El grupo www.draftgore.com pagó una página entera en el diario The New York Times para alentar la candidatura del ex vicepresidente Al Gore a la Presidencia de Estados Unidos. Dos días después, se anunciaba que Gore recibiría el premio Nobel de la Paz.
"Muchos candidatos buenos y solidarios compiten por la nominación" del opositor Partido Demócrata, rezaba el aviso, publicado en nombre de 138.000 firmantes de una petición para pedirle a Gore que participe en la puja.
"Ninguno de ellos tiene la combinación de experiencia, visión, conocimiento del mundo y coraje político que usted le daría a la tarea. Ni tienen el apoyo de los votantes que usted ya obtuvo y que lo llevarían a la victoria en 2008", indicó www.draftgore.com.
Este viernes, el Comité Noruego del Nobel anunció que el premio de la Paz de este año sería entregado a Gore y al Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas, por sus llamados de atención al público mundial sobre el recalentamiento planetario.
"Este premio aumenta la tremenda marea de apoyo a Al Gore y las crecientes demandas para que se convierta en candidato a Presidente en 2008", declaró, luego del anuncio, www.draftgore.com.
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"Creemos que, en estas circunstancias, no tiene más opción que dar el paso que falta para lograr el mayor impacto hacia un cambio en la política en materia de recalentamiento planetario: candidatearse a presidente", agregó.
Al menos un ex presidente, y también premio Nobel de la Paz, estuvo de acuerdo con esta organización. "Creo que es la persona mejor calificada para ser presidente", dijo Jimmy Carter poco después del anuncio en Oslo, al programa "Today", que se emite por la cadena televisiva NBC.
"Llamé tantas veces a Al Gore para urgirlo a que se candidateara que al final me dijo: 'Presidente Carter, por favor, no me llame…'", relató. (En Estados Unidos, los ex jefes de gobierno conservan el trato protocolar de "presidente".)
Pocos dudan que su nuevo estatus de premio Nobel fortalecerá el prestigio y eligibilidad de Gore, la mayoría de los analistas políticos, incluso miembros del círculo íntimo del ex vicepresidente, consideran muy improbable que se arroje al ruedo.
"El vicepresidente Gore aprecia sinceramente el sentimiento detrás del aviso", dijo la portavoz oficial de Gore, Kalee Kreider. "Pero como ciudadano común, sus esfuerzos sostienen una campaña de tipo diferente. La gran mayoría de su energía se concentra hoy en educar al público sobre la crisis climática."
A pesar de ser el demócrata más prominente en pronunciarse contra el aval del Congreso legislativo en 2002 de la invasión a Iraq, sus actividades actuales más notorias desde su derrota electoral en 2000 a manos del hoy presidente George W. Bush se refieren al cambio climático.
De hecho, la atención de Gore hacia el ambiente y el recalentamiento planetario se remonta al menos a la publicación de su primer libro "Earth in the Balance", en 1992, cuando aún era senador.
Ese volumen logró la atención de los expertos y jefes de Estado y de gobierno presentes en la Cumbre de la Tierra, celebrada ese año en Río de Janeiro, y ayudó a persuadir a Bill Clinton de nombrarlo como compañero de fórmula en la candidatura presidencial pocos meses más tarde.
En 2000, Gore obtuvo la mayoría de los votos como candidato a la presidencia, pero perdió como consecuencia de una controvertida decisión de la Corte Suprema de Justicia.
Desde entonces, ingresó en una agresiva campaña por la reducción de las emisiones de gases invernadero, que incluyó exhortaciones a líderes evangelistas para que rompieran con la Derecha Cristiana hasta producir y protagonizar el documental "An Inconvenient Truth", ganadora del Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas al mejor documental.
Ahora que esos esfuerzos fueron premiados con el Nobel, podría parecer un momento oportuno para que Gore acepte las invitaciones de Carter y de muchos ambientalistas y dirigentes demócratas, en especial los descontentos con la candidata favorita a la Presidencia, Hillary Clinton.
Pero la mayoría de los observadores pronostican que la respuesta seguirá siendo negativa.
Como la propia Kreider indicó, Gore podría sentir que su aporte será mayor fuera del gobierno, como líder de un movimiento, que como político. En ese caso, se vería obligado a lidiar con muchos asuntos sobre los cuales, inevitablemente, tendrá que hacer concesiones difíciles que lo dejarían mal parado.
"Esto ayuda a la campaña por el clima, porque tendrá una voz más elevada", dijo Donna Brazile, gerenta de campaña de Gore en 2000, a la agencia de noticias AP. "Pero ahora es el ciudadano Al Gore, y creo que está cómodo siendo el ciudadano Al Gore."
Pero se interponen obstáculos más prácticos a una candidatura del ex vicepresidente, en caso de que se decida a participar en la carrera.
Y el menor no es tener que recaudar dinero para financiar una campaña electoral de cero, cuando los tres favoritos —Hillary Clinton, Barack Obama y John Edwards— ya reunieron decenas de millones de dólares.
Cooperantes económicos del Partido Demócrata opuestos a Clinton se acercaron a Gore a fines de 2006, pero sólo lograron frustración ante su evidente falta de interés. Una fuente dijo a IPS: "Aquellos que podrían ayudarlo más fueron rechazados."
"Me encantaría que el premio Nobel tuviera algún efecto en la carrera presidencial", dijo el director del Centro para Políticas Internacionales, William Goodfellow. "Pero para la mayoría del público, Gore es un elitista y el Nobel no lo ayuda para mejorar esa imagen."