En las últimas dos décadas, los votantes católicos en Estados Unidos, otrora consistentes adeptos del Partido Demócrata, fueron fuertemente cortejados por el Partido Republicano.
En las elecciones presidenciales de 2004, los organizadores republicanos, junto con un grupo de católicos neoconservadores de alto perfil, se centraron en obtener votos de esa comunidad religiosa forjando una alianza con cristianos evangélicos conservadores en base a dos álgidos temas de la "guerra cultural": el aborto y los matrimonios entre personas del mismo sexo.
En las elecciones presidenciales de ese año, el presidente George W. Bush recibió 52 por ciento de los votos católicos, lo que supuso un aumento en relación al 47 por ciento que obtuvo en 2000, ante 47 por ciento de John Kerry.
Sin embargo, dos años después, los católicos, que constituyen un segmento de 67 millones de estadounidenses, favorecieron a los demócratas por 55 a 45 por ciento, según encuestas a boca de urna del National Election Pool.
El Religion News Service (Servicio de Noticias sobre Religión) informó que los patrones electorales católicos variaban según el estado, pero que el viraje general ayudó significativamente a los demócratas en estados tan grandes como los nororientales Pennsylvania y Ohio.
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Durante la campaña de 2006, los candidatos demócratas parecieron más cómodos hablando sobre sus creencias religiosas. Intentaron ampliar el debate sobre "valores" incluyendo pobreza, atención a la salud, ambiente y cuidados para quienes tienen sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), y dedicaron importantes recursos para contrarrestar el proyecto católico del Partido Republicano.
"Algunas personas sostienen que el voto católico está influenciado" por declaraciones de los obispos, dijo a IPS Jon O'Brien, presidente de Catholics for a Free Choice (Católicos por una Libre Opción).
"Los católicos no hacen caso a los obispos en muchos asuntos", señaló O'Brien. Por ejemplo, en materia de aborto y matrimonios entre personas del mismo sexo, las opiniones de los votantes católicos "tienden a reflejar las del público general".
"Como el resto del electorado, los católicos resuenan más en asuntos primordiales como salud, salario mínimo, etcétera. El tema del aborto está mucho más abajo en la lista de asuntos de preocupación. En general, a los católicos no les preocupan tan profundamente las cuestiones del matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto como uno cree que ocurriría con los conservadores", agregó.
Durante la mayor parte del siglo XX, los católicos estadounidenses fueron leales a los demócratas. Sin embargo, en elecciones recientes, los modelos de votación de los católicos se volvieron ampliamente indistinguibles de los del resto de la población.
"Y durante el último cuarto de siglo, los católicos conservadores y los evangélicos blancos cada vez votaron más a los republicanos, convirtiendo a la oposición al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo en sus principales temas políticos", subrayó el Religion News Service.
Los votos católicos serán "muy importantes" en 2008, dijo a IPS el sacerdote jesuita Thomas J. Reese, ex editor de la revista America, que analiza temas vinculados a los católicos y la política.
"Los católicos votaron por el ganador en todas las elecciones desde 1932, excepto en 2000, cuando apoyaron a (Al) Gore (demócrata) junto con una mayoría de votantes estadounidenses, pero la Suprema Corte le dio la presidencia a Bush. Los católicos son la influencia electoral más importante", sostuvo.
La inmigración se ubica en un lugar importante entre las preocupaciones de los católicos de origen latinoamericano, "y el tema los está apartando de los republicanos", agregó.
Antes de 2006, el esfuerzo organizador de muchos años de los republicanos para atraer a votantes católicos dio sus frutos en parte porque, trabajando codo a codo con fundaciones conservadoras, buscó, halló y financió a varios neoconservadores católicos que se convirtieron en portavoces clave del Partido Republicano.
Para 2004, con Deal Hudson —editor de la revista católica conservadora Crisis— a su frente, el proyecto católico del Partido Republicano estaba funcionando a pleno.
Luego el National Catholic Reporter publicó un artículo que obligó a Hudson a relegarse a los márgenes políticos..
Diez años antes, Hudson había abandonado un profesorado en la Universidad de Fordham para asumir las riendas de Crisis.
Desconocido en esa época, su alejamiento de Fordham no fue voluntario, como se informó ampliamente. Hudson fue obligado a renunciar luego que funcionarios universitarios descubrieron que había estado involucrado en actividades sexuales con una joven alumna en estado de ebriedad.
Las revelaciones de 2004 forzaron a Hudson a renunciar como presidente del esfuerzo "Alcance Católico", del Comité Nacional Republicano, y también de Crisis.
Pese al escándalo de Hudson, la misión del Equipo Católico siguió siendo la misma, "para continuar el realineamiento de católicos como miembros del Partido Republicano", según el sitio web del Comité Nacional Republicano.
Hace poco, el U.S. News & World Report informó que antes de los comicios de 2006 los demócratas comenzaron a organizar un proyecto electoral católico que aspiraba a revertir el decaído apoyo católico que habían tenido los demócratas en 2004.
A la luz de los resultados de las elecciones de mitad de periodo celebradas en 2006, tras las cuales los demócratas tomaron el control de las dos cámaras legislativas por primera vez en más de una década, ahora el partido está "librando una ofensiva a muchos frentes para reforzar lo que otrora fue un sector electoral fundamental", destacó U.S. News.
El Comité Nacional Demócrata contrató a su primer director de alcance católico, tiene un vínculo especial para los católicos en su sitio web y suministrará a los partidos del estado listas de votantes católicos antes de las elecciones del 4 de noviembre de 2008.
Por estos días, aunque ya no es una figura de gran influencia política, Deal Hudson continúa intentando convencer a los católicos de votar a la derecha religiosa.
En su sitio web pone a la venta una nueva serie de cinco discos compactos titulados "La verdad sobre la derecha religiosa". Alega que esto dará a los escuchas "todos los hechos" que "necesitan para exponer y refutar los ataques de la izquierda sobre los cristianos en la política".
Hudson sostiene que "un ataque contra la derecha religiosa es en realidad un ataque" contra los católicos fieles.
Hudson cree que el ciclo electoral 2006 presenció "un ataque sin precedentes contra los votantes religiosos. Se publicaron alrededor de una docena de libros advirtiendo a los estadounidenses sobre la 'próxima teocracia cristiana'. Y los medios le han estado dando vueltas a la pérdida republicana de noviembre como si Estados Unidos les estuviera "diciendo no" a los votantes de valores tradicionales. La verdad es que la izquierda y sus aliados en los medios no podrían estar más equivocados".
O'Brien cree que buena parte de eso es "expresión de deseo por parte de un funcionario conservador" de larga data.
Los conservadores "desearían que los católicos estuvieran motivados por sus asuntos sociales centrales, pero ése no es precisamente el caso", dijo O'Brien a IPS.
"Algunos católicos son parte de la derecha religiosa, y muchos católicos conservadores tienen valores similares", declaró a IPS John Green, profesor de religión y política estadounidense en el Foro Pew sobre Religión y Vida Pública.
"Pero los católicos moderados y liberales tienen perspectivas políticas muy diferentes", agregó.
Para consternación de conservadores, muchos de los asuntos que estaban sobre la mesa en 2006 —la guerra en Iraq, la atención a la salud, la inmigración— y que hicieron que los católicos volvieran al Partido Demócrata, sin dudas seguirán siendo importantes en 2008.
Sin embargo, cuando se le preguntó si los republicanos serán capaces de volver a captar a la mayoría de votantes católicos como lo hicieron en 2004, Green dijo que, "precisamente ahora, las encuestas sugieren que esto será difícil de cumplir".
"Pero todavía no tenemos candidatos presidenciales y mucho puede cambiar una vez que la campaña esté en camino", indicó.
(*) Bill Berkowitz es un connotado observador del movimiento conservador estadounidense. Publica periódicamente la columna "Conservative Watch" en la revista electrónica WorkingForChange.org.