ISRAEL-PALESTINA: Annapolis aún queda lejos

Los gobiernos de Medio Oriente aún no han recibido la invitación a participar en la cumbre de Annapolis, que organiza el de Estados Unidos para resucitar el proceso de paz entre Israel y Palestina.

En su última visita a la región, la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, se entrevistó con el primer ministro israelí Ehud Olmert y con el presidente palestino Mahmoud Abbas, pero no emitió aún invitación alguna.

Eso a pesar de que se refirió en público a la seriedad de ambas partes en sus intentos por tonificar el diálogo de paz.

Los principales participantes en el proceso coordinaron sus posiciones para manifestar una línea unificada ante el público. Así, Olmert, Abbas y Rice manifestaron en las últimas horas su intención común de alcanzar un acuerdo de paz antes del fin de gobierno de George W. Bush en enero de 2009.

Olmert fue el primero que habló sobre ese plazo. "Si actuamos juntos y con decisión, hay posibilidades de que alcancemos logros reales, tal vez antes del fin del periodo del presidente Bush", dijo ante el foro de un centro académico en Jerusalén.

"No hay intenciones de extender las negociaciones sin un final a la vista. No hay razón para los tropiezos que caracterizaron nuestro diálogo en el pasado", agregó.

Entonces se registró la octava visita en el año de Rice a la región. Afirmó que la conferencia en Annapolis sería una "plataforma de lanzamiento" para conversaciones que conducirían a la creación de un estado palestino.

Estas negociaciones, confió, "alcanzarían sus metas en el tiempo que resta de la administración de Bush".

Abbas fue el último en sumarse al coro. "Todas las partes estamos de acuerdo en nuestra determinación de alcanzar un acuerdo antes del fin del periodo de Bush. Estamos decididos en que esa fecha sirve como plazo y trabajamos en eso", sostuvo.

Fijar plazos para la paz en Medio Oriente nunca fue un problema. Cumplirlos ha sido lo difícil. Y el hecho de que Rice se haya ido de la región sin enviar las invitaciones o sin fijar una fecha definitiva para la cumbre refleja cuán distantes están aún israelíes y palestinos.

Ahora parece casi inevitable que la conferencia de Annapolis se celebrará en diciembre, y no este mes, como se pensaba al principio.

Los palestinos quieren que la declaración final de la cumbre trate asuntos espinosos como las fronteras de su futuro estado, el destino de Jerusalén y el de los refugiados, así como fije un cronograma claro para las negociaciones posteriores.

Israel, en cambio, pretende un acuerdo mucho más laxo basado sobre la nunca implementada "hoja de ruta" de 2003, esquema de negociación de paz apoyada por el Cuarteto, la instancia de mediación integrada por Estados Unidos, Rusia, la Organización de las Naciones Unidas y la Unión Europea.

Según funcionarios israelíes, negociadores palestinos acordaron en los últimos días una fórmula según la cual cualquier acuerdo futuro dependa de la concreción de la primera etapa de la hoja de ruta.

Esta etapa incluye el desarme de combatientes palestinos y, del lado israelí, el congelamiento de la construcción en los asentamientos judíos en Cisjordania, la evacuación de docenas de esas colonias y la retirada militar de todas las grandes ciudades palestinas.

La inminente cumbre es "una oportunidad histórica para abrir una nueva página en la historia de Medio Oriente, basado sobre la creación de nuestro estado independiente con Jerusalén oriental como capital", dijo Abbas en Ramalá el domingo, en un acto para conmemorar el tercer aniversario de la muerte de Yasser Arafat

El pueblo palestino dijo que su pueblo también procura "la devolución de las tierras árabes" ocupadas por Israel en la Guerra de los Seis Días en 1967, así como la paz "para nosotros, para los israelíes y para todos los pueblos de esta región".

Pero no hubo confirmación por parte de los palestinos de la versión ventilada por funcionarios israelíes sobre la implementación de la primera etapa de la hoja de ruta.

De hecho, a lo largo del fin de semana funcionarios palestinos advirtieron que había aún dificultades para elaborar un documento conjunto, y Abbas telefoneó a Rice para quejarse de que Israel estaba dejando de lado acuerdos ya alcanzados.

Cuando la secretaria de Estado abandonó Medio Oriente, insistió en que se trataba de un "trabajo muy difícil", pero que la cumbre debía realizarse "antes de fin de año".

Si eso ocurre, ya debe haber hecho reservas de avión para su novena e incluso décima visita a Medio Oriente este año. Y también sabe que deberá golpear algunas cabezas para que la cumbre se celebre este año.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe