La población de la ciudad iraquí de Samarra, 125 kilómetros al norte de Bagdad, huye de la feroz lucha entre fuerzas estadounidenses y grupos de la resistencia.
En las últimas semanas recrudeció el hostigamiento contra las tropas de Estados Unidos, en represalia por "crímenes de guerra" que sus miembros cometen, según afirman los desplazados.
"El domingo 26 de agosto hubo un feroz combate entre hombres armados y fuerzas estadounidenses en el distrito de Armooshiya", dijo a IPS un hombre que huyó de Samarra a Bagdad y que habló a condición de que no se revelara su identidad.
"Vi la evacuación de muchos soldados estadounidenses en camilla. Como es habitual, los estadounidenses se vengaron bombardeando el distrito", agregó.
Una mujer que también huyó de Samarra hacia la capital y que se identificó como Iman, declaró a IPS que el ejército estadounidense había "cometido otro crimen en un área residencial donde se encuentra una la fábrica de medicinas".
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"Bombardearon una casa y mataron a una mujer con sus siete hijos", aseguró.
La Asociación de Eruditos Musulmanes, organización contraria a la ocupación a la que pertenecen clérigos de la minoritaria rama sunita del Islam, confirmó esos dos ataques y condenó los "espantosos crímenes" de las fuerzas de ocupación en Samarra.
La Asociación acusó al ejército estadounidense de intentar quebrar el espíritu de los iraquíes que rechazan la ocupación.
"Piensan que sus crímenes desalentarán a los iraquíes de reclamar sus derechos a la libertad y la prosperidad, pero los resultados son siempre diferentes de lo que los líderes estadounidenses esperan", dijo a IPS en Bagdad el jeque Taha, dirigente de la Asociación.
"Lo único que logran es que los iraquíes se armen contra ellos. Lo que está sucediendo es lo opuesto a lo que ellos dicen. Sus soldados son asesinados día a día. Estados Unidos está perdiendo", añadió.
"Seremos la espina que hace más difícil la vida de Bush", dijo a IPS un joven que solicitó reserva de su identidad en la entrada a una mezquita sunita en Bagdad que recibía refugiados procedentes de Samarra.
"Sólo vine aquí para garantizar la seguridad de mi familia. Luego volveré a mi ciudad para defenderla contra todos los extranjeros", afirmó.
Samarra fue escenario de feroces luchas entre la resistencia iraquí y unidades del ejército estadounidense desde el inicio de la ocupación, en 2003.
Esta ciudad de 200.000 habitantes, la mayoría sunitas, sufrió continuas redadas por parte de fuerzas estadounidenses e iraquíes que golpearon duramente a los civiles.
La resistencia parece haber crecido al influjo de los ataques de las fuerzas regulares.
"Cuatro años de ocupación le causaron mucho daño a la ciudad. Sí, hubo una fuerte resistencia a la ocupación, pero la mayoría de los muertos, heridos o detenidos son civiles. La ocupación estadounidense en Samarra fue brutal, incluso con muchas ejecuciones", dijo a IPS Thul-Faqar Ali, abogado y activista de derechos humanos que huyó de Samarra a Bagdad.
Uno de los primeros casos conocidos de ejecuciones extrajudiciales en Samarra a manos del ejército de Estados Unidos se registró el 3 de enero de 2004.
Testigos informaron a la prensa que soldados estadounidenses arrojaron a dos jóvenes al río Tigris y observaron mientras uno de ellos, Zaidoun Fadel Hassoun, de 19 años, se ahogaba. El otro, su primo Marwan Hassoun, sobrevivió.
Hassoun aseguró luego ante una corte marcial estadounidense que él y su primo habían sido detenidos a su regreso a Samarra y obligados, a punta de pistola, a introducirse en el Tigris mientras los soldados estadounidenses reían.
"Pude oírlos riendo. Se comportaban como si estuvieran mirando una comedia en un teatro", relató Marwan a la prensa.
Un sargento del ejército estadounidense involucrado en el incidente, Tracy Perkins, de 33 años, fue luego absuelto del cargo de homicidio involuntario no premeditado, pero condenado por agresión. Desde entonces se reportaron muchos otros casos.