbas, Bush y Olmert defendieron la oportunidad de la conferencia de Annapolis.

"Creo que ahora es justamente el momento correcto de iniciar estas negociaciones, por varias razones", dijo Bush.

El mandatario estadounidense también expresó su deseo de utilizar la conferencia para combatir el extremismo en Medio Oriente. Bush espera crear una amplia coalición árabe favorable a Washington, en especial para contrarrestar la influencia de Irán.

Pero esto también le acarreó críticas. Muchos consideran que Estados Unidos sólo está interesado en el proceso por su beneficio político, y por eso se negó a apoyar la "hoja de ruta" en 2003 cuando intentaba obtener respaldo para la invasión a Iraq.

"Olmert dio un discurso empático y alentador, así como Abbas. Fue el discurso de Bush el que socavó todo el ejercicio de Annapolis", sostuvo Levy, ahora director de la Iniciativa de Políticas para Medio Oriente de la New America Foundation.

"El mundo en el que viven, en donde la idea de aislar a Irán y derrotar al Hamas (Movimiento de Resistencia Islámico) encaja con la solución de los dos estados, no va de acuerdo con el mundo real. En el mundo real, si quieres una solución de dos estados, necesitas el máximo consenso. Buscas consenso, no división. Y Bush vive en un mundo de división", sostuvo.

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