FINANZAS-ESTADOS UNIDOS: Sombras nada más

La economía de Estados Unidos «se enlentecerá notoriamente» y enfrentará una mayor presión inflacionaria en los próximos meses, según la Reserva Federal (Fed, banco central) de este país.

Pero probablemente quedará libre de la "stagflation" —término en inglés que combina estancamiento y alta inflación— que la devastó en los años 70, señaló Ben Bernanke, presidente de la institución financiera, ante un comité del Congreso legislativo.

Una crisis de liquidez, de vivienda y de mercado, originada en los inestables préstamos hipotecarios estadounidenses, demostró ser más pronunciada de lo que se anticipaba, y augura un desempeño económico lento para comienzos de 2008, dijo.

Al mismo tiempo, los elevados precios de la energía y un dólar débil hicieron que la presión inflacionaria afectara a la economía, testificó Bernanke ante el Comité Económico Conjunto.

El Comité de Mercado Abierto, el órgano de la Reserva Federal a cargo de la política monetaria que establece los intereses clave, "esperaba que el crecimiento de la actividad económica se enlenteciera notoriamente en el cuarto trimestre", dijo Bernanke.
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El crecimiento debería comenzar a recuperarse a fines del año próximo, pero "el Comité también vio riesgos inconvenientes a esta proyección" si la crisis de la vivienda conducía a una caída significativa del gasto del consumidor, señaló.

Sin embargo, Bernanke insistió en que la Fed no había adoptado un punto de vista "alarmista" respecto del probable impacto de precios inmobiliarios más bajos sobre el consumo.

En cambio, el banco central considera una igual amenaza de inflación y, por lo tanto, sería reticente a aliviar la crisis de liquidez abaratando los préstamos, agregó.

La Fed redujo la tasa de intereses interbancaria entre bancos dos veces en varios meses a 4,5 por ciento, de 5,25 por ciento antes de septiembre. La última vez que había actuado de manera tan drástica fue en 2001, cuando la economía comenzó a recuperarse de la última recesión.

El ya débil dólar estadounidense cayó más rápidamente ante otras monedas, desde que la Fed comenzó a reducir los intereses. Que en Estados Unidos haya intereses más bajos hace que su tipo de cambio —y también sus reservas y bonos en dólares— sean menos atractivos para los inversores extranjeros.

La economía estadounidense creció 3,9 por ciento en el tercer trimestre de este año, pero la proporción probablemente disminuya a dos por ciento o menos en el cuarto trimestre, proyectó la Fed.

Altos funcionarios de la Fed citados en diversos informes periodísticos dijeron esta semana que el crecimiento tendría que caer a menos de un rango de 1,0 a 1,5 por ciento antes que la Fed redujera más los intereses.

Sin embargo, los especuladores financieros apuestan a que la economía tenga tan mal desempeño que la Fed sea forzada a recortar las tasas de interés otro cuarto de punto para fin de año antes de reducirlas a 3,75 o cuatro por ciento a fines de enero.

Bill Gross, jefe de inversiones del fondo mundial de bonos Pimco dijo a comienzos de esta semana al canal de noticias CNBC que la Fed no podía darse el lujo de dejar que los precios de la vivienda de Estados Unidos cayeran severamente.

Por lo tanto, que necesitaría recortar las tasas de interés de modo decisivo, tal vez a 3,5 por ciento.

Bernanke planteó sus opciones el jueves, diciendo que el banco central "responderá como se necesite" en base a datos económicos, los últimos de los cuales, dijo a los legisladores, mostraron que la economía "permanecía resiliente".

Su audiencia pareció poco convencida.

"Pienso que estamos en un momento de crisis económica", le dijo el senador demócrata Charles Schumer.

"No me sorprende oír a expertos, como su predecesor Alan Greenspan, advertir sobre la amenaza de una recesión. Yo también comencé a preocuparme por esto", agregó Schumer.

El representante demócrata Maurice Hinchey dijo que el panorama le hacía recordar la "stagflation" que padeció la economía estadounidense durante las crisis de los precios del petróleo de los años 70.

Bernanke enfatizó que la Fed esperaba que no ocurriera nada tan terrible.

Aún así, algunos analistas comenzaron a usar el término "slugflation" para describir lo que se avecina: una economía deprimida ("sluggish", en inglés) dominada por la inflación.

Hasta ahora, los esfuerzos de la Fed por estabilizar los mercados financieros y mantener a flote la confianza de los inversores fueron desalentados por una marea de informes en cuanto a que las principales instituciones financieras mantuvieron fuertes pérdidas, originadas en préstamos hipotecarios inestables y en su consecuente reformulación y venta bajo la forma de títulos respaldados por hipotecas.

Charles Prince III renunció como presidente del Citigroup el día 4, en medio de revelaciones de que el banco más grande del mundo esperaba pérdidas aun antes de pagar los impuestos del periodo de entre 8.000 millones y 11.000 millones de dólares encima de los 6.500 millones de dólares perdidos tres semanas antes.

La semana pasada, Merrill Lynch anunció pérdidas por 8.400 millones de dólares y despidió a su jefe ejecutivo, E. Stanley O'Neal.

Cuántas pérdidas tiene que revelar todavía la industria de los servicios financieros es objeto de cálculos variados. La calificadora JP Morgan dijo que la suma podría equivaler a 60.000 millones de dólares, según citó la prensa.

Varios altos ejecutivos podrían perder sus trabajos. Pero también, en el otro extremo de la economía, se cree que más de un millón de habitantes de Estados Unidos corren el riesgo de perder sus hogares.

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