EDUCACIÓN-AMÉRICA LATINA: Promedios disimulan deficiencias

Pese a grandes avances, es probable que América Latina y el Caribe en su conjunto no logren alcanzar hacia 2015 los seis objetivos de Educación para Todos, fijados por 164 países del mundo hace siete años, concluyó un informe de la Unesco presentado este jueves.

Esto se explica principalmente por las grandes diferencias existentes entre países y dentro de cada uno de ellos. Los dos objetivos más críticos —de los cuatro medidos en esta oportunidad— son la alfabetización de adultos y la calidad de la educación.

La sexta edición del Informe de Seguimiento de Educación para Todos en el Mundo 2008 fue presentado este jueves en la capital chilena, donde se ubica la sede regional de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), así como en Nueva York y Nueva Delhi.

El documento "Educación Para Todos 2015 ¿Alcanzaremos la meta?" fue preparado por un grupo de expertos a solicitud de la Unesco.

En 2000, 164 Estados se comprometieron en el Foro Mundial sobre Educación realizado en Dakar, Senegal, a cumplir antes de 2015 seis metas.

Éstos son extender y mejorar la atención y educación de la primera infancia, velar porque todos los niños y niñas accedan y terminen una enseñaza primaria gratuita y obligatoria de buena calidad y satisfacer las necesidades de aprendizaje de jóvenes y adultos.

También se acordó aumentar en 50 por ciento la cantidad de adultos alfabetizados, lograr paridad e igualdad de género y mejorar la calidad de la educación.

Para evaluar los avances o retrocesos, en 2003 se creó el Índice de Desarrollo de la Educación para Todos (IDE), que mide de cero a uno los cuatro objetivos más cuantificables: la universalización de la enseñanza primaria, la alfabetización de los adultos, la paridad e igualdad entre los sexos y la calidad de la educación.

Cuba es el país de la región que tiene el IDE más alto, 0,983, ubicándose en el número 23 de la lista mundial liderada por Noruega. Le siguen Argentina, con 0,979, Chile, con 0,969, y México, con 0,953. Todos ellos ya han alcanzado los seis objetivos.

El resto de los países de la región se ubican en una categoría intermedia, encabezada por Uruguay, que registra un IDE de 0,948, los cuales deberán hacer "muchos esfuerzos" para cumplir las metas.

Le siguen Panamá (0,948), Venezuela (0,931), Perú (0,931), Ecuador (0,917), Bolivia (0,913), Paraguay (0,902), Brasil (0,901), Colombia (0,899), República Dominicana (0,892), El Salvador (0,854), Honduras (0,848) y Guatemala (0,812). De Haití y Nicaragua, dos de los países más pobres del hemisferio, no se obtuvieron suficientes datos.

La evidencia indica que hacia 2015 "va a haber situaciones muy diferentes entre países", dijo a IPS Rosa Blanco, directora de la oficina regional de la Unesco, quien cree que no todos los países de la región alcanzarán las metas.

Y para que el promedio regional sea positivo, todos deben cumplirlas, explicó. Las naciones más críticas son Guatemala, Nicaragua y República Dominicana.

Sin embargo, "ningún país de América Latina está en una condición (irremediable) de no poder alcanzarlas", remarcó Blanco.

Consultada por el éxito de Cuba, Blanco señaló que en ese país caribeño la educación es una prioridad nacional desde hace muchos años. Además de una inversión sostenida, posee una buena formación docente y el trabajo de éstos es muy valorado socialmente, lo que dista mucho de la realidad de todos los países de la región. Javier Murillo, coordinador general del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Unesco, agregó que está demostrado que el principal factor que explica el rendimiento de los alumnos es el nivel de estudios de la madre. Como Cuba impulsó desde los años 50 y 60 de forma radical la alfabetización, "hoy está recogiendo los frutos", señaló el experto.

"Una madre alfabetizada difícilmente tendrá un hijo analfabeto", graficó.

Por eso es tan importante el objetivo relativo a la alfabetización de los adultos. Blanco indicó que 10 por ciento de la población adulta de América Latina y el Caribe es analfabeta. Brasil —el más poblado de la región con más de 188 millones de habitantes— concentra a 40 por ciento de los iletrados latinoamericanos.

En cuanto a la paridad de género en educación primaria, varios países de la región que la han alcanzado, como Bolivia, Ecuador, Perú y Honduras. Además, en la mayoría de los países hay más mujeres que hombres escolarizados en educación secundaria.

Pero Murillo advirtió que las desigualdades que inciden en la educación "no se reducen solamente a las diferencias de género".

Los países también deben atacar las dificultades que enfrentan las mujeres para insertarse laboral y socialmente, la inequidad en la distribución del ingreso, la pobreza, la marginación que sufren los pueblos originarios, el aislamiento territorial en que viven miles de personas y los obstáculos que se les presentan a los discapacitados.

Según Blanco, el balance de los otros dos objetivos no considerados en el IDE es relativamente positivo. En materia de atención y educación de primera infancia, por ejemplo, América Latina es la región del mundo en desarrollo con mayor cobertura de enseñanza para niños de entre tres y seis años.

Mientras que la tasa bruta de matrícula en educación preescolar en el mundo fue de 40 por ciento, América Latina y el Caribe ostentan una cobertura de 61 por ciento. En Cuba alcanza a 100 por ciento, en México supera 90 por ciento y Ecuador se acerca a 80 por ciento.

Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Costa Rica, Colombia y República Dominicana no alcanzan el 40 por ciento del promedio mundial.

No obstante las alentadoras cifras, falta darle prioridad a los menores más vulnerables y abarcar a los que tienen menos de tres años.

"América Latina ha hecho muchos esfuerzos en términos de acceso (a la educación). Nuestros problemas más grandes son la conclusión de los estudios —que deriva muchas veces de la repetición de cursos y que termina en el abandono de la escuela— y, por supuesto, la calidad de la educación", indicó Blanco.

"Lo que ha pasado es que ha habido primero políticas de cobertura, luego de calidad y de equidad. El mayor desafío (de los países de la región) es tener políticas articuladas que aborden de manera integral cobertura, calidad y equidad", reflexionó.

Además, Blanco subrayó que los indicadores utilizados para elaborar el IDE —como la tasa neta de matrícula en educación primaria, la tasa de alfabetización y la paridad de género en primaria y secundaria— son muy limitados.

Los países más adelantados no pueden conformarse con esos logros sino que deben aspirar a más, recalcó.

Para medir calidad sólo se considera la permanencia en la escuela hasta quinto grado, el número de estudiantes por maestro, el gasto por estudiante en educación primaria y el gasto público corriente en educación primaria. Sin embargo, algunos de esos datos son reveladores.

Las diferencias entre el gasto público como porcentaje del producto interno bruto (PIB) entre los países de la región también son enormes: en 2005 Bolivia destinó a educación 6,6 por ciento de PIB, Chile 3,8 por ciento y Guatemala sólo 1,2 por ciento.

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