IRAQ: Refugiados en un círculo vicioso

Las autoridades de la ocupación estadounidense y los sucesivos gobiernos de Iraq poco hicieron para detener el flujo de personas que huyen de este país desde la invasión de 2003.

Egipto, Jordania y Siria han aceptado a millones de refugiados iraquíes y les han permitido radicarse, a condición de aceptar cumplir ciertas reglas que, con el correr del tiempo, mostraron diversos grados de severidad o tolerancia.

"Llevé a mi familia a Siria en 2004, cuando la situación en Faluya y otras áreas sunitas se volvió complicada", dijo a IPS Salim Saed, quien ahora vive en Bagdad.

"Pensaba que Estados Unidos, las Naciones Unidas y el mundo entero encontrarían una solución y que estar un año fuera del país sería suficiente para mantener a mi familia a salvo. Después podríamos volver a casa. Estaba equivocado", agregó.

Muchos ciudadanos de este país pasaron por una experiencia similar.
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"Más de 1,5 millones de iraquíes se encuentran ahora en Siria aguardando que la situación mejore para volver", señaló a IPS Mustafa Ahmad, experto en materia de refugiados residente en Bagdad.

"Los iraquíes son conocidos por sus profundas raíces. La mayoría de ellos se resisten a emigrar o a ser reubicados, y en esos casos siempre piensan en el retorno. Pero la situación interna los está forzando a buscar otras soluciones", agregó.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), 1,5 millones de iraquíes se encuentran en Siria, pero muchos expertos creen que son casi dos millones. Alrededor de 50.000 personas atraviesan la frontera cada mes.

Este flujo de refugiados resintió el sistema educativo, los servicios de salud y al sector de vivienda de Siria, cuyo gobierno reclamó asistencia internacional y endureció los requerimientos para obtener una visa.

A fines de agosto, el primer ministro iraquí, Nouri al-Maliki, realizó una visita de tres días a Damasco, donde prometió que su gobierno aumentaría la ayuda a Siria destinada a atender a los refugiados, aunque la mayoría de ellos no creen que su situación mejore.

Siria otorga a los iraquíes cobertura de salud gratuita y servicios educativos, pero Damasco señaló que el costo de esa asistencia asciende a 1.000 millones de dólares anuales.

"Demos garantizar la estabilidad para asegurar que retornen a su país", dijo Maliki, aunque esta declaración no aportó muchas esperanzas a los refugiados.

Jordania y Siria albergan en conjunto a unos 2,75 millones de iraquíes. Ambos gobiernos se han quejado desde hace mucho, porque entienden que Iraq no asume sus responsabilidades por la situación de sus ciudadanos.

"Siria siempre abrió sus fronteras a los iraquíes", dijo a IPS Numal Jamil, un maestro jubilado de Bagdad que acaba de regresar de ese país.

"Pero cada vez que funcionarios de este país visitan Damasco se incrementan las restricciones. Decidí volver a mi hogar y afrontar mi destino con dignidad antes que soportar la humillación de vivir como un mendigo en el exterior", agregó.

Las autoridades iraquíes han reclamado por mucho tiempo que tanto Jordania como Siria comiencen a otorgar visas a quienes ingresan en esos países, aunque sus gobiernos, hasta ahora, siempre rechazaron la idea.

Sin embargo, esta semana anunciaron que en poco tiempo más comenzarán a exigir visas de ingreso a los iraquíes, algo que complica la situación de quienes tratan de huir del país, muchos de ellos bajo amenazas de muerte.

"Esto significa el exilio para más de la mitad de los iraquíes en Siria", comentó a IPS Abbas Jalad, un abogado desempleado de Bagdad.

"Los iraquíes deben cruzar la frontera siria una vez al mes, para obtener otros 30 días de permiso de residencia al reingresar al país. Ahora que necesitarán una visa, ya no podrán volver a Siria. Deberán quedarse en Iraq contra su voluntad", señaló.

"Esto es lo mismo que un tiro en la cabeza", afirmó Toman Majid. "Vamos a ser cazados por las milicias cerca de las embajadas. Por lo tanto, sólo podrán salir de Iraq los que tienen contacto con el gobierno o las milicias."

"Yo tenía que estar en Siria en noviembre para completar unos análisis clínicos, pero con las nuevas regulaciones debo olvidarme de eso", agregó.

Muchas familias tienen ahora a sus miembros divididos entre este país, Egipto, Jordania y Siria. Para los que se fueron, el retorno significa que deberán afrontar el riesgo de recibir amenazas de muerte, ser asesinados o arrestados.

La Media Luna Roja iraquí informó que el número de desplazados internos, desde que recrudecieron las operaciones militares de Estados Unidos en febrero último, pasó de 499.000 a más de 1,1 millones. Un estudio de Acnur, en julio, indicó que eran dos millones.

La Contraloría General de Estados Unidos (GAO) indicó, 24 horas después de la visita sorpresa a Iraq del presidente de ese país, George W. Bush, que se habían registrado muy pocos avances y que el nivel de violencia se mantenía elevado.

Bush elogió a los militares estadounidenses por los "avances" logrados en Iraq.

El informe del GAO destaca que sólo se habían alcanzado tres de las 18 metas que había fijado el Congreso legislativo de Estados Unidos para medir los progresos en la situación política, militar y de reconstrucción de Irak.

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