Surgen en el parlamento iraní duras críticas al presidente Mahmoud Ahmadinejad, al endurecerse la postura en la disputa con Occidente por el programa nuclear con la designación como negociador del agresivo Saeed Jalili, un dirigente de su confianza.
Veintitrés legisladores enviaron el domingo una carta a Ahmadinejad, en un gesto poco usual, para comunicarle que "en circunstancias en que la nación pasa por momento delicado, cambiar al negociador en materia nuclear no se ajusta a los intereses nacionales ni le hace bien al sistema".
"Es necesario que el presidente muestre tolerancia y capacidad de reflexión", reza el mensaje citado por la agencia de noticias Fars, la cual informó que 22 de los firmantes eran reformistas y uno conservador.
El 24 de este mes, cuando se hizo evidente el papel desempeñado por Ahmadinejad en la renuncia del anterior negociador, Alí Larijani, 167 legisladores —dos tercios del parlamento— firmaron una declaración para aplaudir los esfuerzos del funcionario hacia un acuerdo con la comunidad internacional, informó la agencia de noticias Aftab.
Muchos manifiestan, en reserva, molestia porque Ahmadinejad sorteó al parlamento en sus decisiones sobre la renuncia y la designación.
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Las críticas apuntan al momento elegido para el cambio. Larijani no debió renunciar, declaró Ali Akbar Velayati, asesor en política exterior del líder religioso supremo del régimen islamista, ayatolá Ali Jamenei.
"Habría sido mejor que esto no sucediera en un contexto tan importante y delicado y cuando la cuestión nuclear está en discusión", señaló Velayati, según la agencia de noticias oficialista ISNA.
El portavoz del gobierno, Gholam Hossein Elham, anunció la aceptación de la renuncia de Larijani el 20 de este mes, tres días antes de una reunión prevista con el responsable de política exterior y seguridad de la Unión Europea (UE), Javier Solana.
"Elham insistió en que la renuncia de Larijani obedeció a problemas personales, pero se especula que su postura sobre algunos asuntos y su falta de coordinación con el presidente en tanto que jefe del Consejo Supremo de Seguridad Nacional fueron los verdaderos motivos de su dimisión", reveló Nowsazi, portal de noticias de Internet favorable a Ahmadinejad.
El Consejo Supremo de Seguridad Nacional es el organismo gubernamental responsable de la política nuclear y de las negociaciones a ese respecto.
"Parece que la nueva misión de Jalili como responsable de las negociaciones en materia nuclear puede deshacer los que parecen nudos duros", añade el portal, y sugiere que la decisión se debió a que Larijani resultó "ineficiente en sus conversaciones con Javier Solana".
Jalili fue vicecanciller para Asuntos Estadounidenses y Europeos desde que Ahmadinejad llegó al poder en agosto de 2005. Antes había sido director general de la oficina de Jamenei entre 2001 y 2005.
En círculos políticos, este amigo cercano y estrecho colaborador del presidente iraní tiene fama de inflexible y agresivo.
Tres rondas de conversaciones entre Larijani y Solana y reuniones con el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Mohamed El Baradei, llevaron a la firma de un acuerdo entre Irán y esa repartición de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 21 de agosto.
El convenio colocó seis cuestiones en la agenda de negociaciones, incluidas las centrífugas P1 y P2 y las fuentes de contaminación.
Puede tener algún significado que la renuncia de Larijani se haya anunciado una semana después de la vista del presidente de Rusia, Vladimir Putin, a Teherán para participar en la conferencia de estados del mar Caspio.
Tras la visita, Larijani declaró a la prensa el 17 de este mes que estaba a estudio una propuesta del presidente ruso formulada en la reunión con Jamenei para salir del actual impasse del diferendo nuclear.
Pero al día siguiente, Ahmadinejad negó que Putin hubiera hecho alguna propuesta y, el 19 de este mes el presidente insinuó que "hay gente que negocia con temor y aprehensión" o "lleva adelante negociaciones secretas".
Es de suponer, entonces, que la primera declaración se refiera a Larijani y la segunda al ex responsable de las negociaciones, Hasan Rohani, cuya reunión con Solana había sido cancelada tres semanas antes.
Ambos funcionarios son representantes de Jamenei en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional.
"Personalidades destacadas del gobierno subrayan que la política exterior no se verá afectada por la renuncia de Larijani, aunque es bastante obvio que con alguien tan cercano a Ahmadinejad como Jalili, la política diplomática se radicalizará en forma significativa", dijo a IPS un analista de Teherán que pidió reserva de su identidad.
"Larijani y Ahmadinejad no discrepan en la estrategia a seguir en materia nuclear, pero adhieren a tácticas diferentes", sostuvo.
"Larijani es más realista y pragmático y está a favor de negociar. En cambio, Ahmadinejad y sus colaboradores se inclinan por una postura más dura y más agresiva contra Occidente", explicó.
"Varias veces Ahmadinejad trató de sabotear el rumbo de las acciones tomadas por el equipo de negociadores", recordó el analista.
"Una vez envió a su asesor Mojtaba Samareh Hashemi a reunirse con el presidente francés Jacques Chirac como su 'enviado especial', en vez de confiar la tarea al equipo, lo que terminó por socavar la autoridad de éste", apuntó.
"Otra vez, cuando se comentó que Larijani había llegado a algún tipo de acuerdo con los europeos que implicaba suspender el enriquecimiento de uranio por un tiempo, Ahmadinejad salió a decir a los cuatro vientos que Irán no iba a detener esa actividad ni por un día", añadió.
Larijani, ex comandante de los Guardianes de la Revolución y luego director de la estatal cadena de radio y televisión IRIB, es popular entre los conservadores tradicionales. En ese cargo desempeñó un papel importante en los cuestionamientos al gobierno reformista de Mohammad Jatami (1997-2005).
"Ya no es secreto que la propuesta de Putin o el mensaje que dio a los iraníes desató algún tipo de disputa fuerte entre el presidente y Larijani, en guerra desde hace tiempo, e impidió que siguieran colaborando, como admitió el vicepresidente del parlamento Mohammad Reza Bahonar", dijo a IPS un periodista reformista.
"Pero el contenido real del ofrecimiento sigue siendo un secreto bien guardado", apuntó.
"Es significativo que el ex canciller Akbar Velayati, el más importante asesor en materia de política exterior de Jamenei, haya reaccionado de inmediato tras el anuncio del reemplazo de Larijani", indicó el periodista.
"Al perder su último bastión, los conservadores tradicionales se volvieron, con razón, más aprehensivos a que los jóvenes y más radicales neoconservadores tomen el control total, en especial en materia de política exterior", añadió.
"Pero la cuestión principal es de qué lado se ubicará el líder supremo, quien por ahora guarda silencio", sostuvo el periodista.
"Es partidario de Larijani y, como siempre, ha demostrado su apoyo a Ahmadinejad. Pero si no da el visto bueno a la codicia del presidente, corre el riesgo de alejar a sus tradicionales partidarios conservadores", concluyó.