Las aves de corral transmitirían el mortal virus de la gripe aviar a las especies silvestres, según expertos reunidos en la capital de Tailandia para intercambiar información acerca de la enfermedad.
Antes se suponía que el virus seguía el camino inverso, pero las investigaciones sobre los mecanismos de transmisión no arrojaron resultados terminantes.
Por lo tanto, quedó suspendido, en este caso, el arraigado principio general de la ciencia según el cual sólo deben tomarse en cuenta los estudios que arrojan un resultado positivo.
El nuevo enfoque, indicaron los expertos, tiene su origen en la ausencia de una evidencia clara para vincular a las especies silvestres con los casos de gripe aviar que han afectado también a las aves de corral.
Pero la teoría no había logrado tomar altura por el prejuicio de los científicos en contra de los estudios que ofrecen resultados negativos.
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"La naturaleza de la ciencia está en el descubrimiento, en el hallazgo de algo positivo y concreto. No hay previsiones para probar que un resultado negativo puede ser correcto", dijo el director de la Red Global para la Vigilancia de la Gripe Aviar, William Karesh.
Cuando se enfrentan con una sucesión de resultados negativos, "los científicos no los publican en una revista especializada", agregó Karesh. La tradición indica que sólo se difunden "los descubrimientos".
"Afrontamos un caso interesante", indicó Scott Newman, experto de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). "Los resultados positivos son importantes para comprender la ecología de la enfermedad. Pero en este caso, la ausencia de resultados está contribuyendo a que la entendamos mejor."
Resulta difícil ignorar los hechos, admitieron los expertos en el primer día de una conferencia de tres, que se realiza en esta capital para intercambiar información sobre el papel de las aves silvestres en la difusión de la gripe aviar, con la presencia de representantes de 12 países de Asia, la región más afectada por la enfermedad.
Aunque los informes sobre resultados negativos "han sido fascinantes", según Karesh, casi ninguna de sus conclusiones se publicará en las revistas científicas.
Según un informe de la FAO, "más de 350.000 muestras de aves silvestres de América, África, Asia y Europa, analizadas entre 2005 y 2007, estaban libres del virus. Apenas unos pocos estudios dieron positivo (en gorriones, somorgujos y unos pocos patos) en un solo lugar".
"No hemos encontrado un reservorio de esta enfermedad en aves silvestres", dijo Newman en conferencia de prensa.
Pero existe creciente evidencia de que las aves silvestres "son, de hecho, las víctimas", agregó, en referencia a casos en los que especies migratorias resultaron infectadas en corrales y grandes establecimientos avícolas.
"El virus podría ingresar en ellas de esta forma, por contagio de aves de corral", agregó.
Los especímenes silvestres muertos a causa del virus H5N1 pertenecen a tres categorías, indica el estudio de la FAO. Se trata de aves acuáticas migratorias, especies "puente" no migratorias pero que "pueden jugar un papel transportando la enfermedad de las aves de corral a las silvestres" y predadoras que "muy probablemente se contagiaron por comer la carroña de pájaros enfermos".
Los expertos piensan que esta evidencia desafiará la creencia tradicional acerca de que las aves silvestres provocaron el brote de gripe aviar iniciado en el sudeste de Asia en el invierno de 2003, y que estas especies continúan siendo responsables de su propagación.
"No debemos culparlas ni matarlas para detener la enfermedad", dijo Newman. "La FAO cree que el esfuerzo concentrarse en el sector agrícola y las granjas avícolas."
La FAO considera que la difusión del virus puede originarse en el movimiento de aves de corral y productos de granja en el mercado abierto y no regulado, tanto dentro de un país como a través de las fronteras.
Se han identificado medidas de bioseguridad deficientes en la región asiática como otro factor que explica la expansión de la enfermedad.
Desde que comenzó el brote de gripe aviar, unos 150 millones de patos y otras especies domésticas han sido sacrificados selectivamente como respuesta a la propagación del virus.
En 12 países, 320 personas resultaron contagiadas y 193 murieron. La nación más afectada fue Indonesia.