Una delegación religiosa de Irán debió cancelar su visita a Estados Unidos esta semana luego de que el Departamento de Estado (cancillería) les negó la visa a varios de sus miembros.
El rechazo de las solicitudes de visa para cuatro de los 14 religiosos fue denunciado por los auspiciantes del viaje, quienes señalaron que la decisión era una muestra de que Washington busca una política de confrontación y no de acercamiento con Teherán.
"Estamos desilusionados y preocupados porque la administración negó las visas, y en especial porque el Departamento de Estado nos había asegurado que movería cielo y tierra para hacer posible esta visita recíproca de líderes religiosos", afirmó el secretario ejecutivo del Comité de Amigos sobre la Legislación Nacional, Joe Volk.
"La negativa marca un perturbador agravamiento de la retórica contra Irán y demuestra que la actual estrategia de la administración (del presidente George W. Bush) es de confrontación, y no de diplomacia. Otra vez, el gobierno parece elegir el camino de la guerra en vez de la mesa de negociaciones", añadió.
Un funcionario del Departamento de Estado confirmó que esas solicitudes de visa no fueron aprobadas.
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Esto significa que los iraníes no podrán realizar una visita en reciprocidad a una realizada en febrero por un grupo de líderes cristianos estadounidenses, conformado por miembros de las iglesias Metodista, Episcopal, Bautista, Católica, Evangélica, Quáquera y Mennonita.
En Irán se reunieron con diversas figuras religiosas, culturales y políticas, incluyendo al presidente Mahmoud Ahmadinejad, quien les habría asegurado que estaba abierto a conversaciones incondicionales con el gobierno de Bush "si hay buena voluntad".
Este grupo fue el primero de Estados Unidos en que tuvo una reunión cara a cara con un presidente iraní desde la Revolución Islámica de 1979.
"El gobierno iraní ya construyó un puente hacia el pueblo estadounidense al invitar a nuestra delegación a venir a Irán", señaló la delegación a su regreso, e instó a la administración de Bush a "recibir una delegación similar" para ayudar a traer un "nuevo día en las relaciones entre ambos países".
Pero a pesar de dos rondas de conversaciones bilaterales sobre la estabilización en Iraq, las tensiones entre los dos países se incrementaron en forma sostenida, más recientemente en medio de las acusaciones de Estados Unidos de que Teherán estaba proveyendo explosivos y otras armas a milicias chiitas que atacan a sus fuerzas en territorio iraquí.
Varios políticos de Washington propusieron que las fuerzas de Estados Unidos realizaran operaciones en la frontera con Irán para impedir el tráfico de armas. El propio Bush sugirió que estaba dispuesto a autorizar estos ataques.
Por otra parte, la negativa de Teherán a suspender las demandas de Occidente para que detenga su plan de desarrollo nuclear fortalecieron a los "halcones", el ala más belicista en la administración de Bush y en el Congreso, que podría aprobar nuevas sanciones económicas contra Irán y contra todas las compañías que celebren acuerdos con su gobierno.
De hecho, el gobierno estadounidense considera incluir a la Guardia Revolucionaria Iraní en su lista de organizaciones terroristas, una medida que varios expertos alertan podría acabar con las posibilidades de que ambos países resuelvan sus diferencias a través de negociaciones.
"Es muy desconcertante que hayan negado las visas", dijo Carol Ong, analista política del Centro para el Control de Armas y la No Proliferación.
"Es más que una oportunidad perdida, sobre todo considerando que hay mucha desconfianza entre los dos países. Con este gesto, habrá todavía más desconfianza en futuros intercambios", sostuvo.
Lo más llamativo sobre la negativa a las solicitudes de visas es que la administración de Bush ha hablado frecuentemente sobre la importancia de los intercambios "entre los pueblos" de ambos países para promover un cambio en Irán.
"El hecho de que el gobierno de Estados Unidos haya negado estas visas indica que la administración de Bush no quería dejar que los iraníes recibieran la imagen de líderes de diversas confesiones de fe de ambos países se dieran la mano y dialogaran sobre intereses comunes", concluyó la secretaria general del no gubernamental American Friends Service Committee, Mary Ellen McNish.