PALESTINA: Controvertido bloqueo energético de Israel a Gaza

Israel podría desatar una crisis humanitaria con su bloqueo al suministro de combustible y electricidad a Gaza, dispuesto para castigar a ese territorio palestino por los ataques de artillería lanzados desde allí sobre su territorio.

El subdirector de la Autoridad de Petróleo de Gaza, Ahmed Alí, confirmó que los embarques de diesel y gasolina fueron esta semana 30 por ciento menores de lo habitual. Según funcionarios israelíes, la reducción fue menor.

El plan de limitar el combustible y la electricidad a la que accede Gaza fue aprobado la semana pasada por el ministro de Defensa Ehud Barak, luego de una escalada en el fuego de la artillería irregular palestina contra poblados israelíes.

En septiembre, el gobierno de Israel había declarado "entidad hostil" a Gaza, territorio palestino controlado por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas).

"Como para nosotros es una entidad hostil, no tenemos ninguna razón para suministrarles electricidad más allá del mínimo requerido para evitar una crisis", dijo el viceministro de Defensa, Matan Vilnai.

El plan incluye "comenzar a recortar gradualmente el suministro de electricidad sin dañar actividades humanitarias como la de los hospitales", explicó Vilnai.

Israel aporta 120 de los 200 megawatios de electricidad que consume la población de Gaza. Otros 65 se producen en una central local, y 17 son facilitados por Egipto.

Pero la fiscalía general israelí dictaminó el domingo que el gobierno debería interrumpir el plan hasta que termine de evaluar sus implicaciones humanitarias.

Algunos ministros israelíes sugirieron que con el constante tronar de los cohetes a este país le queda poco margen para tomar medidas que no sean radicales.

El de Infraestructura, Benjamin Ben-Eliezer, aseguró que los combatientes palestinos apuntan contra "la central eléctrica que les suministra energía", en Ashkelon, a ocho kilómetros de Gaza.

En ocasiones anteriores, Israel tomó distintas medidas, como incursiones militares en Gaza y ataques aéreos contra vehículos donde viajan combatientes palestinos. Pero eso no disuadió a las milicias, que mantuvieron sus ataques de artillería.

A pesar de que mataron a varias personas, el principal impacto de los cohetes es psicológico. El pánico es generalizado en la meridional localidad israelí de Sderot. En periodos de fuego fuerte, muchos de sus residentes huyen a poblados del norte fuera del alcance de la artillería.

"Día tras día, semana tras semana y mes tras mes, caen sobre nosotros cohetes disparados por extremistas en Gaza y diseñados para matarnos", dijo el portavoz de la cancillería, Mark Regev. "El gabinete decidió que esta situación no puede seguir, y actuar en defensa de nuestros ciudadanos."

Funcionarios israelíes detallaron que el plan implica reducir la cantidad de combustible transportado a Gaza entre cinco y once por ciento, pero que el suministro a la principal central eléctrica no sufrirá recortes.

El primer ministro israelí Ehud Olmert aseguró al presidente palestino Mahmoud Abbas que estas medidas no originarán una crisis humanitaria. Mientras, combatientes de Gaza advirtieron que las restricciones no los amedrentarán.

Dirigentes políticos palestinos acusaron a Israel de crímenes de guerra y reclamaron una intervención internacional para evitar que las restricciones energéticas deriven en una segura crisis humanitaria.

El portavoz de Hamas en Gaza, Taher al-Nunu, consideró que las medidas israelíes constituyen "un crimen de guerra contra un millón y medio de palestinos" residentes en ese territorio.

Por su parte, el portavoz de la Autoridad Nacional Palestina en Ramalá, Riyad Malki, la calificó de "catastrófica" y advirtió que "perjudica al pueblo palestino y no a Hamas". Por el contrario, agregó, "Hamás puede obtener todo el combustible que necesite, pero el pueblo palestino lo pagará".

Desde que Hamas tomó por la fuerza el control de Gaza este año, Israel se dedicó a recompensar a los moderados palestinos, como el presidente Abbas, y a castigar al movimiento islámico.

Pero también en territorio israelí surgen dudas sobre la eficacia de las restricciones para detener los cohetes. Aun dentro de las fuerzas armadas surgen voces que advierten que la artillería se agudizará, al influjo de combatientes dispuestos a demostrar que no cejarán en sus esfuerzos.

El viceministro Vilnai admitió que los cohetes no se detendrán de un día para el otro, pero insistió en que el plan no funciona como un mero disuasivo sino en el marco de una política más amplia para desenganchar a Israel de los acontecimientos en Gaza, iniciada con la retirada de las tropas y de los asentamientos judíos.

Organizaciones de asistencia internacionales y de derechos humanos de Israel pronosticaron que las restricciones empeorarán las ya dificilísimas condiciones de vida en Gaza. El grupo B’tselem presentó ante la Corte Suprema de Justicia un recurso contra las sanciones.

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