TRABAJO: La OMC desentierra colección de arte obrero

Obras de arte de fuerte contenido social, donadas por los sindicatos obreros en la primera mitad del siglo XX, volverán a exhibirse en la sede de la Organización Mundial del Comercio (OMC) tras haber permanecido ocultas durante los últimos 30 años.

Pinturas y cerámicas, algunas fieles muestras de la escuela del realismo socialista que predominó en aquellas décadas en los círculos intelectuales izquierdistas de casi todo el mundo, y especialmente en la desaparecida Unión Soviética, fueron cubiertas cuando la destinataria de las donaciones, la sede originaria de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, pasó a poder del GATT (Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio).

La OIT, que apenas instalada en la ciudad suiza ocupó un majestuoso edificio a orillas del lago Léman, se trasladó a mediados de la década de 1970 a una nueva sede de mayor amplitud en la misma Ginebra. En el lugar que había albergado a la única institución tripartita (gobiernos, sindicatos y empresarios) del sistema multilateral se aposentó el GATT, que hasta sus días finales, en 1994, tuvo fama de ser un "exclusivo club inglés" y de actuar en consonancia.

En ese clima, el arte obrero incomodaba y fue ocultado detrás de espejos o simplemente capas de yeso. Se las tapó porque "eran alusivas al trabajo, hablaban de justicia social, de justicia en el trabajo y del realismo socialista de los años de 1930", dijo a IPS el brasileño Víctor do Prado, jefe adjunto de gabinete de la OMC.

"Son bellísimas obras de arte, y algunas valen millones, como la pintura de un artista estadounidense que exalta el poderío de la clase trabajadora de ese país y fue donada por la central obrera estadounidense AFL-CIO" (siglas en inglés de Federación Americana del Trabajo-Congreso de Organizaciones Industriales), describió Prado.

John J. Sweeney, el veterano dirigente de la AFL-CIO, dijo a IPS que desconocía la existencia de esa pintura. "Eso debe remontarse al periodo anterior a la fusión de la CIO con la AFL", sostuvo. "Quisiera poder tener la oportunidad de contemplarla. Me dicen que se trata de una desafiante descripción pictórica de los obreros estadounidenses", agregó.

Prado explicó que la secretaría de la OMC dispuso tirar abajo "todas las coberturas" y mostrar de nuevo esas obras de arte que tienen que ver con el trabajo. "En el fondo, la OMC superó ese pasado y esa vergüenza de ocupar un predio que no era suyo. Al contrario, la secretaría tiene inmenso orgullo de asentarse en un lugar tan ligado a la simbología del trabajo", insistió.

El director general de la OIT, el chileno Juan Somavía, comentó a IPS que de esta manera el edificio vuelve a su sentido original. "Allí estuvo la OIT en sus primeros días, y me parece muy bien el actual reconocimiento basado en que efectivamente el trabajo es parte fundamental del comercio", agregó.

El anuncio se hizo este miércoles en Lisboa, durante la conferencia "Armando el rompecabezas: Coherencia política en pro del trabajo decente", organizada por la Confederación Sindical Internacional, Solidar, el Foro Mundial Progresista y Social Alert International, protagonistas de la campaña "Trabajo decente, vida decente".

Prado notó que nunca habían sido tantas las reuniones entre los jefes de las dos instituciones como las que ahora sostienen Somavía y el director general de la OMC, el francés Pascal Lamy. "Tampoco el diálogo entre las dos partes fue tan intenso" como lo es ahora, agregó, si bien en cuestiones como el comercio y el empleo se requería la búsqueda de fórmulas para trabajar en conjunto.

Pero ese era "un tema tan eléctrico" en el que parecía imposible avanzar, dijo.

"Cuando llegó Pascal (Lamy a la dirección de la OMC), con quien somos buenos amigos, nos dijimos que era una situación absurda pues obviamente hay vínculos entre las dos partes", observó Somavía. Por ejemplo, las conexiones entre el comercio y las normas laborales fundamentales son nítidas en el programa del trabajo decente, la idea motora de las actuales actividades de la OIT, afirmó el chileno.

De ese nuevo clima entre la OMC y la OIT surgió un estudio conjunto con conclusiones "que todos conocíamos, pero que ha sido bueno que fueran respaldadas por las dos instituciones", dijo.

La investigación concluyó "que el comercio produce más empleo, en conjunto probablemente produce más empleo del que destruye, pero sí destruye empleo", enfatizó Somavía.

Por tanto, si se piensa en términos de negociaciones comerciales, hay que evaluar al mismo tiempo el ángulo de las políticas sociales que se ponen en práctica para afrontar la desaparición de los puestos de trabajo. "Esto es totalmente obvio", sostuvo.

Sin embargo, en la práctica asistimos a un vuelco de todo el énfasis sobre los beneficios del comercio y muy poco sobre la realidad de la pérdida del empleo, describió Somavía.

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