IRAQ: Menos muertos no es menos violencia

El gobierno de Estados Unidos y el primer ministro de Iraq, Nouri Al-Maliki, sostienen que la violencia disminuye en este país. Pero los residentes de la capital iraquí tienen otra visión.

Los ataques de la resistencia iraquí contra el ejército estadounidense continúan en Bagdad y en la occidental provincia de Al-Anbar, a pesar de su apoyo a grupos armados sunitas de la zona.

Dieciocho soldados estadounidenses murieron en Bagdad y en Al-Anbar en octubre, según el Departamento (Ministerio) de Defensa del país norteamericano. En total, 39 efectivos murieron en Iraq el mes pasado, la cifra más pequeña desde marzo de 2006.

La poca cantidad de efectivos muertos en octubre es la excepción de este año, que va camino a ser el más funesto desde el inicio de la invasión y ocupación de Iraq en marzo de 2003.

Al menos 847 soldados estadounidenses murieron desde enero, lo cual convierte al 2007 en el año con mayor número de víctimas. El peor había sido 2004, cuando 849 soldados estadounidenses fueron asesinados en los 12 meses.
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Pero muchos iraquíes señalaron que hay violencia que se mantiene tapada y que donde hay calma no es por buenos motivos.

"Los asesinatos sectarios disminuyeron porque todos los sunitas fueron desplazados de las áreas mixtas de Bagdad", dijo a IPS Salman Hameed, un maestro desalojado hace ocho meses de la zona de Al-Hurriya, en el oeste de la capital.

"Todos mis parientes y vecinos sunitas que sobrevivieron a la campaña asesina de los insurgentes, al amparo de las fuerzas iraquíes y estadounidense, huyeron a Siria o a otras ciudades sunitas", añadió.

El primer ministro Maliki anunció la victoria el 5 de este mes en un inusual paseo por Bagdad que realizó al caer la noche.

"Logramos una victoria contra los terroristas y los insurgentes", declaró Maliki. "La situación no retrocederá."

Muchos iraquíes consideran que la razón de la relativa calma es que muchas personas huyeron o fueron asesinadas.

"No les queda nadie por matar", dijo a IPS Nathum Taha, maestro jubilado de Bagdad de 55 años. "Los estadounidenses siguen empleando militantes chiitas para matar sunitas, pero la mayoría de la gente ya huyó."

Otros acusan a la prensa de no cubrir los hechos de forma adecuada.

"Los ataques contra fuerzas estadounidenses no son muchos menos que el mes pasado, pero la cobertura de la prensa casi desapareció", dijo a IPS Muhammad Younis, originario de la septentrional ciudad de Mosul, ahora en la capital por razones de negocios.

"La resistencia se mueve rápido y cambia de ubicación para evitar ser detectada gracias a la información provista por los colaboradores. La mayoría de los iraquíes odian a los estadounidenses más que nunca, por la destrucción y muerte causadas por la ocupación", explicó.

La cantidad de bombas tiradas en Iraq los primeros seis meses de este año se multiplicó por cinco, en comparación con el mismo periodo de 2006. Más de 30 toneladas fueron bombas de racimo, muy dañinas para la población civil.

"Las incursiones aéreas de Estados Unidos aumentan de tal forma que deja en evidencia su fracaso en tierra", dijo a IPS un general retirado del antiguo ejército iraquí, disuelto de forma casi inmediata tras el inicio de la invasión.

"Una familia entera fue asesinada cerca de Madayin, al suroeste de Bagdad, el sábado, poco después del bombardeo trágico de viviendas al sur de Tikrit (100 kilómetros al norte de Bagdad) que dejó más de 10 civiles muertos", añadió.

Fuerzas iraquíes, con apoyo de Estados Unidos, detuvieron a 12 personas en una incursión en la mezquita sunita Abu Hanifa en el distrito Adhamiyah, en el norte de Bagdad.

"Las fuerzas locales y las estadounidenses no puede hacer frente a la resistencia, así que detienen a personas inocentes", dijo a IPS Aziz Thafir, un abogado testigo de los arrestos. "Comenzaron el asalto con palabras agresivas contra los sunitas y detuvieron a todos los que estaban alrededor de la mezquita".

La violencia religiosa, que muchos iraquíes creen que Estados Unidos respalda, existe en muchos lugares donde quedan comunidades mixtas.

En Duluiya, 150 kilómetros al norte de Bagdad, una unidad del ejército invasor allanó una vivienda la semana pasada y mató a un joven que se encontraba en su interior.

Los testigos que llegan a Bagdad desde esa ciudad sunita se quejan de que la prensa no cubre las actividades de la resistencia o los "delitos" regulares perpetrados por fuerzas iraquíes y estadounidenses contra civiles inocentes.

"Son más sanguinarios que antes", dijo a IPS Abu Ahmed de 44 años. "Esta es una guerra religiosa contra los sunitas por no querer aceptar la ocupación ni la división del país."

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