Puede parecer que todo conspira contra ellos, pero con un poco de suerte, trabajo duro y mucha creatividad, los pequeños avicultores afectados por la influenza aviar tienen posibilidades sobrevivir económicamente, según expertos reunidos en Bangkok.
Uno de los grandes mitos en torno de la gripe del pollo —atribuida a menudo a la cría doméstica— es que la avicultura comercial a gran escala es la única vía de esta producción para los años venideros, dijo Samuel Jutzi, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
"Todavía hay lugar para el suministro local de aves, en particular en los países en desarrollo", dijo Jutzi, director de producción y salud animal de la FAO, entrevistado por IPS al cabo de la conferencia mundial "Aves en el siglo XXI: Influenza aviar y más allá", finalizada este martes en la capital tailandesa.
"Estamos viendo una producción avícola sustancial a niveles de aldea, y hay una demanda continua de variedad", explicó.
La conferencia de la FAO, a la que asistieron productores comerciales y de pequeña escala, comerciantes, socios de investigación y desarrollo, aspiró a "explorar y aconsejar sobre los mejores escenarios para el futuro del sector", en especial en la expansión y el cumplimiento de la demanda global.
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La industria avícola de pequeña escala, que incluye la cría en los corrales domésticos, sufrió un doble golpe tras el brote de influenza aviar que comenzó en 2003 en Asia y luego se propagó a Europa y otras regiones.
Muchos de estos negocios cerraron luego de que sobre sus animales recayeron sospechas de tener el virus H5N1, lo que retrajo la demanda de productos avícolas en todo el mundo.
El elevado costo de las medidas de estricta bioseguridad en los corrales, en especial en materia de alimentación, también golpearon a los pequeños productores.
Jutzi dijo que los productores a pequeña escala fueron muy marginados en el desarrollo del sector avícola.
"Sin embargo, salen nuevamente a la superficie mediante la producción orgánica, con la cual las familias tienen unos pocos pollos pero no por necesidad económica sino para satisfacer requisitos y demandas específicas", agregó.
También recomendó evaluar la situación con sumo cuidado, especialmente cuando se trata de economías de crecimiento acelerado, en las cuales las oportunidades de los pequeños criadores quedan "bastante exprimidas".
Según Clare Narrod, del Instituto Internacional de Investigación Sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés), algunos cambios clave en la producción avícola del mundo —como la alta demanda, el crecimiento de la población y la urbanización— presionaron mucho a los pequeños criadores.
"Por ejemplo, el aumento de la demanda para garantizar la entrega de alimentos de origen animal tiene un efecto negativo en los pequeños criadores, que pueden no ser capaces de pasar o cumplir requisitos de importación y producción o de disponer de canales suficientes de comercialización por la escasa confianza de los compradores", señaló.
Para poder competir, tienen que tener una alimentación nueva y mejor, acceso a gallineros con temperatura controlada y recibir entrenamiento sobre medidas de control de enfermedades.
Pero los avicultores a pequeña y gran escala necesitan organizarse con la ayuda del gobierno y del sector privado si quieren cumplir desafíos futuros, explicaron participantes en la conferencia.
"Históricamente, la producción avícola fue usada como herramienta para el desarrollo y tuvo mucho apoyo. Ahora, más que nunca, tal vez el apoyo puede venir en la forma de asistencia de organizaciones a productores a la hora de acceder a mercados, más que en términos de tecnologías", dijo Jutzi.
"Se requiere organizar a grupos de mujeres y de criadores para colocar en el mercado suficientes productos avícolas. También es necesario el manejo de los mercados de productos frescos a través de una comunidad organizada", agregó.
El presidente de la Sociedad China de Ciencia Avícola, Yijun Han, pronosticó que la demanda de productos avícolas continuará aumentando en su país y que el consumo de carne se duplicará en 2020.
"De 77.000 millones de yuanes (10.000 millones de dólares) en 1995, el gobierno aumentó su presupuesto para del desarrollo de la producción avícola a 300.000 millones de yuanes (40.000 millones de dólares) en 2005", destacó.
La alta funcionaria de la FAO Anni McLeod aplaudió la adaptación de Tailandia a los cambios y desafíos. Antes de que la gripe aviar azotara al país en 2003, este país ocupaba el quinto lugar mundial entre los exportadores de aves de corral. Setenta 70 por ciento de la producción nacional se exportaba.
"También está mirando seriamente hacia la compartimentación, que determina zonas libres de enfermedad. Probablemente fue el único país que realizó análisis 'con rayos X', con visitas de inspectores casa por cas para determinar el alcance del daño causado por el brote", agregó.
Jutzi urgió a los gobiernos a desarrollar oportunidades para los criadores a pequeña escala y a darse cuenta de que las operaciones a escala comercial "pueden no ser tan útiles para el desarrollo de las regiones".
"En el desarrollo rural, las aves tienen algo con lo que contribuir", y es allí donde las operaciones a pequeña escala, comunes en hogares y áreas rurales en una amplia área de Asia pueden ser útiles.
"En algunas condiciones donde la economía crece muy rápidamente, los pequeños criadores no tienen una chance en este punto. Solamente quienes saben cómo ajustarse pueden sobrevivir", enfatizó Jutzi.
(*Este artículo fue escrito para el programa Imaging Our Mekong, coordinado por IPS Asia-Pacífico).