DESARME: EEUU obstaculiza tratado contra bombas de racimo

Estados Unidos trata de evitar la prohibición total de bombas de racimo, advirtieron activistas de derechos humanos ante representantes de los gobiernos de la Unión Europea (UE) reunidos en Bruselas.

La conferencia celebrada el martes en la capital belga y sede de la UE es considerada un paso importante hacia la firma de un acuerdo internacional que elimine ese tipo de explosivo.

Esa munición tiene una serie de compartimentos que al quebrarse liberan gran cantidad de pequeños explosivos. Muchos de ellos no explotan y permanecen años en el suelo como minas antipersonal.

En 2008 podría firmarse una convención internacional para prohibirlas, pero los activistas muestran preocupación ante los intentos de Washington para que tal tratado no sea demasiado estricto.

Representantes de Estados Unidos, cuyas fuerzas armadas son las que más utilizan bombas de racimo, mantuvieron conversaciones bilaterales con algunos gobiernos europeos en un intento por atenuar un futuro acuerdo.

Delegados del gobierno de George W. Bush participaron como observadores en la conferencia en Bruselas.

Numerosos gobiernos y organizaciones humanitarias se reunieron en Oslo en febrero y reclamaron un acuerdo internacional que prohíba para 2008 el uso de bombas de racimo.

"Casi 90 países se unieron al proceso de Oslo", informó Stan Brabant, de Handicap International, una de las organizaciones que trabaja para prohibir esa munición y de recordada acción en el tratado para la prohibición de minas antipersonal.

"Es un proceso muy fuerte, imparable", afirmó Brabant. "¿Tuvo éxito la iniciativa de Estados Unidos? Por ahora, no. Pero tenemos que vigilarlo de cerca."

Branislav Kapetanovic, ex soldado del ejército de Serbia, perdió ambos brazos y piernas en noviembre de 2000 cuando trataba de desactivar los pequeños explosivos lanzados por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) un año antes. Además, perdió capacidad auditiva y quedó varios meses ciego.

"Estas armas son monstruos y no pueden controlarse. La única solución es su prohibición total. Sin excepciones, sin excusas", sentenció.

Las bombas de racimo se convirtieron en el centro de la atención internacional tras la guerra del año pasado en Líbano. En las últimas 72 horas de combates, el ejército israelí tiró unos cuatro millones de submuniciones sobre territorio de ese país.

Las bombas de racimo tienen una larga historia.

Fueron utilizadas por primera vez por la Unión Soviética y por el régimen nazi de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y en los últimos seis decenios aparecieron en al menos 25 países.

A lo largo de los años, unas 5.500 personas murieron y 7.300 quedaron mutiladas a causa de los fragmentos que quedaron activos, según cifras oficiales. Pero se estima que la cantidad real de víctimas es considerablemente mayor.

Casi todas las víctimas confirmadas fueron civiles.

Por la cantidad de submuniciones que permanecen en el suelo sin explotar, las bombas de racimo siguen causando víctimas aun después de terminada una guerra.

Al menos unas 50 millones de submuniciones fueron usadas por Estados Unidos en sus operaciones en Iraq entre 1991 y 2006. Se estima que murieron unas 3.000 personas a causa de esos explosivos.

En Europa, Alemania, Francia y Gran Bretaña tratan de que el futuro acuerdo contemple excepciones para sus armas.

Gran Bretaña, que tiró unas 755 bombas de racimo en Serbia en 1999, fue condenada por su postura al respecto por los representantes del Parlamento Europeo la semana pasada, al aprobarse una resolución que llamaba a la prohibición total de estos explosivos.

"Hay que desestimar la iniciativa diplomática del gobierno británico, y otros, que sugiere la existencia de explosivos 'tontos' e 'inteligentes'", señaló la eurodiputada británica liberal Liz Lynne. "Todos matan y mutilan."

Austria, Bélgica, Hungría y Noruega, en cambio, dieron pasos tendientes a eliminar las bombas de racimo mediante una moratoria o su prohibición.

Rusia también se opone a una prohibición internacional, señaló Mark Hiznay, experto en armas de la organización de derechos humanos Human Rights Watch, con sede en Nueva York.

Ese país fue acusado de atentar directamente contra civiles con bombas de racimo en la escindida República de Chechenia.

"Rusia sostiene que esos explosivos son muy importantes ahora que redujo el número de efectivos del ejército", apuntó, y añadió que también lanzó muchos de esos explosivos en el extranjero, por ejemplo en Afganistán y en Chechenia.

Hiznay señaló que las bombas de racimo son una reliquia de la Guerra Fría y Rusia tendría que considerarlas obsoletas. Numerosos oficiales del ejército coinciden con esa visión.

Cuando se expresan argumentos a favor de las bombas de racimo, "los militares no pueden mirar de frente", señaló. "Estas armas datan de hace 20 o 30 años, así que de todas formas tendrían que deshacerse de ellas."

Las bombas lanzadas por Israel en Líbano el año pasado fueron fabricadas en los años 70 y su falta de efectividad resultó "alta, como era de esperar", indicó Hiznay.

Tres víctimas por día fue el saldo promedio de las bombas de racimo el primer mes después de firmado el cese del fuego en Líbano, el 14 de agosto de 2006. El resto del año fueron dos por día.

Muchas de las víctimas sólo caminaban en su aldea.

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