Tsring Angmo, estudiante de la localidad india de Rumbak, en la región de Ladakh, asistió por pura curiosidad a un seminario de la organización no gubernamental internacional Conservación del Leopardo de las Nieves.
"Cuando lo terminé, me sentía responsable por la seguridad de esta especie en peligro", afirmó.
La asociación, conocida por sus siglas en inglés SLC, la entrenó para rastrear leopardos y trabajar como guía en Ladakh, una fría y seca región a gran altura en la septentrional provincia india de Jammu y Cachemira.
Teléfonos inteligentes y otros aparatos de mano se convierten, mediante programas informáticos empleados para el rastreo, en dispositivos que permiten a las comunidades locales involucrarse más efectivamente en la protección de la biodiversidad.
La sinergia entre el conocimiento de los pobladores y la tecnología de la información y comunicación se reveló como un elemento que mejora notablemente el cuidado ambiental.
"Las señales registradas por los rastreadores son cargadas en computadoras para elaborar un mapa de los sitios donde el avistamiento de los leopardos es común", explicó Rigzin Tundup, ingeniero de la aldea de Ang que también se convirtió en un cruzado de la protección de estos animales tras asistir a una reunión de la SLC.
Alrededor de 20 jóvenes de Ladakh fueron entrenados para vigilar regularmente a la población de leopardos de la nieve. Durante el verano ganan dinero guiando a turistas por las áreas donde es posible ver a estos animales.
Tímidos por naturaleza, los leopardos son rara vez vistos, incluso por pastores que comparten con ellos su hábitat montañoso. Pero esto no hace más que estimular el apetito de los turistas y entusiastas de la vida silvestre, que permanecen días en la zona hasta que logran avistar a uno.
La SLC comenzó en 2000 su programa de conservación en 3.350 kilómetros cuadrados del Parque Nacional Hemis. Esto fue luego de que un estudio revelara en 1998 que los pobladores del valle de Markha y aldeas vecinas perdieron 12 por ciento de su ganado a causa de los predadores.
Cada familia de pastores perdió, en promedio, seis animales, con un daño económico estimado en 23.500 dólares.
Hoy solo existen entre 4.500 y 7.500 leopardos de la nieve, distribuidos en diversas regiones de Asia Central. Su hábitat está estrechamente relacionado con la disponibilidad de las especies de las que se alimentan.
Se trata, fundamentalmente, del bharal o cabra azul, que vive en el Himalaya y Tíbet, y el íbice o cabra salvaje, que se encuentra en las cordillera de Karakorum y las montañas de Mongolia y Rusia.
Las amenazas a esta especie en peligro incluyen la reducción de su alimento natural, la caza ilegal, la degradación del ambiente en las montañas y el conflicto entre los animales y los humanos.
Ladakh es uno de los últimos "paraísos" que quedan en el planeta para los leopardos.
A causa del agotamiento de su alimento natural, los leopardos comenzaron a atacar ganado criado por los pastores locales, y se convirtieron así en un despreciado predador que comenzó a ser perseguido y matado, con riesgo para la supervivencia de la especie.
No los ayuda su exuberante piel, de color gris claro con manchas negras o marrones, altamente codiciada. Los huesos y otras partes del cuerpo también tienen demanda para su uso en medicina tradicional asiática. Su comercialización fue declarada ilegal, pero de todas maneras continúa.
"Tomamos conciencia de que existía una necesidad de intervenir, pero la conservación es imposible si la comunidad no está involucrada", dijo Rinchen Wangchuk, director del capítulo indio de la SLC, cuya sede central se encuentra en Estados Unidos. La asociación lanzó entonces un programa participativo de conservación y supervisión.
Con apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unicef), la SLC comenzó con miembros de la comunidad local una campaña de toma de conciencia sobre los beneficios sociales y económicos de la protección de la fauna salvaje. También se entrenó a los jóvenes para actuar como guías.
La mayoría de los pobladores dependían exclusivamente de la agricultura y el pastoreo. Para ofrecerles una fuente adicional de ingresos, la SLC brindó ayuda para llevar adelante proyectos turísticos, en los que visitantes, en su mayoría extranjeros, son alojados en casas de las aldeas de Ladakh y reciben la oportunidad de disfrutar su tradicional hospitalidad.
La condición para recibir la ayuda técnica y financiera de la SLC en los emprendimientos turísticos fue que ningún leopardo, o sus crías, fueran matados por los aldeanos.
Diez por ciento de las ganancias se destinan a un fondo de conservación de las aldeas. Setenta familias en las escasamente pobladas zonas de Ladakh y Zanskar y otras 30 en Spiti son ahora parte del proyecto. Cada una de ellas ganó en promedio 98 dólares en la última temporada turística.
"Puedo enviar a mis hijos a una escuela mejor gracias a eso", dijo Padma Dolma, quien vive en Rumbak. "Contribuimos con gusto al fondo de conservación desde que nos dimos cuenta que los leopardos son un adorno de nuestras montañas."
La SLC brindó también asesoramiento para que impedir que los predadores accedieran a los corrales del ganado, lo cual constituyó otro elemento clave en el deshielo de las relaciones entre la comunidad local y los leopardos.
"Solíamos quedarnos despiertos toda la noche en medio del frío para vigilar a nuestros animales", recordó Tashi Largyal, de la aldea de Sku-Kaya. "Ahora encerramos a ovejas y cabras y nos vamos a casa. Los leopardos no pueden entrar a los corrales y han vuelto a cazar cabras azules."
En la aldea de Largyal colocaron hace poco un cartel para atraer a los amantes de la naturaleza y turistas ecológicos: "¡Bienvenidos a la capital mundial del leopardo de las nieves!", proclama.
"La SLC está haciendo un trabajo encomiable para equilibrar la conservación con el sustento de los pobladores", dijo el director del gubernamental Instituto de Investigación Forestal de Jammu y Cachemira, C. M. Seth.
"Sus esfuerzos son un perfecto ejemplo de cómo se puede lograr un cambio de actitud motivando a las comunidades locales a asumir la administración de la conservación", afirmó.
* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable de IPS y la Federación Internacional de Periodistas Ambientales (IFEJ).